Tres trabajos: la llave que usó la atleta Nazarena Fleitas para abrir las puertas de la capital

Se vino a la capital con uno de sus hermanos y crecieron de golpe: no sabían cocinar, nunca habían limpiado en su casa y así comenzó su historia más reciente, esta de Nazarena Fleitas, que la lleva a ser una de las mejores atletas uruguayas representando a Peñarol.

"Para los jóvenes del interior, es complicado venir a vivir a Montevideo. Al principio, extrañaba muchísimo y me quería volver a Casupá", contó Nazarena a Referí.

Había dejado de correr, su gran cable a tierra, su pasión desde niña. 

Es que en Casupá tenía una pista de atletismo sin tartán, pero en la que podía entrenar. El tema era que no había quién la entrenara. Podía ir a Maldonado, pero tenía solo 16 años y sus padres le pidieron que no lo hiciera, ya que tendría que haberse ido a vivir sola. Tiempo después, en setiembre del año pasado, pudo inaugurar en su ciudad la flamante pista de tartán.

A su vez, tanto ella como sus padres quisieron que mejorara desde el punto de vista intelectual y la cambiaron para un liceo de Tala porque era mejor en cuanto a la exigencia. Querían que fuera mejor en los estudios. De esa manera, hacía los 66 kilómetros diarios entre ida y vuelta al liceo. Pero en Tala no había siquiera pista para entrenar.

En 2015 decidió volver a las pistas. Lo primero que hizo fue anotarse en el ISEF para hacer la licenciatura de Educación Física. Como al lado del ISEF está la Pista de Atletismo del Parque Batlle "Darwin Piñeyrúa", se presentó en Peñarol y comenzó de nuevo con la adrenalina de correr.

"Soy hincha de Peñarol de toda mi vida. Busqué la hora en que iban a ir a la pista, me presenté y el entrenador era Daniel Leite, el padre de mi actual entrenadora, Ana Laura Leite, a quien acompaña Leonel Ramírez. Yo estaba acostumbrada a correr 100 metros, pero con el tiempo se dieron cuenta que podía ser mejor en carreras largas. Entonces, empecé primero en 200 metros y luego en 400. Recuerdo que la primera que corrí de 400 metros, me fue mal porque marqué 1 minuto 6 segundos. (Se ríe). Hoy los corro en 57 segundos", explicó.

El tema es que no tenía el calzado necesario. "Mis championes eran chatos y me dolían mucho los pies. Tuve periostitis durante un buen tiempo".

Nazarena admite que "ser deportista amateur es bastante complicado".

Ese crecimiento que tuvo en su vida desde que llegó a Montevideo, se vio proyectado a su vez a nivel deportivo. Pero para eso, ya vive sola y ella misma se paga todo. ¿Cómo hace? Tiene tres trabajos.

El primero que consiguió fue animar cumpleaños para niños. "Los entretenemos con juegos, diferentes actividades como títeres o inflables. Me gustan mucho los niños", dice.

Un tiempo después, en junio del año pasado, concursó para poder ingresar al Ministerio de Defensa, y consiguió un cupo en la Dirección General de Secretaría.

Su tercer trabajo lo acaba de conseguir y comenzará a trabajar como profesora de Educación Física en un liceo pocas horas.

Aún le falta terminar la tesis para la licenciatura en el ISEF y el tema de la misma es "La gimnasia artística en las plazas de deportes de Montevideo".

Desde la semana que viene, sus horarios serán muy limitados para poder entrenar. A la hora 7 entrará al Ministerio, a las 13 en el liceo en el que permanecerá hasta las 15. Entre esa hora y las 17.30 será cuando tendrá un rato libre para entrenar y hacer las labores de su casa, porque a las 18, comienza con la animación de cumpleaños. Por ejemplo, esa semana venidera, hay cumpleaños todos los días. 

"Desde las 7 hasta las 22.30 es una rutina diaria bastante complicada, solo con algún rato para entrenar. Es bastante cansador", explica.

En mayo del año pasado, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF por sus siglas en inglés), dio a conocer el ranking de las mejores atletas uruguayas y Nazarena quedó en el cuarto lugar debajo de Déborah Rodríguez, María Pía Fernández y Lorena Aires.

Ha ganado muchos títulos en sus especialidades, 400 metros y 400 metros vallas, ya que los 800 los dejó de lado pese a que fue campeona nacional.

"El año pasado, tuve la mejor marca en carreras llevadas a cabo en Uruguay de los 400 metros y de los 400 metros vallas, sin contar las carreras de Déborah (Rodríguez) en el exterior", cuenta.

Los 800 decidió dejarlos porque se corren los domingos de mañana, el mismo día de los 400 vallas, lo que le complicaba mucho las cosas.

En diciembre del año pasado, la Confederación Atlética del Uruguay, le otorgó cuatro diplomas: tres por ser campeona nacional en 400 m, 400 m vallas y 800 m, y uno más por haber ganado el relevo de 4x400 m.

El consejo directivo de Peñarol la invitó al Palacio Cr. Gastón Guelfi como representante del atletismo del club. "Para mí fue muy importante poder dialogar con todos los dirigentes. Fue un día muy especial", recuerda.

La competencia que lleva en el corazón fue el Grand Prix Darwin Piñeyrúa que ganó el año pasado. "Fue lo mejor que me ocurrió en mi carrera de atleta. establecí mi mejor marca, me sentí increíblemente bien con mis entrenadores y además, estaba mi familia presente.

Nazarena tiene 25 años y cuando puede, va a ver a Peñarol en el Estadio Campeón del Siglo, pero no tiene ídolos. Solo hace un par de excepciones: "Me encantaba Tony Pacheco por la garra que le ponía. También el Lolo Estoyanoff porque lleva al club adentro y se desvive por Peñarol".

Como referente en su especialidad tiene a su entrenadora "porque fue atleta, es experta en vallas y tiene el récord nacional de heptatlón", mientras que a nivel internacional, habla de Allyson Felix, porque "es mujer y corre más rápido que muchos varones de acá".

Dentro de algunos años, dice que le gustaría "trabajar para Peñarol en atletismo. Se unirían mis dos pasiones".