El gobierno cumplió un mes. Se terminó el primero, apenas, de los sesenta que durará el mandato del presidente Luis Lacalle Pou. En términos matemáticos, obviamente, es muy poco. En términos políticos, sin embargo, el que se acaba de terminar está llamado a ser uno de los más importantes del período. Fueron 31 días tremendos, en los que el nuevo gobierno ha tenido que modificar bruscamente una hoja de ruta largamente pensada para encarar las consecuencias sanitarias, sociales y económicas de un shock externo adverso de inusual gravedad. Aunque ha sido sometido, de golpe, a una prueba exigente, desde mi punto de vista, logró salir airoso. Paso a detallar cómo hice las cuentas de este primer balance que arroja saldo a favor.
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