El arzobispo de París, Monseñor Michel Aupetit, celebró el sábado por la tarde la primera misa en Notre Dame desde el incendio que destruyó parcialmente la catedral hace dos meses.
"Por evidentes razones de seguridad", según la diócesis de París, ningún fiel estuvo presente en esta misa que fue sin embargo transmitida en directo por la cadena católica KTO, para que "los cristianos pudieran participar y comulgar".
Solo una treintena de personas, la mitad de ellas sacerdotes, asistieron a la misa de una hora, que se inició a las seis de la tarde (hora local) en la capilla ubicada tras el coro, un lugar donde está garantizada la seguridad.
Estuvieron presentes, además de monseñor Aupetit y el rector de Notre Dame, monseñor Patrick Chauvet, canónigos, voluntarios, personas que trabajaban en la catedral y empleados de la diócesis.
La intención fue realizar una misa simbólica para significar que la catedral "sigue viva", dijo Chauvet.
En la entrada se pidió a los asistentes que llevaran un casco, aunque los sacerdotes mantuvieron su atuendo litúrgico habitual.
El incendio de la catedral el 15 de abril provocó gran conmoción en todo el mundo y un impulso de solidaridad para salvar y restaurar este lugar emblemático de la capital francesa.
El monumento, clasificado en el patrimonio mundial de la Unesco, perdió su aguja, su techumbre y parte de su bóveda.
La fecha de la misa fue elegida en relación con la fiesta de la Dedicatoria, que conmemora la consagración del altar de la catedral. Una fecha "altamente significativa, espiritualmente", subrayó monseñor Chauvet a la AFP, quien se congratula de mostrar que "Notre Dame está bien viva".
Un pequeño grupo de comulgantes se reunió en la Capilla de la Virgen --más al este del edificio-- que albergaba la Corona de espinas, uno de los tesoros de la catedral para los católicos, y que fue salvado in extremis de las llamas la noche del incendio.
La explanada ante la catedral sigue cerrada al público, por lo que el oficio religioso que precedió a la misa no pudo celebrarse ahí, tal como se contempló en algún momento.
Desde el incendio, entre 60 y 150 obreros trabajan en el lugar, evacuando escombros y estabilizando la estructura. El monumento sigue en su fase de consolidación. Los trabajos para afianzar el lugar llevarán aún varias semanas, antes de que se inicien largos y complejos estudios previos a las obras de renovación.
El presidente francés Emmanuel Macron se ha comprometido a que la catedral sea reconstruida en un plazo de cinco años.
Por otro lado, dos meses después del incendio que devastó parcialmente la catedral solo el 9% de los 850 millones de euros prometidos para su restauración fueron abonados, si bien las autoridades cuentan con que los montos irán llegando.
Ello se explica por el hecho de que las pequeñas donaciones de particulares se realizan sin condiciones especiales, pero las grandes donaciones de empresas y colectividades están sometidas a procesos mucho más complejos y largos.
Fuente: AFP
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