El Ministerio de Salud Pública (MSP) se encuentra trabajando para poner en marcha una nueva forma de diagnóstico para covid-19 en el país, además de los exámenes de PCR y de antígenos. En este caso, se trata de un test de autodiagnóstico que se podrá comprar en las farmacias y que tiene como objetivo minimizar la incertidumbre, de forma rápida, de aquellos pacientes que sospechen ser portadores del virus.
La implementación de los nuevos test de anticuerpos, que ya se están vendiendo en varios países de la Unión Europea, fue anunciada por el ministro de Salud, Daniel Salinas, en la conferencia de prensa del pasado miércoles. Se estima que estos estarán al alcance de los pacientes, a más tardar, en un mes y que su precio aproximado será, en un principio, de $1.000, informó El País y confirmó El Observador.
Al igual que sucede con las pruebas de antígenos, la idea es que sean utilizados de forma "complementaria" para tener un primer diagnóstico rápido, en unos quince minutos. Si tras este primer test, el médico tratante indica un PCR, la persona también deberá realizárselo. "Conceptualmente es como un test de embarazo; ayuda a saber en qué situación se encuentra el paciente, pero esta luego deberá ir al médico para consultar y seguirse tratando", explicaron desde la cartera de Salud.
Actualmente, los científicos del MSP se encuentran tomando muestras de personas positivas para aplicarlas en los test y medir qué tan efectivos son y, principalmente, qué tantos falsos negativos dan. En general, la eficacia de este tipo de pruebas es de un 80% o más. Cuanto más síntomas tenga la persona, más probable es que el dispositivo no se equivoque, ya que es más fácil detectar los casos cuando la carga viral es alta.
Si bien son varios los laboratorios que comercializan en el mundo estos test de anticuerpos, hasta el momento el MSP estudia la propuesta de Abbott, una compañía farmacéutica estadounidense fundada en Chicago en 1888. Esto, también tiene que ver con que el precio inicial del producto sea más caro que en Europa, donde cuesta entre cuatro y cinco euros. Se espera que a medida que más laboratorios sean habilitados a vender en el país el precio baje, en poco tiempo, a la mitad, $500.
Para la realización de la prueba “solo hay que tomar una muestra de la nariz o la garganta con un hisopo, mezclarla con un reactivo que libera proteínas virales específicas y ponerla en una tira de papel que contiene un anticuerpo que se une a las proteínas (en caso de que estén presentes en la muestra)”, según se específica en la información que fue enviada al MSP, y de la que informó El País. Si pasados quince minutos en la tira de papel que está incrustada al dispositivo “aparece una reacción”, significa que el resultado es positivo. Los proveedores de este tipo de exámenes destacan que este es el modo de testeo más rápido, barato y fácil de usar.
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