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Nacional y la “energía especial” y “mística” del Gran Parque Central al volver a ganar el clásico
Jugadores, entrenadores y dirigentes de Nacional que estuvieron presentes el domingo en el Gran Parque Central vivieron una nueva experiencia: la de ganar en su cancha un clásico ante Peñarol, algo que no ocurría desde hace más de 90 años en ese escenario, cuando La Blanqueada recibió su último juego entre los grandes del fútbol uruguayo.
Una vez finalizado el encuentro por la novena fecha del Apertura, futbolistas primeros y luego los directivos, cuando los protagonistas se habían retirado, celebraron la victoria en el campo de juego del estadio mundialista y se sacaron una foto para el recuerdo.
Por una cuestión de lógica temporal, ninguno de los presentes había estado en aquel último partido celebrado el 13 de octubre de 1929 por el Campeonato Uruguayo y que el tricolor ganó 1-0 con gol convertido por Héctor Castro a los 67 minutos.
Ni Hernán Navascués, veterano dirigente del club, quien nació 10 años después de aquel clásico que se había jugado en el Parque antes de que el duelo fuera trasladado al flamante Estadio Centenario, y que ahora, a sus 81, sumó una nueva página a su registro de partidos históricos de su equipo. Y que no se perdió el festejo en la cancha junto a sus compañeros.
“Energía especial” y “mística”
Tras el partido que finalizó con victoria 2-0 y que permitió a Nacional sacarle seis puntos a Peñarol en la tabla del Apertura, jugadores hablaron del encuentro y de las sensaciones al jugar un clásico en el Gran Parque Central.
Sin conferencia de prensa en postpartido, Nacional TV realizó entrevistas a los protagonistas. Martín Sarthou, gerente de comunicaciones del club, fue quien hizo las notas mano a mano, dejando también ver en sus preguntas sus sensaciones como funcionario e hincha, y consultando lo que vivieron los jugadores en el partido.
A Brian Ocampo le preguntó si sintió una “energía especial” en el estadio tricolor y el delantero que fue figura señaló: “Se notó la energía positiva de todos, de los compañeros que estaban afuera y de los dirigentes. A pesar de que no haya gente, las personas siempre están”.
Luego, fue el turno de Guzmán Corujo, el zaguero y uno de los referentes del actual plantel, quien es el jugador que lleva más años en el club de forma ininterrumpida desde la formativas.
“Volvimos al Parque y los clásicos volvieron al Parque después de muchas décadas, y el hincha decía que había que ganarlo, todos hay que ganarlos, pero este era muy especial; ¿sentís que había una energía especial? Te lo pregunto porque lo conversamos con otros compañeros y sentimos que en el Parque había una energía especial, muy positiva para Nacional”, le preguntó Sarthou.
“Sí, sin dudas que era muy especial, éramos conscientes de lo importante que era para la institución este clásico en particular. Y esa energía se notó. Ya desde ayer que fuimos a entrenar ahí ya se notaba, había algo especial, como una mística que se sentía”, respondió Corujo.
“Y hoy, desde que llegamos ahí, ver la gente afuera, ver cómo estaba todo el Parque, fue increíble”, agregó. “Y se sintió esa mística que sin dudas que te ayuda a conseguir el resultado, porque había una energía que se contagiaba de un compañero a otro y esas cosas te arriman a conseguir los tres puntos”, agregó.
La vuelta al Parque
El regreso de Nacional al Gran Parque Central tenía mucho en juego: la disputa por la punta del Apertura y ampliar la diferencia con Peñarol en el marco local en el que los albos van por el tricampeonato; el comienzo de los tres clásicos de julio por el Apertura y los dos de la Copa Sudamericana, y la presión de no perder de local en su casa y ante el tradicional rival.
“Era importantísimo conseguir el triunfo, era un clásico especial que puede marcar lo que va a ser ese duelo por la Sudamericana”, señaló, en ese sentido, Corujo.
En un partido sin hinchas, algo que para el zaguero “se normalizó” en el actual contexto de la pandemia de covid-19, los parciales bolsos se hicieron sentir en las afueras del estadio con el lanzamiento de humo de colores y fuegos artificiales cuando el juego iba a comenzar.
“No hay gente en la tribuna y es algo que se normalizó ya porque hace mucho tiempo que venimos jugando así”, comentó Corujo. “Nosotros lo sentimos mucho a eso, para nosotros es un jugador más la hinchada. Y hoy se hicieron sentir dese otro lado, en el camino o con mensajes. Eso también es una motivación para nosotros”.
Además, días antes del partido un colectivo de hinchas pintó la tribuna Abdón Porte en la que dibujaron las tres copas intercontinentales y el C.N. de F de la bandera y el escudo.
Desde el club también hubo insignias el día del partido. El primer anillo de la Atilio García estuvo cubierto por un telón gigante con el escudo, el año 1899 y la inscripción “Primer club criollo”.
También se colocó una leyenda en ese sector que decía: “Primer estadio de la Copa del Mundo. Desde 1900 Patrimonio Nacional”. Hubo otra similar en la Abdón Porte que decía “Acá nació el primer hincha del mundo” y otra en la Scarone con la inscripción “El club más laureado de América”.
Por esas banderas, Nacional fue denunciado este lunes por la Comisión de Seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol, por un presunto incumplimiento del oficial de seguridad del club luego de que el veedor del partido lo intimara a retirarlas porque estaban colocadas sin autorización.
“Sin duda que va a ser un clásico que va a quedar para la historia”, comentó Corujo sobre el encuentro de este domingo.
La vuelta de los clásicos al Gran Parque Central fue un éxito para los tricolores, que conocieron la “mística” y la “energía especial” de su escenario para estos partidos, a las que volverán a apelar en unos días, el jueves de la semana próxima a la hora 21:30, cuando reciban nuevamente a Peñarol.
Será otra historia. Luego de varios cruces en la Libertadores, será el primer duelo que ambos grandes disputarán en el marco de la Copa Sudamericana, por los octavos de final, que tendrá su desenlace final el 22 de julio (21:30), cuando la serie se cierre en el Campeón del Siglo.
