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Palestina pedirá a Naciones Unidas su incorporación como miembro pleno
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, anunció que solicitará "en los próximos días" la incorporación de ese Estado como miembro pleno de Naciones Unidas (ONU) para garantizar la protección a la solución propuesta por la comunidad internacional al conflicto con Israel, que se conoce como “solución de dos estados”, y que en el caso palestino incluye la Franja de Gaza y Cisjordania.
Abbas realizó el anuncio en El Cairo, la capital de Egipto, en donde la Liga Árabe celebró una reunión de apoyo a Palestina en un momento de gran tensión, especialmente en la zona ocupada de Cisjordania, y tras la asunción en el gobierno de Israel de una coalición de ultraderecha liderada por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Palestina es desde noviembre de 2012 Estado observador, pero no miembro pleno, en virtud de una resolución de la Asamblea General de la ONU que pidió al Consejo de Seguridad que considere favorablemente la solicitud presentada en 2011 por el Estado de Palestina para su admisión como miembro de pleno derecho, cuestión todavía abierta.
La decisión comunicada por Abbas recibió el apoyo de docenas de líderes y altos funcionarios de los países árabes e islámicos reunidos en El Cairo, que advirtieron que las acciones israelíes en la Cisjordania ocupada podrían empeorar la agitación regional a medida que aumenta la violencia entre Israel y los palestinos.
Durante la Liga Árabe, a la que asistieron el presidente Abdel Fattah el-Sisi de Egipto y el rey Abdullah II de Jordania, además de muchos ministros de Relaciones Exteriores y altos funcionarios, Abbas afirmó que el Estado de Palestina pedirá a las agencias de la ONU que exijan el fin de las "acciones unilaterales israelíes, en especial la construcción de asentamientos", mientras la Corte Internacional de Justicia investiga la legalidad de los mismos.
El titular de la ANP, además, instó a la comunidad internacional a "proteger" a los palestinos y a “poner fin a la agresión israelí” que, según expresó "cruzó todas las líneas rojas". En tanto, por videoconferencia, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que "la posición de la ONU es clara: rechaza las decisiones unilaterales", entre ellas "las colonias israelíes ilegales en Jerusalén Este", parte palestina de la Ciudad Santa.
La reunión de alto nivel de la Liga Árabe se produjo en medio de uno de los períodos más mortíferos en años debida a las frecuentes incursiones de las fuerzas armadas israelíes, en especial en el norte de Cisjordania, con un saldo de al menos 46 palestinos muertos en lo que va del año, entre ellos varios adolescentes, situación que hace temer por una intifada, como fueron los levantamientos populares de 1982 y 2000.
Según los analistas, si bien los diferentes oradores coincidieron en condenar las "medidas unilaterales" de Israel, incluidas las demoliciones de viviendas palestinas y la expansión de los asentamientos, la reunión de la Liga Árabe se dan en el marco de una pérdida de peso en la escena internacional, debido a que las posiciones están dividida sobre la cuestión del reconocimiento de Israel, que tres nuevos países árabes hicieron en 2020 -Marruecos, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos- y un cuarto, Sudán, cuyo gobierno afirmó en febrero que quería ir "hacia la normalización" de sus relaciones con Tel Aviv, reconocimiento que Egipto y Jordania ya concretaron hace décadas.
Las delegaciones también condenaron las visitas de funcionarios israelíes a la Explanada de las Mezquitas, o Monte del Templo como lo conocen los judíos, espacio bajo administración jornada que para el islam es el tercer lugar más sagrado luego de La Meca y Medina, y que suele ser epicentro de disturbios. Sobre este punto, la declaración final de la Liga Árabe reiteró su apoyo al rol de Jordania como custodio del solar, de unas 15 hectáreas, ubicado en Jerusalén este.
Finalizada la reunión, el presidente de Egipto, Abdelfatah El-Sisi, manifestó calificó a Jerusalén como “la columna vertebral de la causa palestina” y advirtió sobre las “terribles repercusiones de cualquier movimiento israelí para cambiar el status quo del lugar sagrado”, entre ellas “un impacto negativo” en futuras negociaciones para resolver el conflicto israelí-palestino.
El-Sisi, cuyo país fue el primero en reconocer al Estado de Israel, agregó que tales medidas impedirían la buscada solución de dos estados al conflicto, lo que dejaría a "ambas partes y a todo el Medio Oriente con opciones difíciles y graves". En el mismo sentido se manifestó el Rey Abdullah II de Jordania, que también pidió al gobierno de Netanyahu que “cese sus violaciones e incursiones en la Mezquita Al-Aqsa”, ubicada en el lugar sagrado.
Por su parte, Ahmed Aboul Gheit, secretario general de la organización panárabe, advirtió que los intentos de dividir la mezquita de Al-Aqsa y borrar su identidad árabe e islámica “alimentarían disturbios y violencia interminables”.
Mientras tanto, Netanyahu, casi inmediatamente después que se conociera la declaración final de la reunión de la Liga Árabe, prometió una respuesta israelí “más fuerte” en el trato con los palestinos. Incluso en un contexto en el que, según la ONU, 2022 fue el año más mortífero en la Cisjordania ocupada desde 2005, con más de 200 muertos, la gran mayoría palestinos. Saldo que se suma a los 43 palestinos muertos en lo que va de 2023, entre combatientes, activistas y civiles, además de nueve civiles israelíes y una ucraniana.
