Comenzó una semana muy especial para Peñarol y para su técnico Mauricio Larriera. Este domingo falleció el padre del entrenador aurinegro, y el lunes volvió a Los Aromos para preparar lo que será el clásico revancha de octavos de final de la Copa Sudamericana el jueves a la hora 21.30 en el Estadio Campeón del Siglo.
Para la definición de la llave ante Nacional, Peñarol tiene a su favor la doble ventaja de haber ganado y de haberlo convertido dos goles de visitante en el Gran Parque Central.
Esos tantos le dan la posibilidad de que le sirvan tres resultados para clasificar a los cuartos de final de la Copa Sudamericana: ganar, empatar y perdiendo 1-0 avanza a la siguiente ronda.
Este lunes, Conmebol eligió el golazo de Valentín Rodríguez como el mejor de la semana en el torneo.
“Redondeamos un partido muy bueno en todas las facetas de juego. Vale mucho haber ganado, ya que se trata de un partido histórico a nivel mundial, de los clásicos más antiguos del fútbol y lo hicimos de visitantes por una copa internacional es aún más importante. Este triunfo tiene un valor histórico para Peñarol, y nosotros queremos colaborar un poquito más en la gran historia de la institución”, sostuvo Larriera luego de la victoria del jueves.
Como informó Referí la semana pasada, esta llave ante Nacional es relevante para saber el futuro del entrenador carbonero. Si no logra pasarla, será imposible que siga al frente del plantel. El DT lo sabe.
Alcanza tal trascendencia este clásico que puertas adentro de Los Aromos desde el propio plantel le bajan revoluciones a las emociones y a la ansiedad previas, según pudo saber Referí, entienden que son los 90 minutos más importantes desde la final ante Santos, disputada hace ya 10 años.
Otros también piensan que es relevante por el momento político del club con una nueva gestión, liderada por Ignacio Ruglio.
Luego de haber perdido el Torneo Clausura y el Uruguayo 2020 a manos de Nacional, y de estar nueve puntos abajo del líder Plaza con un partido por jugar, en Peñarol, la clasificación a cuartos de final de la Copa Sudamericana la recibirían como el triunfo más importante de la actual gestión que lleva siete meses y medio.
Eso da una idea de lo que significa el encuentro del jueves para todo el grupo, no solo de futbolistas, sino también del cuerpo técnico e incluso de dirigentes.
Si bien faltan dos días más para el clásico, una fuente del club reveló a Referí que por el momento Larriera no tiene intenciones de tocar el equipo que ganó en el Gran Parque Central.
El DT quería probar a Facundo Torres en el lugar de Pablo Ceppelini, pero lo desechó. Hizo unas pruebas en los entrenamientos, pero por el momento, no hará variantes para el jueves.
De no haber imprevistos en estos días, la idea de Larriera es repetir la oncena con Kevin Dawson; Giovanni González, Fabricio Formiliano, Gary Kagelmacher, Joaquín Piquerez; Jesús Trindade, Walter Gargano; Agustín Canobbio, Facundo Torres; Pablo Ceppelini y Agustín Álvarez Martínez.
El premio que conseguirá Peñarol si clasifica a la siguiente fase de la Copa Sudamericana será sumar US$ 600 mil, que se agregan a los US$ 500 mil que percibirá por el encuentro de local que jugará el jueves.
En caso de clasificar, en cuartos de final deberá enfrentar al ganador de la llave entre Sporting Cristal de Perú y Arsenal de Argentina.
En el encuentro de ida entre estos equipos jugado la semana pasada, Arsenal fue ganando hasta el minuto final, pero dos goles del uruguayo-peruano, Alejandro Hohberg, con pasado en los aurinegros y nieto de una de las grandes glorias del club (Juan Eduardo Hohberg), en los minutos 90 y 90+8, le dio un triunfo agónico a Sporting Cristal por 2-1.
La revancha se disputará este miércoles a la hora 19.15 en Buenos Aires.
Para el partido del jueves a puertas cerradas y sin público -excepto dirigentes de ambos clubes y prensa-, Peñarol prepara un recibimiento muy importante.
A la hora de que los futbolistas salgan a la cancha se encenderá gran cantidad de fuegos artificiales en las afueras del Estadio Campeón del Siglo para apoyar a los jugadores, tal como también sucedió en el partido de ida con Nacional en el Gran Parque Central.
Peñarol se apronta con todo y Larriera no quiere sorpresas. Por eso es que su intención es apostar al mismo equipo que le dio la última alegría.
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