En Alemania, el Tribunal Regional Superior de Stuttgart juzgó a dos ex soldados de las Fuerzas armadas (Bundeswehr) que habían tratado de organizar una fuerza mercenaria para intervenir en la guerra civil en Yemen entre los rebeldes hutíes y el gobierno central.
Los dos exmilitares fueron condenados a penas de un año y seis meses de prisión y de un año y dos meses, pero ambas penas fueron suspendidas.
El veredicto emitido se considera definitivo, ya que ambas partes renunciaron a su derecho a apelar.
Si hubieran tenido éxito en su intento, su fuerza mercenaria habría consistido en exsoldados y soldados en actividad de la Bundeswehr.
Los acusados, de 61 y 53 años, querían formar una fuerza de 150 combatientes para conquistar las zonas controladas por los rebeldes hutíes.
El tribunal consideró que esto habría implicado bajas civiles, que los acusados estaban motivados por creencias fundamentalistas cristianas y que también habían seguido las instrucciones de un adivino. Los fiscales también los acusaron de tener un motivo económico, ya que habían presupuestado hasta € 40.000 (US$ 39.000) al mes para pagarles a las tropas.
De acuerdo con la investigación, uno de los acusados estaba trabajando para establecer contacto con el gobierno saudí para financiar la fuerza mercenaria, mientras que el otro supuestamente estaba trabajando para establecer contactos a fines de reclutar posibles mercenarios. Sin embargo, según los informes, ninguno de los dos tuvo éxito en sus intentos.
"Los acusados no han logrado nada en absoluto", dijo el juez presidente del Tribunal este lunes.
Para el Ministerio Público Federal el veredicto fue sustancial porque había dejado que los ciudadanos alemanes podían ser procesados si participaban en combates militares en el extranjero.
Yemen es uno de los países más pobres del mundo y ha sido desgarrado desde 2014 por una guerra en la que rebeldes hutíes, que profesan la vertiente chiíta del Islam y se cree que están apoyados por Irán luchan contra el gobierno apoyado por Arabia saudita y los Emiratos árabes unidos.
Según la revista de noticias alemana Der Spiegel, los dos hombres, después de retirarse del ejército, comenzaron a trabajar para la empresa de seguridad Asgaard, conocida por su participación en Somalía y otros lugares de África.
Asgaard establece como condición a sus candidatos haber servido en el ejército durante al menos cuatro años, «preferentemente en unidades especiales o de combate». De hecho, su grupo de intervención armada está dirigido por un antiguo miembro de un comando de intervenciones especiales (SEK) de la policía alemana; hay en él ex miembros de la unidad especial de la policía GSG 9 y de las unidades de élite de los cuerpos especiales del ejército (KSK) del ejército federal.
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