Patricia Wolf: "Todos somos bisexuales"

Wolf confesó que estaba abierta a estar con alguna mujer, pero que ninguna la había hecho animarse hasta que llegó Agustina Zuasnabar. "No fue algo que yo tenía que pensar si quería o no quería. Se dio así. Fluyó de esa manera. Siempre pensé que por ahí era algo pendiente. Para mí, la gran mayoría de las mujeres se excita con mujeres. A mí me pasó." La actriz cuenta que de pensarlo hasta dar el paso de estar con una mujer hay una diferencia. "Hasta verbalizarlo, hasta el día de hoy me cuesta. Y más en la sociedad que vivimos".

Recordó un episodio que vivió estando en el shopping con Agustina. "Agus me dio un beso en el cachete y sentimos a un chico que dijo: 'A esa tortilla le falta huevo'. Me di vuelta y le clavé los ojos y se quería matar. Tengo una manera de manejarme muy naturalmente con ella adelante de la gente. Hay que derretir ese hielo de la primera vez que ves a dos chicas juntas de la mano te das vuelta y te quedas mirando y decís: '¡Qué raro!'. Pero después me parece que te empezás a acostumbrar. Y me parece que hay que empezar a naturalizarlo."

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"Me siento una guerrera. Yo nací con una línea de pelo tipo sioux en la cabeza y el doctor les dijo a mis padres: 'Esta niña es apache, va a ser malísima'", contó en la entrevista.

La modelo también habló sobre cómo vivió el fallecimiento de su madre. "La extraño muchísimo, pero todos los días cuando me vienen recuerdos de ella siento que está conmigo. La verdad –suena raro–, pero la despedida de mi mamá fue hermosa. Fue algo que pasó de una manera muy repentina. Tuvimos momentos de mucho dolor, de sufrimiento por verla pasar mal", recuerda. "Mamá tuvo cáncer de útero que le pasó a los pulmones y en pocos meses la vimos deteriorarse. Sin embargo, a pesar del dolor y de verla deteriorarse, fue un momento que tuvimos la oportunidad de despedirnos, de estar con ella, de demostrarle todo nuestro amor. Momentos superemotivos y momentos de muchas risas".

Emocionada, Patricia contó su experiencia: "Siempre los últimos momentos son los más duros, más difíciles. Ver el deterioro físico es algo que impresiona muchísimo. Yo decidí no quedarme con esa imagen de ella. Porque mi madre, además de regalarme la vida, me dio tanto. Entonces parte de mi agradecimiento con ella es no recordarla de esa manera. De recordarla en plenitud, con una sonrisa."

"En mi familia no creemos mucho en la muerte, yo digo que falleció, pero para mí el alma es eterna. Yo creo que ella en este momento está presente, no en forma física, pero su alma, sí. La siento en pila de momentos, cuando tengo que tomar decisiones, pienso '¿qué haría mamá?'. Cuando me miro al espejo y hago un gesto y digo: 'Acá está mamá'", finaliza.