Opinión > EDITORIAL
Una buena iniciativa
El rechazo del presidente Tabaré Vázquez, hace unos 12 años, a una propuesta del entonces presidente George W. Bush para avanzar en un eventual acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos (EEUU) y Uruguay fue una decisión tan equivocada que el tema vuelve a estar en el menú de las estrategias políticas para el desarrollo del país.
Y por suerte persistió el presidente electo, Luis Lacalle Pou, tomando él mismo la iniciativa. Hay pruebas más que suficientes de que el libre comercio bien concebido es un instrumento que contribuye a dar un enorme salto a la economía y mucho más en países del tamaño de Uruguay.
Un tratado de libre comercio o acuerdos limitados –como el que firmó EEUU y Japón en octubre pasado– permiten un aumento de las exportaciones –por la baja de aranceles–, con beneficios evidentes en los sectores donde los socios tienen ventajas comparativas. Además, es una gran oportunidad para las políticas de competitividad y un estímulo para la mejora empresarial.
La enorme preocupación del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador acerca de que el conflicto de la política migratoria perjudicara las exportaciones de México a EEUU es muy ilustrativo de la relevancia del comercio en la economía. Es cierto que México es el principal exportador a EEUU y que los negocios son hasta más naturales entre dos países que comparten más de 3.000 kilómetros de frontera, pero el tema de fondo es el mismo: el comercio trae más prosperidad y es siempre más beneficioso que el proteccionismo.
Es por eso que aplaudimos la iniciativa de Lacalle Pou, que asume la titularidad del Poder Ejecutivo el próximo 1° de marzo, aprovechando una conversación telefónica del lunes 6 con el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo.
No hubo más que una pregunta muy concreta de parte del presidente electo sobre la posibilidad de un acuerdo de libre comercio, a lo que Pompeo quedó en trasladar a su gobierno.
¿Existen posibilidades de que Trump se involucre en un tratado comercial con nuestro país?
No lo sabemos por la gestión de un presidente impredecible, intuitivo y de reacciones impulsivas. Pero no es imposible.
Es un error creer que Trump es desde un punto de vista estrictamente económico, un líder que está en contra del libre comercio.
Aunque nos parece equivocado, Trump se retira de acuerdos comerciales cuando cree son inconvenientes para EEUU (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica); y que utiliza las medidas o amenazas de suba de aranceles a terceros países cuando advierte perjuicios injustos por políticas desleales de comercio (China) o como un instrumento de presión política (México).
Trump se ha mostrado dispuesto a pactos comerciales con países con los que siente cierta afinidad de ideas como es el caso del Brasil de Jair Bolsonaro.
Un aspecto que juega a favor de Uruguay es un país confiable en una región de mucha inestabilidad.
Por ahora solo podemos entusiasmarnos con un tuit de Pompeo del Día de Reyes: “Buena llamada hoy con el presidente electo @LuisLacallePou. Estados Unidos espera desarrollar una asociación más cercana con #Uruguay basada en nuestro compromiso de expandir la prosperidad económica y fortalecer las instituciones democráticas y la seguridad en la región”.
