Fútbol > ANÁLISIS
Peñarol tiene el Clausura a pedir de boca pero debe recuperar su nivel
Los tres puntos logrados ante Fénix ya son historia. La cabeza está puesta en el partido más importante de este semestre: el clásico del sábado que viene.
La falta de marca en la última zona, el pobre rendimiento de los laterales, el poco juego de Maximiliano Rodríguez y la soledad extrema de Gabriel Fernández en ofensiva, también quedaron atrás.
Más allá de ello, está claro que Fénix encendió las alarmas porque le pudo entrar por donde quiso al equipo de Diego López que jugó un encuentro pobre, más allá de la victoria.
Es más, al albivioleta le anularon un gol por un inexistente fuera de juego de Alex López cuando perdían 1 a 0. Eso generó luego la expulsión de Juan Ramón Carrasco.
Este desempeño con carencias en casi todas sus líneas, dejó un mensaje claro con relación al fin de semana que viene con clásico incluido: Peñarol está obligado a recuperar el nivel que llegó a mostrar antes de perder cinco de seis puntos contra Torque y Rampla Juniors, más allá de que contra este último, jugó un buen primer tiempo.
De no hacerlo, no podrá aprovechar la gran chance que tiene de saltar a la cima de la Tabla Anual y de abrochar ya el Clausura.
¿Qué pasó en estos últimos partidos que hicieron que el equipo bajara su rendimiento? “Contra Torque merecimos perder y empatamos. Ante Rampla, merecimos ganar y perdimos”, dijo la semana pasada una fuente aurinegra a Referí.
Ante los rojiverdes, faltaron Lucas Viatri, Guzmán Pereira y Cristian Rodríguez. El equipo hizo una buena primera mitad, pero careció de personalidad y perdió un compromiso difícil de explicar.
El rendimiento de Agustín Canobbio en esos encuentros siguió decayendo y a partir de allí, el pasado sábado ante los albivioletas perdió la titularidad.
Puntos altos y bajos
Kevin Dawson se erigió en figura ante Fénix, pero no puede sacarlas todas y si la defensa rinde tan mal cuando enfrente a Nacional, será un problema muy grande para los aurinegros.
Lo más interesante que mostró el equipo de López fue el aporte de Darwin Núñez. El juvenil de 19 años le dio más aire al ataque aurinegro jugando fuera de puesto como volante por izquierda –le ganó el lugar a Canobbio– y luego como delantero cuando salió Maxi Rodríguez. Puede ser una opción para el DT de cara al clásico, más allá de su falta de experiencia en esta clase de compromisos.
Hablando del argentino, como sucedió en la mayor parte del Clausura, su nivel dista mucho del mostrado en el Apertura y el año pasado. Peñarol lo siente.
El aurinegro recuperó al doble cinco con Guzmán Pereira y Cristian Rodríguez, dos futbolistas trascendentes y en una zona medular. Si bien tuvieron buenas y malas, su presencia siempre es relevante y en partidos como contra Nacional suelen levantar su nivel.
Nacional tendrá unos días muy especiales, porque además de apostar obviamente al clásico, pocas jornadas después se enfrentará a Fluminense, un rival brasileño no tan fuerte –viene de caer ante su eterno rival, Flamengo 3-0 por el Torneo Brasileiro– al cual puede superar para llegar a las semifinales de la Copa Sudamericana. Peñarol tiene que pensar en Peñarol y en que no puede jugar un clásico tan trascendente con el rendimiento que ha tenido últimamente. La premisa en Los Aromos será mejorar notoriamente. Con el panorama bien claro: si gana, será campeón del Clausura y pasará a Nacional en la Anual donde la ventaja otra vez es de un punto.
