Egresados de secundaria durante la pandemia tienen "desempeño inferior" a generaciones anteriores, alerta Udelar

Porque previo a la emergencia sanitaria, el 13,5% de los estudiantes de Geometría y Álgebra Lineal era recursantes (no había podido aprobar la materia con anterioridad). Ahora, en cambio, casi un tercio (32%) está recursando la asignatura. Y la explicación no es que se hayan sumado viejos alumnos que debían hace mucho tiempo este curso, sino que “los estudiantes que han egresado de secundaria durante la pandemia y en el año 2022 muestran un desempeño notoriamente inferior que sus pares pertenecientes a generaciones previas”.

Así lo deja en claro el mensaje de Rendición de Cuentas que la Universidad de la República enviará al Parlamento. El documento, aprobado el pasado viernes por unanimidad de los integrantes del Consejo Directivo Central, advierte: “Se comienzan a detectar indicios claros de las herencias educativas provocadas por la pandemia y su efecto disruptivo sobre la calidad y alcance de los procesos de aprendizaje previo al ingreso a la Universidad de la República y durante la formación de grado en los tramos iniciales de las carreras”.

La advertencia de la Universidad acarrea un doble desafío: porque, por un lado, hay cada vez más estudiantes para un número de docentes que casi no varía (es decir, se achica la cantidad de horas docente por alumno), y, a la vez, los ingresos llegan con menos formación y por consiguiente requieren más atención.

La caída de la cantidad de horas docentes en relación a la matrícula de estudiantes a escala de toda la universidad es uno de los motivos por el cual la Udelar le solicitará al Parlamento más de US$ 113 millones incrementales.

Sucede que la Universidad sigue incrementando su matrícula y, si bien los ingresos nuevos no son tan acentuados como el excepcional 2021 en pandemia, el quinquenio acabará con unos 30.000 alumnos de grado más. La evolución de las horas docente, sin embargo, vienen en una meseta.

El problema del rezago estudiantil tras la pandemia no es exclusivo de una asignatura de Ingeniería. De hecho, el mensaje de la Udelar reconoce que es extensible a varios servicios y cita el ejemplo de Enfermería.

Solo en su sede de Montevideo, esa facultad cuenta con 300 estudiantes que vienen retrasados en los trabajos finales de investigación. La dificultad de asignar tutores para tantos alumnos que vienen corriendo de atrás hace que, en promedio, el retardo de estos proyectos exceda un año por encima de lo esperado.

“Otro ejemplo lo constituye la unidad curricular Enfermería en Salud individual y Colectiva que en el plan de estudios se encuentra en el segundo semestre del primer año de la carrera. Actualmente esta unidad se está dictando para la generación 2022, para unos 626 estudiantes, que se dividen en “grupos de rotaciones” para realizar el cursado en forma progresiva en grupos de 225 estudiantes por vez. Se está desarrollando desde febrero de 2023 hasta abril del 2024, por lo que esta generación 2022 está cursando con un rezago de un año y medio”, reza el documento que la Universidad le enviará al Parlamento y que presentará a la población el 9 de mayo en Paysandú.

También un año y medio de retraso tiene la unidad Adulto y Anciano I y II para aquellos estudiantes que ingresaron durante la pandemia. Y los ejemplos siguen.

“La relación docente/estudiante en los campos clínicos tiene límites bastante estrictos de racionalidad, tanto para habilitar el aprendizaje como para asegurar el respeto por los pacientes. El sistema de formación emerge de la pandemia congestionado. La carrera se alarga más allá de lo previsto por ausencia de equipos docentes dimensionados para atender el efecto acumulativo sobre estos cursos de la pandemia y de condiciones operativas para las prácticas”. Y a eso se le suma, según el documento universitario, estudiantes que llegan menos preparados.