Uruguay vs Corea del Sur en el Mundial Qatar 2022: la hora de mostrar por qué la celeste está para grandes realizaciones

Después de tomar los recaudos, a raíz del golpe que sufrieron Argentina y Alemania en sus estrenos, la selección de Alonso está lista para ir por todo, como prometió el entrenador y reveló su sueño de ser campeón con los mejores jugadores del mundo, en uno de los tantos mensajes motivados que suele lanzar a sus futbolistas.

El contexto es diferente a los últimos tres Mundiales, y Alonso empieza a recoger el legado de Óscar Washington Tabárez.

En Sudáfrica porque fue todo nuevo. El tiempo de descubrir un camino. Desmalezar para empezar a asomar de nuevo en lugar privilegiado del fútbol de FIFA, en el que Uruguay había transitado con normalidad hasta 1970.

En Brasil porque faltó esa cuota de equilibrio para las grandes realizaciones. Los históricos, Diego Lugano y Diego Forlán, habían llegado en el final de su carrera y su aporte fue secundario, y los que empezaban a asumir el protagonismo se vieron desbordado por los efectos del tsunami de Luis Suárez, quien tras su recuperación récord, acabó con Inglaterra e Italia, pero cometió un error que derrumbó la obra perfecta que había empezado a construir.

En Rusia porque el quinto puesto se entendió como insuficiente. Uruguay llegó para pelear el título, pero no ingresó en la última semana, se fue en la penúltima. Estar en el top 5 fue un mérito enorme, pero insuficiente para un pueblo futbolero que exige siempre ser campeón.

Ahora, Uruguay llega al Mundial de Medio Oriente con la convicción del entrenador y de los jugadores de que van a pelear por la Copa del Mundo. Y tienen con qué. El entrenador cuenta con los últimos destellos de fútbol de la generación que promovió un quiebre en la historia de la celeste, lo que bien administrado puede ser un aporte clave para los momentos decisivos, y el caudal más importante que llega con el empuje de una nueva cepa que viene con características que prometen superar a la anterior.

En ese contexto, cargado de ilusión y confianza, Uruguay debuta este jueves a la hora 10 ante Corea del Sur en el grupo H del Mundial, que comparte con Portugal y Ghana.

La preparación

El de Qatar es un Mundial diferente. Se juega en medio de la temporada europea. En el momento de mayor rendimiento de todos los jugadores. Históricamente estos torneos se juegan en junio-julio, al final de la actividad y cuando los futbolistas agotaron sus baterías.

Este escenario lleva a que Qatar 2022 se transforme en un torneo muy físico.

En este escenario es clave la incorporación que la AUF logró a último momento para la selección: el preparador físico uruguayo Óscar Ortega, multicampeón con Atlético de Madrid y uno de los más reconocidos de Europa.

Diego Alonso, que llegó con 26 jugadores a Doha, eligió la semana previa al debut para bajar las cargas y recuperar a los futbolistas para ponerlos nuevamente en estos días en el tope de sus rendimientos.

El único jugador de la lista que no estará para el debut y no tiene fecha de estreno es Ronald Araujo, quien se recupera con el plantel, de una intervención quirúrgica, con la esperanza de jugar en diciembre.

Las fortalezas y las dudas

La baja de Araujo le quitó al equipo una de las patas más firmes que tenía la selección en el lateral derecho o en la zaga.

Sin esta pieza, Alonso intenta reconstruir la oncena de la mejor forma. El equipo se conocerá este jueves, una hora antes del partido. Las tres opciones que tiene para el lateral son Martín Cáceres, Guillermo Varela y José Luis Rodríguez.

El otro problema se le plantea en la zaga. El capitán Diego Godín sufrió en el último semestre una lesión que lo obligó a parar. Recuperado, llega a Qatar 2022 en su mejor forma física pero sin el ritmo de juego que exige el Mundial.

Godín, que en 2014 vio cómo se apagó repentinamente Lugano (debutó contra Costa Rica, se lesionó y no volvió a competir más por Uruguay), asiste a un escenario con puntos en común, en este caso a raíz de una lesión crónica en la rodilla.

El rendimiento del capitán será clave para sostener al equipo en una zona clave del campo.

En el resto del equipo, el entrenador Diego Alonso está blindado.

Josema Giménez y Matías Olivera completan la zaga y se destacan por sus aportes superlativos.

El mediocampo de Uruguay es el mejor del Mundial con Valverde, Vecino, Bentancur y de la Cruz, De Arrascaeta o Pellistri.

El ataque tiene la combinación explosiva del joven que viene surgiendo, Darwin Núñez, y el futbolista con ángel propio, Luis Suárez.

El probable equipo: Rochet; Martín Cáceres, Giménez, Godín, Olivera; Valverde, Vecino, Bentancur, De la Cruz, De Arrascaeta o Pellistri; Suárez y Núñez.

¿Qué le falta a Uruguay?

El único aspecto que queda por descubrir de Uruguay es si Alonso ha sido capaz de encontrar la fórmula ideal entre tantos buenos jugadores que tiene a su disposición, y amalgamar el funcionamiento de estos jugadores que son figuras en los principales equipos del mundo.

Los nueve partidos que dirigió asoman como un escaso recorrido de ensayos para un Mundial.

Sin embargo, Alonso, quien sustituyó a Tabárez en enero, mostró en cuatro partidos de las Eliminatorias un repertorio capaz de sorprender a propios y extraños con aciertos en la conformación de los equipos y en las estrategias que revitalizaron los sueños de los hinchas.

Ahora, en un Mundial, aumentan las exigencias, queda menos margen de error, pero se potencia la capacidad futbolística de un equipo con jugadores clase A y con históricos que intentarán dejar su marca en el último baile.

A la hora 10 empieza a correr el sueño de Alonso y sus futbolistas que viajaron a Qatar a levantar la Copa del Mundo.