De los 265 papas que ocuparon el cargo en los más de 2.000 años de Iglesia Católica, se cuentan cuatro que renunciaron o accedieron a su cargo de forma no ortodoxa o lidiando con presiones del entorno. De acuerdo a lo publicado por el New York Times, las circunstancias de cada una de las otras renuncias no tuvieron que ver con la edad, ni la salud.
El repaso de cuatro que renunciaron de esta forma, sigue abajo:
De acuerdo a lo que se explica en el sitio web especializado, Christianity.com, su sucesor Bonifacio VIII, intentó que Celestino V no se convirtiera en un ejemplo y lo puso en prisión. Murió custodiado con 81 años en 1296 y fue declarado santo en 1313.
Lujurioso y sobornado
En 1032 y con solo 20 años fue elegido Benedicto IX. Se hizo famoso por su lujuria y por venderle a su padrino Gregorio VI el papado, para luego reclamarle la posición.
Sobornador
Gregorio VI era un hombre de gran reputación que consideraba que su ahijado no era digno de ser Papa, por lo que básicamente lo sobornó con 1500 libras de oro para que renunciara.
Fue reconocido como papa durante el periodo de Benedicto, pero cuando los intentos de este último de casarse fallaron, pidió el papado de vuelta y este fue dado. A Gregorio VI lo hicieron renunciar tras menos de dos años como papa porque había obtenido el papado por medio de sobornos.
Otras renuncias que se mencionan medios y especialistas son: Clemente (92 – 101), Ponciano (230 – 235), Ciriaco, Marcelino (296 – 304), Martín I (649 – 655) y Benedicto V (964).