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Un tablado macanudo

Es verdad que cada vez hay menos tablados, pero también que otros nacen; donde había una mezcla de cañaveral con basural crece el Almacén Cultural Macanudos
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03 de marzo de 2019 a las 05:00

Hace cuatro años un predio sobre una esquina donde casi termina Montevideo y comienza Canelones era mitad cañaveral y mitad basural. Hoy, donde se juntan tres calles de extraño nombre –Gualconda, Magalona y Guacziola– y fruto del empuje de un puñado de vecinos funciona uno de los 18 tablados populares. Allí por $ 70 cada noche se pueden ver al menos cuatro espectáculos carnavaleros, entre ellos elencos de la talla de Agarrate Catalina, Zíngaros, Yambo Kenia, Tabú o Cyranos, por mencionar como ejemplos a media decena de los candidatos al primer premio del concurso de carnaval, ese que se desarrolla cada noche en el Teatro de Verano. 

La entendible queja constante de los carnavaleros que alude a que cada vez hay menos tablados para trabajar es razonable, pero también es verdad que se sostiene una red de escenarios populares, que son amplia mayoría –triplican en cantidad a los denominados comerciales– y  que en bloque generan cerca de 1.000 contratos por zafra.

Año a año esa red se ocupa de ampliar sus fronteras y que la fiesta popular llegue a más barrios y así han surgido nuevos escenarios. Un buen ejemplo es el  Almacén Cultural Macanudos, ese que nació allí donde estaba esa mezcla de cañas y basura.

 

 

Martín Cianni, integrante de la asociación civil que lo creó, recordó a El Observador que todo comenzó cuando la murga del barrio, La Macana –con presencia en eventos en Canelones, San José, San Carlos y en la movida murga joven en la capital–, pidió para su uso un salón abandonado que había en ese terreno y, así, tenerlo como sede. La comisión de vecinos del barrio se había mudado y el salón quedó abandonado. No había luz ni agua potable. Era un galpón. No había puertas. Y las cañas y la basura fueron ganando espacio.

El pedido tuvo respuesta positiva, los jóvenes murguistas le tomaron cariño al lugar, lo fueron arreglando y, en 2015, decidieron ir a más. Se solicitó el lugar en comodato, se creó una asociación civil y se postularon para ser un emprendimiento piloto de la red de escenarios populares que son asistidos por la Intendencia de Montevideo. Todo con un fin más ambicioso y aún pendiente: que exista en la zona un ámbito para que haya desarrollos culturales constantes, todo el año, más allá de la zafra carnavalera. “Para resolver una carencia que vemos acá desde que somos niños”, reconoció Cianni. 

Así se fue afianzando el Almacén Cultural Macanudos. Primero fueron tres años en calidad de escenario piloto y desde 2019 integra oficialmente la red de 18 escenarios populares. Durante 15 noches el tablado abre sus puertas y recibe especialmente a gente de la zona.

 

 

La entrada, como en todos los tablados de la red, cuesta $ 70 (los menores de 12 años no pagan). Tiene capacidad para 600 personas y hay una cantina bien surtida y con precios muy en cuenta y distantes de los que se cobran en los escenarios de mayor porte: se puede comprar un choripán por $ 80 o una cerveza de medio litro por $ 60. Y, apostando a la diversidad, no todo se agota en el clásico mediotanque; hay tartas, comidas para celíacos y elaboraciones para veganos.

 

 

Cada noche se presentan cuatro espectáculos. El costo de tres de ellos lo cubre la intendencia y el restante –al igual que otros costos– se cubre por medios propios. Y a veces se presenta algún conjunto o banda de la zona, se los ayuda a que se hagan conocer, como estaba previsto en la noche que El Observador estuvo en el escenario y se preparaba para actuar Son de la vuelta, una banda de salsa de Las Piedras. 

Esos 18 tablados populares en 15 noches reciben a 150 mil personas. Además del alto valor de lo que aporta la intendencia se han organizado en la red para que haya un esponsoreo porque hay que pagarle al cuarto conjunto pero, también, costos fijos como impuestos, luz, agua y gastos en infraestructura. Y suman las cantinas, los bingos y rifas, lo que se cobra por la entrada (eso cubre el 30%) y algún otro ingreso, lo que varía de tablado en tablado.

En el caso del Almacén Cultural Macanudos, hay varios puestos de artesanos que no abonan el espacio. Se les pasa un sobre “a voluntad” al final de la zafra y donan productos y creaciones usados como premios en los bingos y rifas. “Son de un grupo de artesanos de La Paz y le dan un color bárbaro al tablado”, dijo Cianni.

 

 

Este año este tablado pegó el salto, está en la red de escenarios populares estables (abren de viernes a domingo) y lo hizo estrenando escenario. Antes se utilizaba uno más artesanal, pero el actual tiene un muro de contención de neumáticos rellenos con tierra y una platea de hormigón. Para construirlo se invirtió dinero ahorrado en los tres años previos y trabajó la barriada, que era convocada a dar una mano en jornadas. La excusa era, por ejemplo, reunirse a ver a alguna banda. 

“La gente del barrio ha evaluado todo esto muy positivamente, dicen que el tablado está lindo y que es bueno para la zona que haya movimiento. En una zona dormitorio, donde están los barrios Abayubá, San Bartolo y La Paz y donde, es difícil fijar actividades culturales. Yo tengo 31 años y acá nunca hubo una propuesta cultural constante y eso es lo que estamos construyendo entre todos”, comentó. 

Y un buen ejemplo de ir más allá del carnaval es que los jueves no hay conjuntos de ese costado de la cultura, pero se abren las puertas para que se presenten otros elencos de la zona y de lugares próximos. Según explicó Cianni son “algunas propuestas que aún no son conocidas pero tienen tremenda calidad”. 

 

 

 

 

En tanto disfruta de su primer carnaval como propuesta consolidada, en el Almacén Cultural Macanudos sueñan con más: ser un espacio donde se puedan apreciar propuestas que son habituales en otros barrios de Montevideo y para eso hace poco hubo una linda noticia: en las votaciones de los presupuestos participativos los vecinos ayudaron y pronto se podrá construir un salón más grande. Para que, de esta manera, donde había una mezcla de cañas y basura exista algo más que un tablado, un teatro techado.

 

 

Para saber
  1. Este tablado está dentro de Montevideo, pero apenas a 50 metros del límite con Canelones, muy próximo a La Paz. El barrio se llama Abayubá, que es de los capitalinos el que está más al norte tomando como referencia a la ruta 5. Está, además, a poquitos minutos del cruce de la avenida César Mayo Gutiérrez con la perimetral. En esa esquina se encuentran tres calles: Gualconda, Magalona y Guacziola.
  2. Al frente de Almacén Cultural Macanudos trabaja un conjunto de amigos, con varios estables y otros que, por diversas obligaciones van y vienen, son unos 15 y hay de todo: maestros, arquitectos, diseñadores, estudiantes, electricistas. Y los hay de 20 años y también de 40 o más.
  3. La Intendencia de Montevideo este año invirtió $ 13,8 millones en la red de 18 escenarios populares –dos de ellos en plan piloto, ubicados en Sauce y en el Cerro–, informó a El Observador Gerardo Reyes, gerente de eventos de la intendencia.

 

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