Hace cinco meses Peñarol era un caos. Los jugadores no daban pie en bola, la dirigencia estaba desnorteada, la hinchada volvía a los desbordes de la violencia y dos entrenadores probados en el club con títulos (Mauricio Larriera y Leonardo Ramos) se sucedieron en el cargo sin encontrarle la vuelta al equipo. La realidad cambió drásticamente. El club apostó por contrataciones de nivel y a un entrenador de jerarquía con conocimiento del medio. Hoy el equipo es líder con cinco puntos de ventaja en el Torneo Apertura.
Alfredo Arias y Matías Arezo tienen mucho que ver con este momento del aurinegro que este domingo derrotó 2-1 a Deportivo Maldonado.
Arias es un técnico de ideas claras: sus equipos son valientes porque juegan y van el frente. También están respaldados en un trabajo físico liderado por un hombre que sabe al dedillo lo que tiene que darle al entrenador, que es el profe Ignacio Berriel.
La renovada energía con la que desembarcó en Los Aromos generó cambios. Basta con ver lo que pasó este domingo. Matías Aguirregaray jugó su mejor partido en más de un año. Juan Manuel Ramos cerró su sector, se proyectó con inteligencia y metió un tiro libre en el palo. Hace cinco meses los hinchas pedían sus cabezas.
Apretado por el calendario, Arias hizo una movida de riesgo: sentó a ocho titulares en el banco y reservó piernas porque este martes (hora 21.00, Campus de Maldonado) el aurinegro se juega el año internacional y económico enfrentando a River Plate por un lugar en la fase de grupos de la Copa Sudamericana.
Y la movida fue exitosa. No solo por el triunfo, sino también por las formas. El equipo jugó como juegan los equipos de Arias. Intensos, profundos, agresivos para recuperar, protagonistas. Y además de eso, con mucha fibra. El equipo empezó perdiendo y supo cómo dar vuelta el marcador.
Esa fibra del equipo bien puede resumirse en el juvenil Pablo López. El zurdo falló en un pelotazo largo a Tomás Fernández que propició el gol de Maximiliano Cantera. En el segundo tiempo quedó solo en un balón parado ante Guillermo Reyes y no pudo resolver. Antes y después de esas acciones disputó cada pelota con el corazón en la mano y en cada tranque o despeje a tiempo hizo levantar a la tribuna.
También se lesionó Carlos Sánchez, en el posterior, tras anotar el gol del empate. El Pato había tenido un buen arranque conformando un tándem interesante con Aguirregaray.
Pero esa sociedad que equilibraba con experiencia la juventud del equipo, se rompió cuando Sánchez pateó de zurda, hizo el gol y salió lesionado.
Arias no dudó en cambiar el sistema y colocar en lugar del volante a un delantero de área, como Óscar Cruz. De un 4-3-3, el equipo pasó a un 4-4-2 con Kevin Méndez y Nico Rossi de extremos, Rodrigo Saravia y García en el medio y Cruz con La Joya Hernández en ataque.
Con el partido cerrado, el entrenador mandó a cancha antes de lo que tenía previsto a Matías Arezo.
Y Arezo es la diferencia del fútbol uruguayo. Un notable centro de Cruz le permitió anotar de cabeza al ex River Plate y darle a Peñarol la ventaja. La jugada la inició Ignacio Laquintana que entró muy bien y que también es otro jugador con respecto al del año pasado. Un jugador tonificado por la confianza, más preciso en sus pases, un poco más determinante cuando pisa el área.
Arezo suma siete goles en cinco partidos. Y por él Peñarol es más candidato que nadie a ganar el Apertura. Y por él, Peñarol ya teme esa cláusula de retorno a mitad de año que el club tuvo que firmar para que Granada se lo diera en préstamo.
La alerta que encendió Defensor Sporting con un penal en la hora, hizo que Peñarol defendiera con extrema atención los minutos finales.
Cantera solo se las ingenió para llevarle peligro a Thiago Cardozo. ¡Qué gran jugador de fútbol uruguayo es Cantera! De tranco lento, de físico pesado, de mirada recia, el volante ofensivo conoce todos los secretos del juego y en cualquier cancha es capaz de complicar a cualquier defensa.
Por eso fue muy simbólico que en su último intento, Aguirregaray lo haya bloqueado tirándose al piso y reaccionando con reflejos felinos para evitar tocar la pelota con las manos. El Vasquito terminó acalambrado en las dos piernas. Por esa acción y por el gran esfuerzo que hizo en el partido.
Hace cinco meses, se tiraba a marcar, la pelota le pasaba entre las piernas, Peñarol perdía y se iba insultado. Este domingo se ganó una de las ovaciones de la tarde y fue pieza importante para darle el triunfo al aurinegro.
Así es el fútbol. Cambiante y caprichoso, hermosamente cruel. Los que hace unos meses se arrastraban sin poder obtener resultados hoy sacan pecho de orgullo y van dando pasos firmes rumbo al primer torneo del año.
Con los jugadores que reservó Arias, el equipo que se perfila para jugar ante River Plate será con Thiago Cardozo, Pedro Milans, Hernán Menosse o Yonatthan Rak, Léo Coelho, Lucas Hernández; Sebastián Cristóforo, Sebastián Rodríguez, Santiago Homenchenko; Ignacio Laquintana, Matías Arezo y Valentín Rodríguez.
Sánchez se lesionó y ya quedó descartado.
Yonatthan Rak ya está recuperado de su desgarro en el bíceps femoral y estará a la orden. Según pudo saber Referí, Arias definirá este lunes si será o no titular.
Diego Rolan no llegará. Sufrió un edema en su lesión muscular en el gemelo interno y se apunta a que llegue el próximo fin de semana, contra Montevideo City Torque.
No estará Brian Mansilla, quien sufrió esguince de tobillo en la práctica del viernes ni Máximo Alonso, desgarrado en el último partido de Tercera.
El que sigue al margen por su recuperación de rotura de ligamentos es el zaguero juvenil Matías González.
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