Salto: tres candidatos fuertes, disputa entre partidos tradicionales y ventaja del FA

Andrés Lima, del Frente Amplio, va en busca de la reelección. Carlos Albisu, del Partido Nacional, quiere aprovechar la buena aprobación del gobierno nacional para volver a traer a los blancos al poder departamental después de 25 años. Y Germán Coutinho, del Partido Colorado, se sabe líder de una fuerza política que nunca dejó el sillón municipal en manos ajenas por más de un quinquenio. Esa es la realidad política de Salto, un departamento que, con tres candidatos fuertes, presenta uno de los comicios más reñidos para este 27 de setiembre.

Las principales encuestadoras a nivel nacional que publicaron sus mediciones sobre este departamento del norte (Opción, Factum y Radar) coinciden en un concepto: marcan a frentistas y blancos como los que van a estar en la definición y dejan a los colorados un poco más relegados pero aún con chances.

La última encuesta de Opción, por ejemplo, que agrupa los resultados obtenidos en julio y agosto, le da la ventaja al FA con el 38%, seguido por el Partido Nacional con 30%, mientras que el Partido Colorado apenas obtendría el 19%.

La de Factum, que fue realizada entre el 11 y el 16 de setiembre, presenta un empate técnico entre Albisu (34%) y Lima (34%), y muy por debajo aparece Coutinho (19%). Además, habría un 7% de votantes indefinidos que podrían llevar la balanza para un lado u otro de la elección. 

Las mediciones de Radar, en tanto, que presentan una foto de la intención de voto al 19 de agosto, muestran un panorama competitivo entre frenteamplistas (34%) y nacionalistas (29%), pero con una leve ventaja a favor del oficialismo local. Coutinho, por detrás, aparece con el 19% de las preferencias.

Pero más allá de las cifras presentadas, cada candidato hace su lectura política de la situación en función de sus conveniencias. Tanto Lima como Albisu y Coutinho creen que van a ganar. Los dos primeros se apoyan en las encuestas para sostenerlo y el último asegura que las mediciones están erradas y desconocen el trabajo en los barrios. 

Albisu entiende que en estas elecciones se está dando el efecto contrario que lo que ocurrió en 2010 y 2015: así como en esos comicios hubo “15.000 blancos” que “prestaron su voto” para que el colorado le ganara las elecciones a Lima, ahora hay muchos colorados que lo van a apoyar porque lo ven como el candidato que puede sacar al FA del poder. 

“Nosotros estamos con mucha fe, el partido está como nunca. Tenemos dos listas de colorados, una lista de exfrentistas, tenemos al Partido Independiente adentro, a Cabildo Abierto con su candidato. Acá hay un dirigente colorado, que sacó 3.000 votos en la última elección de octubre, que es (Daniel) Galiazzi, que hoy está trabajando junto a nosotros. Hoy estamos con dirigentes y gente que estaba en la lista de ediles de Germán hasta hace diez días, que hoy cambiaron los clubes”, dijo a El Observador el candidato favorito entre los blancos.

Albisu, que es médico y fue nombrado como presidente de la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande con el cambio de gobierno, cree que la victoria a nivel nacional de Luis Lacalle Pou pudo haber sido un factor clave en su propio crecimiento. La buena aprobación del mandatario a nivel nacional (arriba del 60%) es mejor aún en Salto, donde los guarismos están por encima del 70%, según Equipos Consultores y Factum. 

“Desde el 2010 estamos trabajando con Luis. Ha venido de 6 a 8 veces por año. El interior de Salto con él lo recorrimos siete veces en estos años”, contó.

Coutinho, sin embargo, cree que los blancos han hecho un “bombardeo aéreo con las encuestas” y han apostado a esa “estrategia” porque “claramente no están en el territorio”. El senador apuesta a su aparato –dice que los colorados tienen 48 listas, diez más que el FA y 27 más que los nacionalistas– y está convencido de que los colorados ganarán con más de 30.000 apoyos en una elección donde votarán unos 85.000 salteños.

De todas formas asegura comprender el crecimiento del Partido Nacional en Salto porque sostiene que, gracias al apoyo del gobierno, “desplegaron un escenario de poder”. 

“Creo que lo que benefició (a Albisu) fue ser autoridades en CTM, no solo el candidato que es el presidente de la delegación sino el secretario general. Y no menos de seis o siete cargos en la salud, en la RAP, en el Hospital, en el Ministerio de Trabajo, en el Mides. Además del apoyo permanente de todos los ministros y todas las autoridades que han venido llegando en este tiempo a Salto”, reprochó. 

Lima, en tanto, se ve beneficiado con la disputa entre los partidos tradicionales y espera confiado llegar a una buena votación. Tal como señala el análisis de la encuesta de Opción, si la campaña en Salto continúa “en un esquema de tercios”, las perspectivas son “francamente mejores para el oficialismo frentista”.

"La campaña la basamos en hacer recordar al salteño lo que se hizo a lo largo de estos cinco años en gestión y por otro lado proponer nuestra visión para lo que debe ser Salto en los próximos cinco años para lo que es un contexto difícil para el país y la región. Apuntamos fundamentalmente a la inversión y trabajo. Entendemos que si bien la Intendencia hará su tarea tradicional, que es la reparación de calles, la iluminación y la recolección de residuos; tenemos que elevar un poco la mira y generar inversión en Salto y trabajo", aseguró Lima en entrevista con Desayunos Informales días atrás.

Antecedentes

Los sucesivos gobiernos del Partido Colorado en Salto marcan lo evidente: el departamento fue siempre un bastión del batllismo. Aunque registraron algunas derrotas puntuales, los colorados siempre dieron pelea en esta tierra de aguas termales. Aún en estos años donde la fuerza política no tiene buenas votaciones a nivel nacional, Salto, al igual que Rivera, presenta apoyos importantes a los candidatos colorados

Lo que también está claro en el departamento es que las elecciones departamentales no pueden ser comparables con las nacionales.  

Si alguien en las elecciones departamentales de 2015 hubiera hecho pronósticos con los votos de las elecciones nacionales de 2014, se hubiera equivocado. Entre blancos y colorados, en esas elecciones nacionales, apenas hubo 955 votos de diferencia. Sin embargo, en las departamentales siguientes esa brecha se amplió mucho.

En mayo de 2015, el Frente Amplio ganó con un 45% de los votos, pero apenas un punto por delante del Partido Colorado (unos 1.500 votos de diferencia). El Partido Nacional, en tanto, obtuvo apenas el 6% de los votos. Esos 955 votos de diferencia que habían entre blancos y colorados en octubre de 2014, pasaron a ser 33.066 a favor de los colorados en mayo de 2015. 

Un período después, la historia se repitió en las elecciones nacionales. Blancos y colorados tuvieron solo 300 votos de diferencia. Lo que aún resta saber es si en estas departamentales de 2020 los colorados seguirán demostrando su fuerza en el departamento o, en cambio, los blancos volverán al poder en Salto al igual que lo hicieron en 1990 cuando también mandaban a nivel nacional. O, quizás, en esa lucha de poderes, los partidos más tradicionales dejarán en manos del Frente Amplio una nueva victoria municipal.