Los casos de abigeato son lo que más se denuncia ante la Dirección Nacional de Seguridad Rural (DNSR) y, en ese sentido, uno de los departamentos más afectados es Canelones, informó a El Observador el comisario mayor Williard González, jefe de la DNSR.
González completó 27 años de carrera policial y hace 20 que trabaja en seccionales con jurisdicción rural, el 12 de agosto de este año pasó a ser el encargado de la dirección que debe garantizar la seguridad rural y desde que asumió ha recorrido el país encontrándose con asociaciones y gremiales rurales, “buscando generar una confianza con la gente vinculada a la agropecuaria”.
Por ser el más frecuente, el delito de abigeato es al que la DNSR le da más prioridad, admitió. También comentó que cuando asumió no “desconocía” la realidad a la que se enfrentaba.
“En el primer semestre de 2020 hubo un aumento del 30% en las denuncias, sin embargo en octubre las denuncias bajaron un 40%”; y en eso se basa González para asegurar que se ha avanzado en el control de este delito.
“Si se miran los índices del 12 de agosto al 12 de noviembre, comparado con el mismo período del año pasado, el descenso es del 9,2%”, indicó.
Por otro lado, insistió en que “entre todos, productores y la Policía de todas las jefaturas, se logran resultados positivos. Esto es cuestión de trabajar, apuntar todos hacia el mismo lado y tener un efecto positivo”. Por eso mismo enfatiza en el valor de que se hagan las denuncias de este delito.
“Tengo muy claro que tengo que estar muy cerca de los productores. Ante la dificultad de llegar a cada productor del país es que me vinculo con sus representantes, para conocer la realidad de primera mano”, destacó.
González explicó que la modalidad en la que se realiza el abigeato varía en todos los departamentos. A veces es un lanar o varios, otras un vacuno o varios. En este último caso, opinó: “Tiene que haber personas que deben estar organizadas: una sola persona no puede ir, matar, trasladar y después consumir un vacuno entero sola”.
El contrabando de animales se relaciona con este delito. La frontera seca entre Uruguay y Brasil es uno de los puntos donde la DNSR pone su atención, porque por allí se trasladan animales para faena clandestina, detalló.
El foco también se pone en los cursos de agua navegables, “porque esa es otra modalidad: matan animales que bajan a beber agua al curso de agua y luego los faenan en lugares que no son tan visibles para una recorrida normal que pueda hacer la Policía”.
Finalmente, consultado sobre los recursos disponibles, en Florida, donde se encuentra la sede de la DNSR, cuentan con dos camionetas, una lancha y un cuatriciclo. En cada una de las otras 18 jefaturas departamentales se cuenta con las mismas camionetas.
El director de la DNSR adelantó que –en breve– el Ministerio del Interior entregará motos para realizar el patrullaje en caminos que no son tan transitables para vehículos de cuatro ruedas.
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