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Venezuela llegará a las elecciones del 22 de abril con Nicolás Maduro con el "sartén por el mango" y una oposición que no logra sacar la cabeza
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24 de febrero de 2018 a las 05:00
Escribe Fabiana Culshaw
Especial para El Observador
La mesa político-electoral venezolana está servida para que el presidente Nicolás Maduro, que se presentará como candidato para su reelección para el período 2019-2025, sea el ganador.
Él mismo así lo dijo en público al señalar que cuenta con "todo el apoyo del pueblo" y que arrasará a sus adversarios políticos en la contienda.
Sus opositores también piensan que el resultado será a favor de Maduro, pero no por el apoyo popular sino por un proceso electoral "fraudulento" a favor del chavismo. A pocas semanas de las anunciadas elecciones, no es sorpresa que los principales contrincantes de la oposición decidieran no participar en la contienda por esa razón.
Maduro, sin perder la calma, dijo que "con o sin contrincantes habrá elecciones el 22 de abril" y arriesgó una propuesta temeraria: "Queremos cuatro elecciones en una: elecciones presidenciales, elección de 165 diputados de la Asamblea Nacional, 23 Consejos Legislativos y 335 Consejos Municipales... Es una idea maravillosa".
La idea del "combo" (es decir, más de una elección en un solo evento) proviene de Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo y uno de los principales estrategas del gobierno, a quien no le tiembla el pulso a la hora de enfrentarse "contra el imperio o quién sea", según suele decir.
En este momento, la Asamblea Nacional Constituyente –considerada inconstitucional o ilegal por la oposición, la Iglesia católica y la mayoría de la comunidad internacional- está analizando la propuesta del "combo" y decidirá en los próximos días.
Lea también: La OEA exhorta a postergar elecciones previstas para abril
De acuerdo a la Constitución, las elecciones para la Asamblea Nacional (parlamento) deberían darse recién en dos años. Con el control de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora en la actualidad, el gobierno tendría más facilidad para conseguir aprobación de sus políticas que incluye el delicado asunto crediticio.
Mientras tanto, los venezolanos cansados de las tramas políticas sufren la peor de las crisis de su historia contemporánea con una inflación de más del 3.000% al cierre del año 2017 y un desabastecimiento de alimentos y medicinas que los ha llevado a una pobreza generalizada.
La candidatura única es un plato fuerte del oficialismo, que decide apostar por un mandatario que ha ido bajando su popularidad y que es la sombra de Chávez en cuanto a liderazgo se refiere, pero que ha sabido mantener las sillas para él y quienes lo rodean, incluyendo a integrantes del alto mando de las Fuerzas Armadas que ocupan cargos importantes en el gobierno.
Maduro declaró que defenderá la "revolución bolivariana". "No les voy a fallar... Seré el candidato de la clase obrera venezolana", afirmó.
La sentencia ordena que, en la medida en que la MUD no es un partido sino un conjunto de organizaciones políticas que podrían acudir a las elecciones por separado, queda excluida porque "su participación contravendría la prohibición de doble militancia".
De esa forma, la estrategia de los partidos de oposición de presentarse bajo una tarjeta electoral única quedó totalmente anulada, lo que fue vivido como un golpe de muerte en la MUD.
Más allá de la inhabilitación, la MUD emitió un comunicado en el que afirma que no participará. Si no es bajo la tolda de la MUD, no se presentarán como candidatos por separado.
La situación de los líderes de la oposición es bastante disímil. Unos están inhabilitados, algunos en el exilio, y otros se sienten acorralados ante las condiciones que ha puesto el gobierno para estas elecciones.
Por ejemplo, uno de los máximos líderes de la oposición y ex coordinador del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, sigue inhabilitado por su condición de preso domiciliario. En su momento fue condenado como uno de los principales "conspiradores contra la estabilidad y paz de Venezuela".
Primero Justicia, otro de los partidos de gran convocatoria dentro de la oposición, también ha sido inhabilitado por el CNE por no haber cumplido con los requisitos formales para validarse como tal, según lo indica el reglamento electoral. Julio Borges, su coordinador nacional, observó que ese argumento es un "tecnicismo", pero de nada sirvió.
Su principal referente, Henrique Capriles, se encuentra inhabilitado desde el año pasado por supuestos ilícitos administrativos durante su período como gobernador del estado Miranda.
El partido Acción Democrática, con Henry Ramos Allup al frente (archirrival de Maduro y quien fuera presidente de la Asamblea Nacional), se inclinaba a participar en la contienda, pero declinó en pro de un pronunciamiento conjunto de la oposición.
En cuanto a Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas y hoy en el exilio, declaró que no se dan las condiciones para que la oposición participe en los comicios.
Ese panorama llevó a la decisión de los principales partidos que marcan el pulso de la oposición –Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo- de emitir un comunicado conjunto en el que señalan que no se presentarán a las elecciones porque no tienen garantías y no quieren "hacerle el juego al gobierno".
El exgobernador del estado Lara Henri Falcón –militar y abogado- se presentará como candidato por su partido Avanzada Progresista. Aunque estuvo en las filas del chavismo, ahora se declara "independiente". Hay quienes dudan de su actual posición política.
En los últimos días, el pastor evangélico Javier Bertucci anunció que se postulará como candidato. Este fundador de la asociación civil El Evangelio Cambia, figura en la lista de sospechosos en la investigación de Panama Papers por contar con una empresa en paraísos fiscales y se le vincula con el chavismo. Él lo niega. En el año 2010 estuvo detenido por contrabando.
Ante ese pobre y desolado cuadro de la oposición, Maduro corre con ciertas ventajas en la contienda electoral.
El gobierno de EEUU dijo que solo respaldará "un sistema de elecciones real, completo y justo". Por su parte, Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea, declaró que es "esencial" que las elecciones presidenciales en Venezuela sean "transparentes".
El Grupo de Lima, por su parte, rechazó la convocatoria adelantada de las elecciones al considerar que la oposición queda en desventaja (necesita más tiempo para organizarse) y pidió un nuevo cronograma electoral.
El director de la ONG Centro Internacional para Derechos Humanos,Justicia y Libertad, Miguel Méndez Fabbiani, advirtió que los plazos fijados por el CNE no son suficientes para que una misión de observación internacional trabaje en forma rigurosa.
En tanto, la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó este viernes una resolución en la que exhortó al gobierno de Venezuela a postergar las elecciones y presentar otro calendario electoral.
Por 19 votos a 5, con 8 abstenciones, el Consejo Permanente de la entidad formuló un llamado a Venezuela a que "reconsidere la convocatoria de las elecciones presidenciales y presente un nuevo calendario electoral", de acuerdo con el texto de la resolución.
La adopción de ese nuevo calendario debe permitir "la realización de elecciones con todas las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente, legítimo y creíble".
El chavismo siempre ha rechazado las acusaciones sobre supuestos fraudes electorales y señala que estas responden a los intentos imperialistas de frenar el avance del socialismo en la región. Acusa a la oposición de querer boicotear los comicios por orden de la Casa Blanca que buscaría derrocarlo.
Especial para El Observador
La mesa político-electoral venezolana está servida para que el presidente Nicolás Maduro, que se presentará como candidato para su reelección para el período 2019-2025, sea el ganador.
Él mismo así lo dijo en público al señalar que cuenta con "todo el apoyo del pueblo" y que arrasará a sus adversarios políticos en la contienda.
Sus opositores también piensan que el resultado será a favor de Maduro, pero no por el apoyo popular sino por un proceso electoral "fraudulento" a favor del chavismo. A pocas semanas de las anunciadas elecciones, no es sorpresa que los principales contrincantes de la oposición decidieran no participar en la contienda por esa razón.
Maduro, sin perder la calma, dijo que "con o sin contrincantes habrá elecciones el 22 de abril" y arriesgó una propuesta temeraria: "Queremos cuatro elecciones en una: elecciones presidenciales, elección de 165 diputados de la Asamblea Nacional, 23 Consejos Legislativos y 335 Consejos Municipales... Es una idea maravillosa".
La idea del "combo" (es decir, más de una elección en un solo evento) proviene de Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo y uno de los principales estrategas del gobierno, a quien no le tiembla el pulso a la hora de enfrentarse "contra el imperio o quién sea", según suele decir.
En este momento, la Asamblea Nacional Constituyente –considerada inconstitucional o ilegal por la oposición, la Iglesia católica y la mayoría de la comunidad internacional- está analizando la propuesta del "combo" y decidirá en los próximos días.
Lea también: La OEA exhorta a postergar elecciones previstas para abril
De acuerdo a la Constitución, las elecciones para la Asamblea Nacional (parlamento) deberían darse recién en dos años. Con el control de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora en la actualidad, el gobierno tendría más facilidad para conseguir aprobación de sus políticas que incluye el delicado asunto crediticio.
Mientras tanto, los venezolanos cansados de las tramas políticas sufren la peor de las crisis de su historia contemporánea con una inflación de más del 3.000% al cierre del año 2017 y un desabastecimiento de alimentos y medicinas que los ha llevado a una pobreza generalizada.
Un solo candidato oficial
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) llegó al acuerdo de que el presidente Maduro sea el único candidato que los represente en estas elecciones.La candidatura única es un plato fuerte del oficialismo, que decide apostar por un mandatario que ha ido bajando su popularidad y que es la sombra de Chávez en cuanto a liderazgo se refiere, pero que ha sabido mantener las sillas para él y quienes lo rodean, incluyendo a integrantes del alto mando de las Fuerzas Armadas que ocupan cargos importantes en el gobierno.
Maduro declaró que defenderá la "revolución bolivariana". "No les voy a fallar... Seré el candidato de la clase obrera venezolana", afirmó.
Trabas a la oposición
El golpe más duro que recibió la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -un agrupación de partidos opositores- en este proceso hacia las elecciones fue la resolución del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del lunes 29 de enero, de que no puede presentarse a los comicios.La sentencia ordena que, en la medida en que la MUD no es un partido sino un conjunto de organizaciones políticas que podrían acudir a las elecciones por separado, queda excluida porque "su participación contravendría la prohibición de doble militancia".
De esa forma, la estrategia de los partidos de oposición de presentarse bajo una tarjeta electoral única quedó totalmente anulada, lo que fue vivido como un golpe de muerte en la MUD.
Más allá de la inhabilitación, la MUD emitió un comunicado en el que afirma que no participará. Si no es bajo la tolda de la MUD, no se presentarán como candidatos por separado.
La situación de los líderes de la oposición es bastante disímil. Unos están inhabilitados, algunos en el exilio, y otros se sienten acorralados ante las condiciones que ha puesto el gobierno para estas elecciones.
Por ejemplo, uno de los máximos líderes de la oposición y ex coordinador del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, sigue inhabilitado por su condición de preso domiciliario. En su momento fue condenado como uno de los principales "conspiradores contra la estabilidad y paz de Venezuela".
Primero Justicia, otro de los partidos de gran convocatoria dentro de la oposición, también ha sido inhabilitado por el CNE por no haber cumplido con los requisitos formales para validarse como tal, según lo indica el reglamento electoral. Julio Borges, su coordinador nacional, observó que ese argumento es un "tecnicismo", pero de nada sirvió.
Su principal referente, Henrique Capriles, se encuentra inhabilitado desde el año pasado por supuestos ilícitos administrativos durante su período como gobernador del estado Miranda.
El partido Acción Democrática, con Henry Ramos Allup al frente (archirrival de Maduro y quien fuera presidente de la Asamblea Nacional), se inclinaba a participar en la contienda, pero declinó en pro de un pronunciamiento conjunto de la oposición.
En cuanto a Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas y hoy en el exilio, declaró que no se dan las condiciones para que la oposición participe en los comicios.
Ese panorama llevó a la decisión de los principales partidos que marcan el pulso de la oposición –Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo- de emitir un comunicado conjunto en el que señalan que no se presentarán a las elecciones porque no tienen garantías y no quieren "hacerle el juego al gobierno".
Candidatos alternativos
Andrés Velásquez, exgobernador del estado Bolívar, podría ser candidato de oposición con La Causa R, pero hasta el momento es una opción electoral poco atractiva.El exgobernador del estado Lara Henri Falcón –militar y abogado- se presentará como candidato por su partido Avanzada Progresista. Aunque estuvo en las filas del chavismo, ahora se declara "independiente". Hay quienes dudan de su actual posición política.
En los últimos días, el pastor evangélico Javier Bertucci anunció que se postulará como candidato. Este fundador de la asociación civil El Evangelio Cambia, figura en la lista de sospechosos en la investigación de Panama Papers por contar con una empresa en paraísos fiscales y se le vincula con el chavismo. Él lo niega. En el año 2010 estuvo detenido por contrabando.
Ante ese pobre y desolado cuadro de la oposición, Maduro corre con ciertas ventajas en la contienda electoral.
La comunidad internacional
El adelanto de la fecha de las elecciones presidenciales (se esperaban para diciembre y serán en abril), sumado a otras irregularidades despertó críticas no solo de la oposición, sino también de la Iglesia Católica, que es muy activa políticamente en ese país (ver página 4), y de la comunidad internacional.El gobierno de EEUU dijo que solo respaldará "un sistema de elecciones real, completo y justo". Por su parte, Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea, declaró que es "esencial" que las elecciones presidenciales en Venezuela sean "transparentes".
El Grupo de Lima, por su parte, rechazó la convocatoria adelantada de las elecciones al considerar que la oposición queda en desventaja (necesita más tiempo para organizarse) y pidió un nuevo cronograma electoral.
El director de la ONG Centro Internacional para Derechos Humanos,Justicia y Libertad, Miguel Méndez Fabbiani, advirtió que los plazos fijados por el CNE no son suficientes para que una misión de observación internacional trabaje en forma rigurosa.
En tanto, la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó este viernes una resolución en la que exhortó al gobierno de Venezuela a postergar las elecciones y presentar otro calendario electoral.
Por 19 votos a 5, con 8 abstenciones, el Consejo Permanente de la entidad formuló un llamado a Venezuela a que "reconsidere la convocatoria de las elecciones presidenciales y presente un nuevo calendario electoral", de acuerdo con el texto de la resolución.
La adopción de ese nuevo calendario debe permitir "la realización de elecciones con todas las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente, legítimo y creíble".
El chavismo siempre ha rechazado las acusaciones sobre supuestos fraudes electorales y señala que estas responden a los intentos imperialistas de frenar el avance del socialismo en la región. Acusa a la oposición de querer boicotear los comicios por orden de la Casa Blanca que buscaría derrocarlo.
