El precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou puso este viernes sobre la mesa la discusión sobre la norma que prohíbe radicalmente el consumo de alcohol en conductores. Si ganase las elecciones presidenciales, dijo, aumentaría la tolerancia prevista actualmente por la legislación vigente: pasar de no permitirlo a aceptar hasta 0,3 gramos de alcohol por litro de sangre. Tomar “una copita de vino” se convirtió en “un pecado capital”, manifestó el líder del sector Todos. Una postura que también defienden algunos políticos del oficialismo desde hace no mucho tiempo.
El Intendente de Canelones, Yamandú Orsi, aseguró el año pasado que entendía correcto reestudiar la prohibición de tolerancia cero. De hecho, se mostró partidario de no quitarle la libreta de conducir a aquellos que registren menos de 0,3 gramos por litro de alcohol en sangre, medida que actualmente está vigente para las personas que tengan más de 0 en su espirometría. “Me parece interesante que lo repensemos”, aseguró el jefe de la comuna canaria en su momento.
Al ser consultado por El Observador, Orsi informó este lunes que si la evidencia científica indica que la medida garantiza mayores índices de seguridad vial, como se le transmitió el año pasado, la norma debe continuar intacta. Lo que sí destacó es que entiende razonable rediscutir la gravedad de las sanciones. De todos modos, dijo que esas conversaciones deberían organizarse con la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) fuera del período de campaña electoral. "Plantear hoy tolerancia cero sí o tolerancia cero no es puro oportunismo electoral. Es de lo peor que podemos hacer", opinó el intendente.
Marcos Carámbula, actual presidente de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), fue otro político que se mostró favorable en 2017 a modificar esta normativa. Mientras ocupaba la banca de senador por el Frente Amplio firmó un proyecto que pretendía dejar sin efecto la tolerancia cero en el alcohol. Esa campaña, que fue impulsada por productores de vino de Canelones, defendía “la tradición de la copa de vino en la mesa” y que los conductores pudieran manejar con 0,3 gramos de alcohol por litro de sangre.
En aquel momento, Luis Gallo, diputado oficialista y uno de los principales referentes en materia de salud, planteó flexibilizar las sanciones. Que aquellos que no cumplan con la norma solo paguen la multa económica correspondiente, pero que no se les retenga su libreta de conducir.
En ese entonces, compañeros de Gallo salieron a defender su postura. El diputado del MPP, Sebastián Sabini fue uno de ellos. "Es desproporcionado que por manejar con un vaso de cerveza dos veces, no manejás más", aseguró el legislador en referencia a la dimensión de la sanción. Actualmente si el conductor tiene entre 0,1 y 0,59 se le retiene la libreta por seis meses. Si posteriormente vuelve a cometer la infracción, no podrá manejar por un año. Y si llegase a volver a conducir luego de beber alcohol, la prohibición de manejar sería por dos años.
Al igual que dentro del oficialismo, en el Partido Nacional también hay varios políticos que se han manifestado a favor de rever la tolerancia cero.
El diputado nacionalista Armando Castaingdebat fue quien diseñó un proyecto para modificar la legislación, también en 2017. Aseguró que “no sería razonable” que ante un mínimo de alcohol que registre una persona se le quite el permiso para conducir, cuando por exceso de velocidad, ejemplificó, la sanción es solo pecuniaria.
El actual intendente de Maldonado y precandidato a la Presidencia, Enrique Antía, aseguró este sábado que "la gente tiene derecho a tomarse una copa"; lo dijo en un acto de campaña desarrollado en el departamento de Durazno. Lo mismo opinó su par del departamento de Cerro Largo, Sergio Botana.
Hasta ahora, solo políticos hombres han salido a manifestar una posición favorable a rever la norma. Las mujeres políticas, en cambio, ya sean del oficialismo o de la oposición, entienden que esa postura significaría un retroceso para la sociedad.
La precandidata por el Frente Amplio, Carolina Cosse, por ejemplo, aseguró este lunes en el programa radial Todo pasa que la propuesta de modificar la legislación vigente es “una barbaridad” y consideró, además, la acción de Lacalle Pou como una estrategia “demagógica”. Asimismo, sostuvo que no le parece correcto anteponer los intereses comerciales del sector de los productores de vino a una cuestión de salud, sobre todo porque el fuerte de ese rubro es la exportación y no el consumo interno.
La precandidata por el Partido Nacional, Verónica Alonso, también repudió la medida vía redes sociales. Aseguró que defender “una copita de vino” delata que no se comprendió la naturaleza de la norma de tránsito.
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