El diálogo entre el chavismo y la oposición llevado en Ciudad de México con vistas a establecer pautas que desembocaran en elecciones libres en Venezuela se trabó a fines de 2022. El gobierno de Nicolás Maduro quería que Washington diera señales claras de que las sanciones económicas contra su gobierno serían levantadas y la Casa Blanca quería muestras del chavismo de que fijara fecha para los comicios.
En enero, el coordinador de la Plataforma Unitaria opositora, Gerardo Blyde, pidió a Maduro que fueran retomadas las conversaciones en la capital mexicana. Sin embargo, ni Washington dio muestras de levantar el congelamiento de fondos ni el gobierno venezolano quiso retomar las conversaciones.
Fue así que, en ese marco, el presidente colombiano Gustavo Petro tomó la iniciativa de convocar en Bogotá a líderes de distintos países para una conferencia donde estuvieran presentes tanto representantes del chavismo como de la oposición.
Este sábado por la noche, Petro y la oposición venezolana coincidieron en ese encuentro en la necesidad de que el gobierno de Nicolás Maduro fijara una fecha para las elecciones presidenciales de 2024, ya que Plataforma Unitaria tiene un cronograma para dirimir con elecciones internas un candidato único.
Fue la primera vez que Petro se encontró con los opositores venezolanos. Hasta ahora, sí logró que ambos países retomaran vínculos diplomáticos, abrir fronteras y, dato clave, conversar en Washington directamente con el presidente Joe Biden respecto de la reunión que tendrá lugar en la capital de Colombia el próximo martes.
Junto a Petro estuvo el canciller Álvaro Leyva, una pieza clave en el armado del presidente izquierdista. Leyva es un veterano político que fue mediador con los grupos guerrilleros colombianos en la década del ’80, cuando presidía el país el mandatario conservador Belisario Betancur.
Tras la reunión, Leyva dijo a la prensa: “El momento es este, no hay otro. Esperamos que las elecciones tengan lugar en 2024 con todas las reglas propias del sistema interamericano. Es el momento de dar un campanazo en América latina en el sentido de que lo que vale es la democracia”.
El primer pedido que Petro le hizo a Maduro cuando asumió la presidencia en agosto de 2022 fue que Venezuela se adhiriera al sistema interamericano. Es decir, a la Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual se había retirado Hugo Chávez cuando era presidente. Sin embargo, Maduro no dio ese paso. La semana pasada, Petro, en la propia OEA, dijo enfáticamente que debía cambiarse la carta democrática para reintegrar a Venezuela y Cuba.
Leyva, tras esta reunión con la Plataforma Unitaria dijo claramente que el único punto fuerte del encuentro del próximo martes es el de las elecciones. En ellas están trabajando desde la sede presidencial colombiana y también desde la Casa Blanca. Pero la realidad es que Washington no dio señales aún de levantar, aunque sea paulatinamente, las sanciones que, en su gran mayoría fueron puestas por Donald Trump, ahogan la economía venezolana.
El canciller colombiano dijo que la fecha de los comicios debe acordarse “de forma acelerada, pero no precipitada”. Por su parte, el representante de la coalición opositora Gerardo Blyde señaló que la cumbre internacional organizada por Petro en Bogotá para tratar el tema venezolano debe servir para “exhortar” a que se reactive la mesa de negociación de México.
“Nuestra intención es llegar a los acuerdos que requiere el país para que haya elecciones libres, para que haya condiciones de recuperar la economía venezolana, para que no haya presos políticos ni perseguidos ni violaciones a los Derechos Humanos”, dijo Blyde.
Blyde agradeció a Petro el empuje que significará el encuentro del martes, pero enfatizó que la negociación debe llevarse a cabo en México. Esa es “la herramienta fundamental”. Insistió en que ellos nunca paralizaron la negociación ni se levantaron de la mesa de diálogo.
El chavismo espera señales de Washington porque, sin reactivación económica, el fiel de la balanza electoral puede volcarse a la oposición. Con la liberación de los fondos congelados, no sólo tendrían muchos miles de dólares para los programas sociales y para inyectar en la producción, sino que Maduro pondría sobre la mesa que puede mantener su política de alineamiento con Cuba, Rusia e Irán y, al mismo tiempo, retomar el trato con la Casa Blanca, que se fue deteriorando desde el inicio del ciclo chavista, hace 23 años.
Petro se había visto con Maduro en seis ocasiones, pero no había tenido hasta ahora ningún acercamiento con la oposición. Su posición en esos encuentros era un tanto ambigua. Le pedía a Maduro que llamara a elecciones, pero no quería un choque con el chavismo.
Para el presidente de Colombia es importante que la cumbre del martes sea un paso adelante porque, además, necesita reactivar el diálogo en Caracas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tras deponer las acciones armadas y sentarse a la mesa, retomó operaciones que, a su vez, llevaron a que Petro ordenara un incremento de las actividades de las Fuerzas Armadas contra ese grupo.
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