Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA

Trabajó en un súper, le apuntaron con un arma y quiere terminar el liceo: la historia de Gonzalo Rizzo

El defensa de Rampla anotó el fin de semana su primer gol en primera y habló con Referí sobre su vida
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24 de julio de 2018 a las 05:00

Tenía 18 años recién cumplidos y se dio cuenta de que el dinero que entraba en la casa no alcanzaba. Jugaba en la Tercera división de Rentistas, en la B, y decidió dejar el estudio para ayudar a sus padres, sin dejar el fútbol. Con el paso de los años, retomó el tema de los libros.

"Ganaba $ 8.000 en el club y pese a que ayudaba en casa con lo que podía, busqué laburo. Conseguí en un supermercado cerca. Estaba bueno porque me pagaban $ 12 mil y no gastaba en boletos ya que me quedaba cerca. Trabajé dos años y medio reponiendo y ayudando en lo que fuera", cuenta a Referí Gonzalo Rizzo, 22 años, zaguero de Rampla que el domingo, con su primer gol en Primera división, le dio tres puntos trascendentes a su equipo ante Fénix.

Cuando hacía un mes que trabajaba, estaba cerrando de noche la reja y sucedió lo inesperado. Delincuentes armados le apuntaron con un revólver.

"Como yo era el más alto, siempre cerraba la reja. En ese momento, ante ese hecho, estaba más preocupado por las cajeras y mis otros compañeros, que por mí mismo. Porque a veces con los nervios, a las chicas no les abren las cajas. Por suerte quedé apagado (sic), no reaccioné de ninguna manera, porque podría haber pasado cualquier cosa. Me cayó la ficha un rato después cuando llamé a mi madre y le conté: '¡¿Qué pasó?! ¿¡Te apuntaron con un arma?! Pero, ¿estás bien?', me contestó a los gritos", recuerda.

Gonzalo hoy volvió a los estudios. Cursa sexto de Medicina en el liceo 65 de Maroñas porque en el futuro le gustaría seguir la carrera de preparador físico o quizás de director técnico "y es importante conocer de medicina, sobre todo, para la educación física". Claro que también sigue ayudando económicamente en su casa.

Su agenda habitual es ir a entrenar al Olímpico desde su casa del Cerrito de la Victoria por las mañanas, de tarde descansar o también estudiar para alguna materia y por la noche, concurrir al nocturno del liceo. Se acuesta tarde y bastante cansado.

"Mi viejo siempre me dijo que no dejara de estudiar. Aparte de hacerlo por mi futuro –teniendo en cuenta que la carrera de futbolista es corta–, también me ayuda a ser más culto", aporta.

Hace poco tiempo, ladrones entraron al estadio de Rampla Juniors y robaron todo. Él nunca deja nada, pero casualmente, después de un partido entre semana ante Danubio, le dejó sus dos pares de zapatos de fútbol al utilero. "Estaban llenos de barro y preferí dejárselos", dice.

Pues justo esa noche, la única que había dejado algo, desvalijaron toda la utilería y le robaron todos los botines a él y a sus compañeros, además de las camisetas.

A los tres días debían enfrentar a Nacional y no tenían zapatos.

Pero varios jugadores de la selección donaron 16 pares. "Habían donado Diego Godín, Luis Suárez, Nicolás Lodeiro y Martín Campaña, entre otros. Pero yo calzo 12, es decir, 45, y lamentablemente no había. Igual pude conseguir un par aparte".

Rampla –como muchos clubes del fútbol uruguayo– no atraviesa un buen momento económico y eso repercute en muchas cosas.

A veces, después de entrenar, se tiene que bañar con agua fría en pleno invierno. O no puede cambiar las camisetas con sus rivales porque tienen un juego solo. Incluso ahora, cuando juegan por Copa Sudamericana.

"¿Si es un sacrificio? Sacrificio era ir a trabajar al supermercado. Por lo menos, hoy hago lo que me gusta y vivo de eso. Que no está bueno bañarse a veces con agua fría, es cierto. Pero eso no es un sacrificio para mí. Voy a trabajar al fútbol con gusto, a entrenar con ganas. Eso no lo considero un sacrificio", explica Gonzalo.

De aquel botija que se inició en el baby fútbol de El Ciclón del Cerrito al zaguero de hoy, hubo algunas paradas. Pasó por Defensor Sporting, luego la Séptima de Racing y todo el resto de las divisiones menores las hizo en Rentistas, hasta que se fue a préstamo a Progreso.

Allí jugó con el arquero Rodrigo Odriozola y cuando este pasó a Rampla, le dijo que fuera a probarse.

"En Rentistas peleaba el puesto con dos referentes como Jadson Viera y Deivis Barone, por eso jugaba poco. Rodrigo me dijo: 'Para pelear por un puesto en la B, ¿por qué no te venís a Rampla a pelearlo en la A?' Y le hice caso", cuenta.

El Ronco López lo hizo debutar en Primera en Rampla y por eso dice que le debe "todo". Y también recuerda a Juan Duarte, ex DT de Progreso que fue el primero en hacerlo entrar a una cancha cuando estaban en la B con Progreso.

El domingo anotó el primer gol de su carrera y le ganaron 1-0 a Fénix. "Fue intuición. En los córners, yo tengo que ir siempre al primer palo a arrastrar marcas o a peinarla, pero tenía rivales tan altos como yo y me fui al segundo palo. Me cayó la pelota justo. Me avivé después del partido cuando mis compañeros me felicitaron, porque en ese momento, quería mantener el cero en nuestro arco, ya que jugábamos contra un rival directo por el descenso".

Antes de los partidos, en la concentración y en el bus que los lleva a las canchas, ve videos de Sergio Ramos. "Juega en la elite del fútbol y hay que aprender todo lo que se pueda". Va en ese camino.

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