El árbitro polaco Szymon Marciniak, designado para la final de la Liga de Campeones del 10 de junio, presentó sus disculpas este viernes, después de una polémica que alcanzó a la UEFA por su participación en un congreso organizado por la extrema derecha de su país.
"Después de haber reflexionado y tras una investigación más profunda, resultó que fui gravemente engañado y que ignoraba totalmente la verdadera naturaleza y afiliaciones del evento en cuestión", escribe Marciniak en una declaración comunicada por la UEFA.
El árbitro expresó sus "más sinceras disculpas" por haber participado el lunes en un congreso organizado en Katowice por Slawomir Mentzen, uno de los líderes de extrema derecha que declaró en 2019 no querer "judíos, homosexuales, aborto, impuestos ni Unión Europea".
Mentzen había anunciado la participación del árbitro en sus redes sociales. “Marciniak arbitró a última final del Mundial de Qatar, en unos días estará en la final de la Champions League y el lunes juzgará a través de su ojo perfecto si el evento Everest es el mejor de su tipo”, celebró en Instagram.
"No sabía que (este evento) estaba asociado a un movimiento de extrema derecha polaco. Si lo hubiera sabido, habría declinado categóricamente la invitación. Los valores promovidos por este movimiento son totalmente contrarios a mis convicciones personales y a los principios que me esfuerzo por defender en mi vida", continúa Marciniak.
La UEFA, alertada el jueves por la asociación de lucha contra el racismo y el antisemitismo Nigdy Wiecej (Nunca más), declaró tomarse el asunto "muy en serio", pero confirmó la designación del polaco para arbitrar el Manchester City - Inter de Milán del próximo 10 de junio en Estambul.
La institución europea "toma nota" de "las profundas disculpas y la aclaración" de Marciniak y explicó haber contactado Nigdy Wiecej, que "pidió" mantener al árbitro y valoró que su sustitución "perjudicaría la promoción de la lucha contra la discriminación".
La UEFA, criticada durante la Eurocopa 2020 por rechazar que la ciudad de Múnich pudiera iluminar su estadio con los colores arcoíris para denunciar las leyes homófobas húngaras durante el Alemania-Hungría, recordó su propio compromiso contra "el odio, la discriminación y la intolerancia".
En Polonia varias voces defendieron también al árbitro, que dirigió en diciembre la final del Mundial.
"Es el mejor árbitro del mundo, respetando a cada persona y velando por ese respeto dentro del campo y en la vida. No podemos juzgarlo basándonos en una sola e injusta opinión", declaró en Twitter el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki.
El viernes, la asociación polaca de fútbol PZPN declaró que "después de haber hablado con el árbitro y de haber examinado las pruebas recogidas, la Federación Polaca de Fútbol rechaza todas las acusaciones contra Szymon Marciniak".
AFP
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