Tanto si pensás que lo elegiste como que no, el cambio toca a tu puerta. Y sí tenés elección: implica que tomes decisiones tanto de movimiento como de pasividad. La última opción, en forma inactiva, significa que otros decidan por vos, que avances según la voluntad de alguien que -aunque te quiera y te oriente - no sos vos.
Quedás cual marioneta que se mueve al son del qué dirán, del quedar bien, del sumarte a la masa, del no me animo o lo que sea que te proporcione ese algo que necesitas y te deja pertenecer a algún grupo, estilo, etiqueta, época o lugar.
Pero cuando tomas las riendas, y aún en muchas ocasiones sin tener claro hacia dónde vas ni llegarás, indefectiblemente te empoderas. ¿Sabes por qué? Porque te das cuenta -aun sin ser consciente- del gran poder que tenés y que por el solo hecho de ser vos mismo, vales la pena y no necesitas ni de la aprobación ni de la valoración de otros. Contigo alcanza y está muy bien.
Ya sea en tu vida personal, laboral o profesional, el cambio es tan cierto como que estás vivo. Es la vida misma que evoluciona para que crezcas y tengas la maravillosa oportunidad de expresar quién sos.
Y en este proceso, cada nuevo paso implica que ya no seas el mismo por estar transformado. Cada nueva metamorfosis que viviste evidenció algo nuevo de vos y ese algo nuevo, contiene cada una de las etapas previas para sumar. Y se suma, como decía Steve Jobs, uniendo los puntos y así dando significado a tu vida y a vos mismo.
Por eso, cada cosa, cada persona y cada situación que vivís, está allí para darte la oportunidad de cambiar y ser quien estás destinado a ser.
Esta es una columna un poco diferente a las habituales y a la vez, -al igual que el resultado del cambio- contiene a las anteriores.
Cada una es una propuesta de movimiento y acción hacia el despliegue de tus potencialidades y capacidades para que tengas una vida cada vez más feliz.
Y al ser feliz, ser una inspiración para tu entorno, aportas para ser el cambio mismo. Que trae consigo una propuesta de evolución, autenticidad y revelación. Tené certeza que solo un ser maravilloso se anima a caminar en lo incierto con la seguridad que sea lo que sea que encuentre a la vuelta de la esquina, será un nuevo aprendizaje y una nueva oportunidad.
Por eso es que se trata de vivir cada cambio como una nueva oportunidad -tanto si lo deseaste o te va a llevar a un mejor lugar, como si te llega un balde de agua fría que no entendés por qué-. ¿Viste esas veces que te parece estar viviendo un sueño y que ya te vas a despertar, solo para darte cuenta, un rato después, que es la pura realidad? En lugar de sentirte desdichado, enojado o triste, buscá el sentido, el mensaje que hay allí escondido para vos.
Seguro ya te pasó y te seguirá sucediendo. Tené la certeza y convicción que muy pronto entenderás y podrás estar en un lugar mejor, siendo más vos mismo.
Pero eso depende de qué posición asumas y si te animás a vivir el cambio como una oportunidad para decidir y así en forma activa, elegis, con la certeza que sos cada vez más dueño de vos mismo e incidís en tu realidad y tu futuro.
Por eso y para eso, confía, entrégate y aprendé.
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