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Nos vamos quedando solos
El Mercosur ya no da para más y creo que hasta los más fanáticos latinoamericanistas están hartos. Nunca se cumplió el espíritu (crear un mercado unificado) ni la letra (libre tránsito de personas y bienes) del Tratado de Asunción.
Ha sido un corsé para Uruguay; tenemos dos tratados de libre comercio (TLC) mientras Chile (con cuatro gobiernos socialistas desde el fin de la dictadura) tiene 90. Aquí nuestra inteligencia de izquierda apostó primero al multilateralismo de la Ronda de Doha, que se veía camino al fracaso desde su inicio, y luego a la diplomacia de amigos ideológicos, lo que nos encerró en un barrio berreta de malos administradores y populistas (cuando no corruptos), que han aplastado las mejores perspectivas de crecimiento de sus propios países.
Vázquez tuvo en bandeja un TLC con los EEUU en su primera presidencia e increíblemente su canciller y el movimiento sindical le impidieron avanzar. Ahora los EEUU ni siquiera atenderían una llamada de teléfono relativa a un TLC con Uruguay; un tren que se fue, como claramente lo intuyó Vázquez (y no un tren que nos habría pasado por encima, como retrucó con visión ideologizada y aldeana su canciller). Habría que preguntarse qué país bien administrado del mundo no querría hoy tener un TLC con los EEUU.
¿Y con Europa? Pues bien, la negociación del Mercosur con Europa se arrastra a velocidad de caracol, frenada por los proteccionismos de vecinos que no han entendido lo básico: para crecer mucho hay que comerciar mucho y para eso hay que abrirse al mundo, no cerrarse. La historia trae cientos de ejemplos de países que se enriquecieron abriéndose y se empobrecieron cerrándose. Nunca, nunca, nunca al revés.
El Mercosur no solamente no se abre, sino que no deja que sus miembros lo hagan. Si se mide la apertura de los países del Mercosur (con la fórmula clásica: exportaciones más importaciones dividido por el PIB) resulta que nuestros países junto a Myanmar son los más cerrados del mundo... y ya ni se puede hacer un TLC tipo Uruguay-México como hicimos en el pasado.
Si se pudo hacer con México, ¿por qué Uruguay no puede hacer lo mismo con otros países? Pues no, ya el Mercosur se ocupó de cerrar esa puertita... no sea cosa que Uruguay se pueda abrir solo y le vaya bien.
Acá los grandes conservadores de nuestra sociedad (entiéndase los que no quieren que nada cambie, o sea, que quieren conservar) son los sindicados y los ideólogos de izquierda, que se oponen a los TLC, los TISA y cualquier atisbo de apertura comercial, hacia afuera o hacia adentro del país . Que todo quede bien atado como está, si es posible en manos de monopolios estatales, donde el poder sindical se agiganta.
¿Y la gente? ¿Y el costo de los servicios? ¿Y la calidad de lo que la gente recibe? ¿Y las oportunidades de crecer? ¿Y los futuros negocios? ¿Y los futuros puestos de trabajo? Son, para los conservadores, temas totalmente secundarios: lo importante es pedir siempre más hoy para los que tienen un trabajo hoy.
El mundo entero se abre y se liberaliza, desde la China comunista hasta la Australia anglosajona (que dicho sea de paso firmó TLC con EEUU en 2005; Chile 2009; India 2011; Asean 2014; Corea 2014; Japón 2014; y acaba de firmar uno con China con el que nos sacará ventajas en nuestros propios productos en ese mercado clave); los países del Pacífico se abren y se unen; los países de Asia se abren y se unen, y en Europa, al pasar de un país a otro, sólo hay un cartel que dice "bienvenidos", nada de aduanas, migraciones ni camiones parados en la frontera. ¿Y en el Mercosur? Los vecinos, justo ideológicamente afines a nuestros gobiernos de izquierda, nos han frenado el comercio hacia la región y bloqueado el comercio hacia afuera al proscribir los TLC.
¡Muy lindos los versos de la Patria Grande! Pero lo que se precisa es comercio abierto. ¿Qué solución tiene esta inaceptable situación? Lo primero es decir fuerte y claro que el Mercosur, así, no es interesante para Uruguay. Si no hay cambios profundos e irreversibles en un plazo corto (como levantar las aduanas internas, por ejemplo) hay que tener el coraje de tomar otro camino. Chile es miembro asociado del Mercosur y opera con arancel cero para comprarle o venderle al Mercosur, pero maneja soberanamente su política exterior y firma TLC con quien quiere. Quizás esté llegando el momento de mover a Uruguay de la categoría miembro pleno a miembro asociado, como Chile. El mundo está cambiando, las alianzas se están cerrando y luego no se volverán a abrir; el que quede afuera sentirá la diferencia. Nos vamos quedando solos y eso nos empobrecerá a todos en forma gradual e inevitable. Hay que reaccionar.
