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Rusia lanzó un satélite iraní en medio del tenso clima por la guerra en Ucrania

Permite tomar fotografías con una precisión de un metro y constituye el comienzo de una "cooperación estratégica" entre Teherán y Moscú en materia aeroespacial
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09 de agosto de 2022 a las 16:20

El satélite iraní de alta resolución y detección remota Kahyyam fue finalmente lanzado al espacio a bordo de un cohete ruso Soyuz-2.1b desde el cosmódromo Baikonur, que opera la agencia espacial Roscosmos en la región de Kazajstán. Un lanzamiento que Teherán definió como el comienzo de una "cooperación estratégica" entre ambas países en la industria espacial.

La puesta en órbita del satélite -que lleva el nombre del poeta y erudito persa Omar Khayyam (1048-1131)-estuvo precedida por una nota publicada por The Washington Post, que citando a funcionarios de inteligencia occidentales anónimos afirmó que Moscú planea usarlo “durante meses” para apoyar sus operaciones militares en Ucrania.

La Agencia Espacial Iraní (AEI) aseguró que el país controlará el Kahyyam "desde el día uno" y que “ningún tercer país podrá acceder a la información" debido a su "algoritmo encriptado". Según la AEI, la misión del satélite es reforzar “las capacidades de gestión y planificación” en una variedad de temas, como “aumentar la productividad agrícola” y “monitorear los recursos hídricos y los desastres naturales”, además de “monitorearlas fronteras del país”.

En una declaración del lunes pasado, la AEI enfatizó "el alto factor de confiabilidad del lanzador Soyuz" y afirmó que "debido al peso del satélite de más de dos y media toneladas y la alta tasa de éxito del lanzador Soyuz, el lanzamiento fue confiado a Rusia".

El lanzamiento y la puesta en órbita fue uno de los temas que destacaron el presidente Vladimir Putin, su par iraní, Ebrahim Raisi, y el líder supremo Ali Jamenei en Teherán en julio pasado, en el marco de uno los pocos viajes al exterior que realizó el mandatario ruso desde el inicio de la guerra en Ucrania.

Según la agencia de noticias estatal IRNA, Irán tiene la capacidad de construir satélites de detección remota con una resolución de imagen de 5 a 10 metros y puede ponerlos en órbita dispositivos de hasta 50 kilogramos a una altura máxima de 500 kilómetros.

“Este es el comienzo de una cooperación estratégica entre Irán y Rusia en la industria espacial”, dijo el ministro de Ciencia y Tecnología, IssaZarepour, quien agregó que su país tiene como objetivo lograr la tecnología para poner un satélite de 100 kilogramos en la órbita de 500 kilómetros para el próximo año.

Teherán, además, ha enfatizado que el Kahyyam no forma parte del programa espacial militar del país y que “las fuerzas de defensa seguirán sus propios caminos exclusivos técnica y estratégicamente para dar cuenta de sus propias necesidades”. Esto último en referencia al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), que ha lanzado dos satélites hasta el momento y planea lanzar otro en marzo del año que viene, según especificó el jefe aeroespacial de las fuerzas de élite, Amirali Hajizadeh.

El Ministerio de Defensa de Irán también realizó un lanzamiento de prueba de un vehículo satelital  a fines de junio que, según dijo, tenía fines de investigación. Teherán ha sostenido que su programa espacial militar solo tiene fines de defensa y no representa una amenaza para los demás. Sin embargo, los funcionarios occidentales han expresado su preocupación y han dicho que la misma tecnología puede usarse para transportar ojivas nucleares.

Por su parte, Irán, que logró lanzar su primer satélite militar en abril de 2020, ha dicho constantemente que no busca un arma nuclear y desde abril de 2021 negocia con las potencias mundiales, incluida Rusia, para restaurar el acuerdo nuclear de 2015, que Estados Unidos abandonó unilateralmente en 2018, durante el gobierno de Donald Trump.

Los gobiernos occidentales, pero especialmente Washington, temen que los sistemas de lanzamiento incorporen tecnologías intercambiables con los de los misiles balísticos, capaces de lanzar una ojiva nuclear, algo que Irán ha negado que pretenda construir. Un tema que Estados Unidos volvió a poner sobre la mesa tras la reunión de Putin y Jamenei, donde ambos plantearon una "cooperación de largo plazo" entre  Moscú y Teherán.

Tras el lanzamiento del Kahyyam, la agencia especial iraní afirmó que "todas las órdenes vinculadas al control y la operatividad del satélite serán emitidas por expertos iraníes del Ministerio de Comunicaciones". Fue poco después que funcionarios de Teherán insistieran en que las actividades aeroespaciales del país son pacíficas y acordes con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y que su programa espacial tiene fines civiles y defensivos que no vulneran el acuerdo nuclear de 2015.

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