Pablo Iturralde, recién investido como presidente del Directorio del Partido Nacional, se apresta a leer su discurso apoyado sobre un atril. Busca sus lentes, que cuelgan de su cuello, pero en un acto reflejo se sube el tapabocas. Se ríe, confiesa los nervios al público, se vuelve a sacar el barbijo y ahora sí afina la vista para dar sus palabras en el marco del 185° aniversario de la divisa que lidera el gobierno de coalición, y que aprovechó la instancia para presentar a sus nuevas autoridades electas el pasado sábado, tras una larga postergación debido a la crisis sanitaria.
En todas las escenas se entremezclan las señales de la vieja y la nueva normalidad: la muchedumbre que colma la sede partidaria y el protocolo que le impide al senador Gustavo Penadés ingresar a la sala del directorio; o la breve guitarreada al final y las cintas separando las sillas; y hasta el uniforme liceal de Violeta Lacalle, hija del presidente Luis Lacalle Pou, completado con un tapabocas con la insignia de Sembrando, el programa dirigido por su madre, Lorena Ponce de León.
En un clima célebre –interrumpido solo por un video homenaje a los dirigentes fallecidos en el último año y medio, y en el que hubo reconocimientos a Alberto Zumarán y Gonzalo Aguirre, y aplausos emocionados en recuerdo de Andrés Abt y Jorge Larrañaga–, los blancos conformaron el directorio del partido en un cumpleaños especial, de esos pocos que la colectividad fundada por Manuel Oribe ha tenido el último siglo: en el gobierno.
Tanto Iturralde, que fue electo por la lista que conformaron la mayoría de los sectores –que sacó 12 puestos contra 3 de la liderada por Jorge Gandini–, reivindicó el camino de la unidad e hizo votos para abroquelarse detrás de Lacalle Pou y la coalición multicolor.
El mismo espíritu primó en el resto de los dirigentes que tomó la palabra, como pretendiendo despejar cualquier atisbo de resquemores que hayan aparecido en las últimas semanas, durante la dura negociación de las listas a la convención.
Juan Sartori, el outsider que irrumpió en el partido en 2019 y fue resistido por el resto de los sectores, y en particular por Iturralde, hizo explícito ese sentimiento "especial" de haber sido designado para integrar la mesa más prestigiosa de los blancos. "Se imaginarán que es muy especial estar sentadas aquí todos juntos. Es una de las señales más fuertes que estamos dando (...), el demostrar que todos juntos tenemos un interés común. Quería renovar el compromiso absoluto, además de ser un honor estar sentado aquí", dijo el senador de Todo por el Pueblo.
Tanto Iturralde como Sartori pidieron en sus intervenciones "nunca más división entre los blancos".
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