Philomène Café: cocina con acento francés

Al llegar a la esquina de Solano García y Miñones, uno no puede evitar enamorarse -ya a primer golpe de vista- del local de Philomène Café.
Íntimo y apacible, este pequeño café de paredes empapeladas, no cuenta con más de una treintena de sillas. La mayor parte de las mesas permanecen acodadas sobre ventanas enrejadas, regadas de jardineras que regalan verdor.

La escalera de madera que lleva al baño, cruje.
Junto a la barra, una mesa adornada por un bello espejo provenzal, ostenta un sofá de madera con almohadones.
Más allá, el pizarrón con los especiales del día, y junto la puerta, estantes de madera hacen gala de las teteras vintage características de la casa.

A LA CARTA
Philomène Café exhibe una carta de corte gourmet, cuidada, con platos con notorios pincelazos de cocina francesa, que varían cada semana.
Ofrece tartas, sopa del día, sándwiches, flammkuchen, ensaladas, un plato sugerencia, y postres.
Para la hora del té -momento fuerte del día para el Café- ofrece cafetería completa, una amplia carta de tés, tortas y cookies, donde de nuevo se cuelan especialidades francesas como el Croissant relleno y la Croque-monsier.

Nosotros visitamos el Café al mediodía, para almorzar.
Pedimos dos sopas del día, que en nuestra visita resultó ser la famosa Soupe à L'oignon o Gratinée des Halles, sopa de cebollas con rodajas de pan y queso gratinado (gruyère o emmental).
La sopa nos gustó muchísimo, pero justo es decir que no exhibía el color marrón que la misma debe tener. Esta sopa se elabora caramelizando la cebolla a fuego vivo, hasta que adquiere un bonito color chocolate. En este caso, la sopa mostraba tan sólo un color grisáceo, típico de la cebolla “hervida”.

Como principales tomamos la Sugerencia del Día, que era Berenjenas rellenas de carne con bechamel y queso, y el Flammkuchen de la semana que era de tomates, albahaca y calabaza asada.
Las Berenjenas estaban realmente deliciosas. De porción abundante, y acompañadas con un pequeño bouquet de ensalada, resultaron un almuerzo contundente y muy disfrutable.
También nos gustó mucho el Flammkuchen, una suerte de Pizza Bianca italiana pero sin queso.
El Flammkuchen es una especialidad Alsaciana, que consta de una masa fina, redonda y crujiente, con toppings que hoy día varían, pero que en la receta original se limitaban a crema de leche (común o ácida), panceta y juliana de cebollas.

Para beber, preferimos una limonada con menta, y un refrescante jugo de pomelo rosado, ambos exprimidos al momento y muy frescos.

Una nota de color. Philomène Café todas las semanas invita a sus clientes a proponer el “Plato Sugerencia”, bajo la idea de prepararlo para la semana siguiente.
Como cada semana son varias las propuestas formuladas por los comensales, la Dirección se ve obligada a escoger una, con la condición de invitar con un almuerzo de cortesía, a su impulsor.

SOBREMESA
Philomène resulta un lugar ideal para pasar un grato momento, tanto sea a la hora del almuerzo como a la hora del té.
Ofrece una carta breve pero variada al almuerzo, y luego sí una extensa oferta a la merienda.
El servicio es muy cordial y dedicado.

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