Vivi hizo un proceso personal de los desafíos a encarar y entendió que Así nos va era una etapa que estaba terminada. Pero el programa logra perdurar y seguir en esta nueva etapa gracias a lo construido con Viviana. Ella de una manera muy generosa me dijo “Así nos va tiene que seguir. Con un nuevo sello, con una nueva lógica y de una manera distinta, pero tiene que seguir”. Y así se dio. Los ciclos profesionales se cierran, y me parece que es válido y hay que entenderlo.
¿Pasar a tener la conducción en solitario del programa fue un proceso natural o pesó un poco asumirlo?
Es una soledad poblada (risas). Me siento tremendamente rodeada y cuidada por el medio, y con mucha confianza. Cuando te dan esa posibilidad de desarrollarte profesionalmente y ponen esa responsabilidad en tus manos, lógicamente que tiene peso, porque además estamos hablando de un programa periodístico en el horario central de la radio, con una competencia muy fuerte. También sentía que estaba en un momento profesional como para encararlo en solitario, y que me iba a resultar complejo lograr con una dupla lo que teníamos con Viviana. Entonces Así nos va en esencia continúa de la misma manera, pero tenía que efectivamente ser un cambio para mí, para la radio y también para los oyentes.
Inés Guimaraens
La conductora estrenó esta semana la nueva temporada de Así nos va
Mencionabas la competencia, ¿sos competitiva, le prestás atención al rating?
Yo soy competitiva por naturaleza. Soy consumidora de la competencia, y también muy estudiosa: la analizo, veo las cosas que hacen y valoro muchas. A veces me inspiran, otras me hacen pensar en el lugar donde yo no quiero estar, pero siempre entiendo que es valioso saber a quién tenés enfrente, para aprender y también para descartar.
¿Y competís contigo misma? ¿Tratás por ejemplo de “ganarle” a hitos de tu carrera como el caso Sendic?
Yo asumí que a la sombra del caso Sendic voy a estar toda mi vida (risas). Porque fue complejo, fue un hito. Lo que si siento es que uno, en todos los ámbitos de la vida pero en el profesional más, lo que no tiene que hacer es achancharse. Porque esa cuestión de la energía interior, de la pasión por lo que uno hace, se transmite. Y hay alguien del otro lado que tiene que “comprar” el producto, en este caso un programa periodístico. La persona tiene que percibir que ese equipo de trabajo lo que hace, lo hace con pasión, ganas y tratando de desafiarse todos los días. Y en esta nueva etapa eso se imprimió, porque los comienzos tienen esa adrenalina que después el tiempo va apaciguando, y que me hizo sentir muy viva durante todo este proceso de armado.
Pensando que el 2024 es un año electoral, donde el periodismo estará muy presente en el día a día, ¿cómo ves al periodismo uruguayo y que visión sentís que tiene la audiencia de él?
En los últimos años, no solo en Uruguay sino en todo el mundo, si vos mirás las cifras de estudios de confianza en las instituciones que se han publicado, ves que ha bajado el nivel de confianza de la ciudadanía en el periodismo. Yo siento que acá tenemos excelentes periodistas en todas las áreas, con ganas de hacer buen periodismo. Por ahí si lo comparás con equipos de otros países estamos menguados, somos equipos más pequeños. Pero trabajamos con rigor y profesionalismo. No siento que nos pase lo que sucede en otros países, donde la prensa está de un lado o del otro, donde los periodistas están de un lado o del otro. La lógica binaria que hay en Argentina acá no la veo, y no forma parte de nuestra idiosincrasia, además de que no sé si el público sería receptivo a eso. De hecho, creo que hay un público que está ávido de más periodismo. Quizás sea algo más de nicho, pero siento que a ese porcentaje de la ciudadanía le tenés que dar información de calidad, debates, análisis que por allí si tuviéramos equipos y medios más robustos los podríamos hacer.
Inés Guimaraens
Patricia Madrid
¿Al pasar de la radio a Polémica en el bar en televisión hacés un desdoblamiento entre el periodismo y el entretenimiento?
El traje de periodista una no se lo puede sacar nunca, lo que pasa es que Polémica en el Bar no es un programa periodístico. La coyuntura, la pandemia, nos llevó a tener una lógica mucho más de actualidad nacional, pero aún así no deja de ser un programa de entretenimiento, entonces por allí los límites son muy finos. Lógicamente que hay momentos del programa en donde sale más la Patricia periodista y en otros momentos donde sale mi costado más lúdico, que originalmente era lo que para mí iba a ser Polémica. Creo que también el público fue acompañando el desarrollo y fue aceptando el cambio, además de que tenemos roles muy claros en el programa. Uno le tiene que ir encontrando el punto de equilibrio. Yo en ningún momento sentí que no actué como hubiera actuado en otro medio de comunicación donde trabajo.
¿Cómo manejan los momentos donde la discusión sube de tono y hay peleas?
Hay momentos tensos como en toda mesa de boliche. Creo que todos somos personas adultas que sabemos que lo que estamos haciendo allí, es un programa de tele que cuando tiene que informar, informa, cuando tiene que entretener, entretiene, cuando tiene que analizar, analiza. En esos distintos tonos creo que cada uno actúa a su real saber y entender, y eso también es lo que está bueno del programa. Muchos se preguntan si está guionado, y no, es todo 100% espontaneidad, 100% improvisación. Y hay que aprender a surfear cuando la ola viene un poco más alta. Para mí es todo aprendizaje, y me imagino que como lo hago yo también lo hacen mis compañeros, de que cada uno hace su evaluación cuando termina el programa de su actuación ese día. Yo me veo y me sirve para corregirme cosas, preguntas que me faltaron, o algunas que no tendría que haber hecho. En fin, creo que cada uno también se va regulando.
¿Vos te has regulado con el tiempo?
Eso es la edad. Uno va envejeciendo y se va moderando. A ver, yo soy camorrera, en la vida. Me sale. Desde muy joven fui de camorrear todo, pero los años te dan rodaje, y las cosas que por ahí antes te indignaban y te hacían explotar, ahora te siguen indignando pero la respuesta es más moderada. Entonces sí, creo que hay una evolución, y eso es lo que nos pasa a quienes crecimos durante cierta manera, que durante muchos años estuvimos presentes en la pantalla. Yo empecé en 2012 en televisión, entonces veo las fotos y mi cara ya no es la misma, porque crecí, pero mi forma de hablar tampoco lo es. Ni siquiera la misma de cuando arranqué en Polémica a fines de 2019. Veo que las cosas han cambiado. Si fue para bien, o para mal, lo dirán los espectadores.
Inés Guimaraens
Patricia Madrid
¿Cómo te llevás con la exposición que trae sobre todo la televisión?
Me parece divino poder tener un intercambio con alguien en la calle, o que me pidan una foto, con eso no tengo ningún problema. Hasta me da un poco de pena por la percepción y la decepción que el otro pueda tener de mí, porque soy muy relajada, y la gente puede tener la idea de que por ahí hasta para ir al super uno se arregla y se maquilla, y yo voy a hacer los mandados vestida como estoy en mi casa. De todas maneras, el público uruguayo ha cambiado en estos años. Antes no pasaba que la gente se animara a pedir una foto, o a pararte y decirte algo, ahora hay mucho más desparpajo. Estás en la cola del super y escuchas a la señora que le grita al marido “ahí está Patricia Madrid de Polémica”. Me ha pasado. Y me parece muy divertido, porque hago como que no veo y no escucho para que les quede ese misterio (risas), pero pueden hablar tranquilos que no pasa nada. Con respecto a la exposición en otros medios no tengo problema y estoy muy agradecida que colegas entiendan que lo que yo digo pueda ser un contenido interesante. Por ahí veo que hay cosas que no creo que sean de valor, y ahí digo “qué pereza”, pero ya me acostumbré y es parte de lo que implica.
¿Por ejemplo que tu vida sentimental sea de interés público?
Por ejemplo, sí. Yo un poco batallo con eso, no tanto por mí, sino por la privacidad y el anonimato que se merecen quienes me rodean. Yo elegí una exposición pública y me hago 100% responsable de lo que eso conlleva, pero mi círculo muchas veces no, entonces soy muy cuidadosa cuando tengo que hacer algo a nivel de redes sociales. Me he cuidado más en cómo gestiono eso, porque hay un mundo privado que quiero que siga siendo privado. Te pongo un ejemplo claro: el 31 de diciembre de 2023 me saqué una foto con mi pareja y no la subí. Cuando él me preguntó por qué no lo hice, le consulté si quería que lo hiciera, porque sabía que al otro día, 1 de enero, un día sin noticias, era cantado que se iba a hacer la nota de “cómo festejó la gente que sale en la tele”, y éramos firmes candidatos a aparecer ahí. Me dijo que no pasaba nada, medio que lo desestimó, no creyó que fuera a pasar (risas). Y dicho y hecho, al otro día estaba esa nota (NdR: cabe mencionar que El Observador la hizo, incluyendo a Madrid). Pero es cuestión de encontrar el equilibrio, porque tampoco me quiero privar de compartir algo que a mí me gusta aunque forme parte de mi ámbito privado, cuidando y respetando a los que me rodean.
Contaste en entrevistas que tenés el hobby de la pesca, heredado de tu padre. ¿Seguís yendo a pescar?
Sí. Poco, pero pesco. Cada tanto pesco una noticia también. Esas me gustan más (risas).