omo se argumentaba en la columna anterior (14/5/20), el abordaje de la vulnerabilidad requiere, entre otras cosas, de una transformación educativa profunda e integral que tenga como foco orientar y apuntalar el potencial de aprendizaje y de desarrollo de cada persona desde cero a siempre bajo diversidad de encares y formatos. Esto implica repensar los contenidos de la formación para contribuir a cimentar el bienestar y desarrollo de las nuevas generaciones.
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