Cristian Palacios

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Palacios, el goleador curtido y el valor de la paciencia

El artillero de Peñarol fue elegido como Mejor delantero y lo demostró en el club de sus amores
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21 de diciembre de 2017 a las 05:00

La historia de Cristian Palacios, elegido el Mejor delantero uruguayo en la decimoquinta edición de la encuesta de Fútbolx100 está plagada de sacrificios, postergaciones y desencuentros.

Sacrificios porque desde su infancia en Salto llegó a Montevideo con 17 años y comenzó una peregrinación que lo llevó a vivir en casas de prestado hasta llegar al Palacio Peñarol donde el club había reservado unas habitaciones para los chicos del interior.

El frío, insoportable en invierno, no era el obstáculo. "Viví en el Palacio (Peñarol). Nos hicieron unas habitaciones donde nos quedamos con los botijas del interior. El frío no era el tema, pasé momentos complicados por otros temas. Es que como estaba solo, lejos de mi familia, cuando me enfermaba no tenía a nadie que me cuidara. Y ahí se aprende, se madura rápido", comentó en su momento el goleador a Referí.

Postergaciones porque Palacios tuvo muchas idas y vueltas con Peñarol, un lugar en donde nunca parecía encajar hasta este año. Para muchos sigue siendo el juvenil, pero debutó hace ocho años en Primera. El 12 de setiembre de 2009, Julio Ribas lo mandó a la cancha ante Racing y ahí comenzó su lucha en el club para que alguien, al menos por un rato, le diera un voto de confianza.

Wanderers, Juventud de Las Piedras y Central Español se aburrieron de festejar sus goles, pero cada vez que retornaba a Los Aromos se encontraba con la decisión de tener que encontrar un nuevo destino.

Desencuentros, porque en los clubes del ascenso se curtió, se volvió un delantero mucho más completo y aprendió a valorar todo en su justa medida. En Peñarol tenía todo, sobraba la comida y el agua caliente, pero no jugaba nunca. En los equipos chicos se lucía y era la figura del equipo, pero debía pagar el costo de no cobrar nunca, bañarse con agua fría y correr en canchas minadas por los pozos.

"Te cambian todas las comodidades, el vestuario, la atención que te dan, los muchachos que trabajan en el club. Cambia todo, la indumentaria. Menos ropa, son detalles que te tocan pasar y te quedan como experiencia", contó Palacios que reconoce que en ningún lado la pasó tan mal como en El Tanque Sisley.

"Todos sabemos cómo es, no hay muchas comodidades. Ahí uno aprende a valorar el equipo en el que estaba. Tenía mucho menos cosas que en Central, era complicado, fue un año bravo. No se cobraba. Me rebusqué, la fui llevando, pero era complicado para mí y para muchos compañero que dependían del sueldo".

"Uno como jugador quiere jugar pero las decisiones las tomaba el técnico. No es que me duela, pero sí la calentura por no tener chances. Pero el fútbol es así, cuando no te tienen en cuenta hay que buscar por otro lado. Lo tomé de la mejor manera, no era la primera vez que me pasaba", agregó a modo de respuesta por todas las veces que se fue amargado de Los Aromos, mascando bronca porque lo tapaban contrataciones irrelevantes y no le daban oportunidades.

Con los pocos pesos que recibía, Palacios comenzó a construirse su casa. A puro pulmón y sacrificio los goles se sucedían como las tardes que esperaba el ómnibus porque el auto era un lujo caro de sostener.

Hasta que un buen día Pablo Bengoechea asumió en Los Aromos y pidió cambiar la locura de comprar jugadores por comprar. Pidió a Palacios, le dio confianza y el salteño pagó con un gol clave ante Juventud de Las Piedras para asegurar el título del Torneo Clausura.

Sin embargo el cese de Bengoechea lo volvió a eyectar y tras un enorme semestre en Wanderers volvió al club de sus amores con la revancha entre ceja y ceja. Y a la mínima mueca de confianza que le dieron explotó para aportar goles claves que significaron puntos vitales en la remontada de Peñarol para ganar el último Torneo Clausura y la Tabla Anual.

Sin el brillo de Lucas Viatri, ni la carrera de Maximiliano Rodríguez, ni la explosión de Cristian Rodríguez, Palacios abrió el libro de los recursos para sacar goles de la galera y llevarle alegría a todo Peñarol.

Esos goles lo llevaron a ser el delantero más votado, con 47 preferencias entre los periodistas consultados, superando incluso a Maximiliano Gómez que sumó 32 votos. Gómez dio el salto desde Defensor Sporting a Celta de Vigo, integra la selección uruguaya y tiene chances de jugar el próximo Mundial de Rusia 2018. Más lejos quedaron Maureen Franco con 17.5 puntos, Lucas Viatri con 3 y Facundo Castro con 0.5.

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