Tras precios y faena por las nubes, la ganadería aterriza

El precio del ganado gordo lleva dos semanas de un moderado ajuste. Por un lado el freno de la economía de China lleva a algo más de calma, por otro lado hay una oferta muy abundante desde los corrales que persistirá hasta los primeros días de junio.

En un mes terminará un ejercicio económico que será difícil de superar en cuanto a márgenes. No solo por precio, sino también por un récord de vacunos faenados. Eso también parece difícil de sostener. ¿Viene un aterrizaje suave en un proceso estable? Esa parece la hipótesis más probable.

Aunque hay una inversión muy fuerte en corrales, la faena por un tiempo dejará de crecer. A estos niveles de faena la extracción está devorando al stock.

De modo que con costos más altos veremos probablemente una cierta baja en las ventas y en el precio de venta.

Un momento bisagra

El cambio de semestre será un momento bisagra para la ganadería, que quiere construir la confianza de que esta es la nueva realidad y que se puede seguir invirtiendo para convertir al sector en Uruguay a uno que funcione con un marco parecido al de los países de Oceanía, a los que durante décadas se los miró casi que con envidia. Precios con pisos altos, productividad creciente y un marco propicio para invertir.

Pero también es un mundo erizado de riesgos y un sector que tiene una dependencia muy alta de las ventas a China, por lo que este ajuste deber ser observado con atención.

Si la actual baja de precios se confirma como moderada, la revolución productiva actual seguirá. Si el precio del novillo gordo se sostiene por encima de los US$ 5 por kilo, habrá una inversión sostenida en el sector para aumentar la producción, aunque no sea posible que eso se note en el corto plazo, no hasta que haya un salto en la producción de terneros.

En esa bifurcación de caminos hay razones para evaluar un cierto ajuste de precios como algo razonable y moderado.

Por ejemplo, es muy inusual que el precio por kilo de la carcasa de un novillo supere al precio de exportación. Y esa ha sido la situación de los últimos tiempos. Pero eso ocurre con un precio de exportación que nunca se había visto antes. En marzo de este año el precio de exportación de la carne vacuna cruzó por primera vez la barrera de los US$ 5.000 por tonelada de carcasa, lo que permitiría pagar a las relaciones históricas de precios US$ 4,60 por kilo de novillo. Pero en ese mismo mes de marzo el precio cruzó los US$ 5 y siguió subiendo. Es posible que las relaciones entre el precio de exportación y el del novillo hayan cambiado estructuralmente, pero también sería lógico que el precio de la carcasa quedara a la par del precio de exportación, en lugar de superarlo.

Por el momento, a pesar de que hay anuncios de baja de precio de la carne en China por el covid, hasta ahora eso no se ha reflejado en  las cotizaciones de exportación que registra el Instituto Nacional de Carnes (INAC), que se mantienen ya significativamente por encima de los US$ 5.300.

Y a pesar de algún ajuste en las últimas dos semanas, el precio se sostiene por encima del de la carne exportada.

El dato

47% aumentó el ingreso de divisas por exportaciones de carnes en lo que va de 2022, con relación al mismo lapso de 2021, alcanzando los US$ 1.302,6 millones. China explica US$ 773,4 millones de ese total (el 59,3%). El 82,2% de lo embarcado es carne de vacuno.

EO

Advertencias desde Argentina

La pregunta central pasa a ser si es sostenible el precio de exportación. Dado que la exposición del sector cárnico uruguayo a China es máxima (supera el 70%), el freno de la economía china y las restricciones drásticas impuestas para controlar el covid deben ser seguidas de cerca.

En Argentina hay preocupación. “Covid cero en China: un nuevo golpe en plena salida de vacas”, se títuló el último informe semanal del mercado Rosario Ganadero (Rosgan). Para respaldar con datos la preocupación Rosgan apunta a que “en abril se embarcaron 33.750 toneladas peso producto, 14% menos que en marzo. Sin embargo, como en Uruguay, el precio subió ya que “la cotización promedio superó los U$S 5.000 la tonelada, unos U$S 200 más que la media de marzo”.

El Rosgan menciona una baja del precio de la carne a China de 3 a 5%, que no parece alarmante dado que es una corrección desde precios récord.

Los riesgos de la economía mundial son muchos y muy serios. Esta semana la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, advirtió que la economía global estaba ante el mayor desafío desde la II Guerra Mundial, por la confluencia de pandemia, guerra y cambio climático.

Es un escenario que lleva a un nivel importante de precaución, pero que también tiene del lado de la oferta un nivel de escasez de alimentos –y en particular de cereales– que semana tras semana se va haciendo más dramático.

Esto que sucede con los granos repercute en el mercado de la carne, dado que en el hemisferio Norte una combinación de sequías estructurales y alto precio del maíz hacen a la producción de carne cada vez más difícil.

Con pocos terneros por la sequía y alto costo de alimentación, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea están liquidando sus rodeos. De modo que la oferta global es sostenida por Brasil y Australia, principalmente.

Faena: 2,75 millones en 12 meses

En Uruguay la oferta ganadera puede estar muy cerca de un máximo que demorará en ser superado. La faena de mayo será nuevamente muy alta. En 12 meses el ingreso de vacunos a frigoríficos superará por primera vez en la historia los 2,75 millones. Pero a partir de junio la actividad se mantendrá en niveles similares o levemente menores a los de igual mes de 2021. Seguirá un nivel muy alto de actividad, pero el crecimiento en la faena de novillos precoces será compensada por el declive de los novillos de más de dos años, que serán cada vez más escasos. Así la faena de 2022 irá en el segundo semestre moderándose, para pasar en términos de 12 meses de 2,75 a 2,7 millones.

Una baja leve numéricamente, pero importante para el mercado porque esa relativa escasez será un seguro ante las bajas eventuales de precios.

La industria deberá competir para hacerse con hacienda. Ya hay señales claras de esa lógica. La faena de novillos de seis dientes va cayendo 13% y la de más edad 16% en mayo, una tendencia a la baja que se va gradualmente acentuando y que es irreversible.

Las proyecciones del stock vacuno a mediados del año son consistentes en un descenso importante ante tan fuerte faena. Con una oferta que ya no crece y una población total en baja, las restricciones de la oferta operarán como estabilizadoras. Para que el precio del ganado baje en términos que realmente reduzcan las intenciones de inversión de los productores tiene que ocurrir una catástrofe en el mercado de China. Algo que puede suceder si el covid se descontrola, pero que es poco probable.

Si a eso agregamos que el período de junio a octubre estacionalmente es de relativamente baja oferta ganadera, parece más probable, salvo una debacle en China, que los precios del novillo persistan en niveles cercanos pero no menores a los US$ 5 por kilo de carcasa y que las fuertes transformaciones del sector ganadero continúen.

Un primer hito de esas transformaciones tal vez se vean en los datos de preñez que se conocen anualmente en la jornada de Cría del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).

Finalmente, aún con clima adverso como hubo el año pasado en el tercio norte de Uruguay, es posible que la producción de terneros inicie una trayectoria de gradual crecimiento que posibilitará más adelante superar la faena de estos 12 meses. Pero eso llevará un buen tiempo.

Uruguay se incorpora a la lógica de restricciones en la oferta tras 12 meses de faena récord. 

Luego de la sucesión de ascensos de precios llega una meseta de valores y faena que en principio será confortable tanto para los frigoríficos como para los productores. Una meseta que es como un altiplano, de una altura suficiente como para que la revolución ganadera continúe.