Firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China es uno de los anhelos de la administración de Luis Lacalle Pou. El presidente sabe que tiene el reloj en su contra y que los tiempos los marca Beijing, pero mantiene su optimismo por lograrlo, ya que considera que las negociaciones se pueden desarrollar a un ritmo rápido debido a la complementariedad de las economías.
Esa velocidad fijada por Beijing registró este lunes dos mojones. Por un lado, los gobiernos iniciaron contactos formales para definir el cronograma de las negociaciones, y por el otro una importante delegación de la cancillería china visitó Montevideo y tuvo altas reuniones políticas en las que reafirmó el interés del gobierno de Xi Jinping por firmar el acuerdo comercial.
Ambos hechos fueron celebrados por el gobierno como muestras reales del interés chino de avanzar más allá de que Uruguay no cuente con el aval expreso del Mercosur.
Temprano a la mañana, el jefe negociador uruguayo, el embajador Fernando López Fabregat, se contactó con su contraparte del Ministerio de Comercio (Mofcom) para establecer la "hoja de ruta" de las negociaciones. El cronograma establecerá cómo serán las negociaciones, con particular énfasis en las áreas definidas como sensibles. Estas quedaron establecidas en el estudio de factibilidad, cuyo resultado "positivo" fue dado a conocer semanas atrás.
Un rato más tarde, el canciller Francisco Bustillo mantuvo una larga reunión con el director general para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Cai Wei. Luego, ambos se reunieron con el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, en la Torre Ejecutiva.
Según informó la Cancillería en un comunicado, la "posibilidad cierta de arribar a un TLC" formó parte de las conversaciones.
Wei dijo en una rueda de prensa que China está “abierta a la cooperación tanto con el Mercosur en conjunto como con Uruguay en particular” y que le gustaría “profundizar aún más en la cooperación de beneficio mutuo a través de varias formas, incluyendo TLC, con la premisa de la no interferencia de los asuntos internos del Mercosur".
El jerarca señaló que los resultados del estudio de factibilidad fueron “positivos” y que espera que los miembros del Mercosur “puedan negociar de manera amistosa entre si con el fin de crear un mejor entorno para la cooperación del libre comercio”.
Si bien la negociación no se realiza con la cancillería china sino con el Mofcom, todos los comentarios realizados por Wei fueron valorados positivamente por Uruguay.
Antes de reunirse con las autoridades del gobierno, Wei había estado en el campo del legislador nacionalista Sebastián Da Silva en Florida, donde comieron asado, vieron animales y cultivos. Da Silva dijo a El Observador que el funcionario le transmitió el "interés real" por continuar y concluir de forma positiva el TLC.
Fuentes de la Cancillería dijeron a El Observador que por cómo se desarrolló el estudio de factibilidad –cuyo resultado fue positivo– no es necesario firmar un MOU (memorándum de entendimiento) para el inicio de las negociaciones. Un MOU es algo que China ha venido realizando con los últimos países con los que ha negociado como Ecuador o Cosa Rica pero en este caso "se puede llegar a firmar o no", según el informante.
En el caso de Ecuador, por ejemplo, señala que los países concluyeron el estudio de factibilidad conjunto y que oficialmente dan inicio a la negociación. "Elaborado por duplicado en Beijing y Quito respectivamente, a los treinta días del mes de enero del año dos mil veintidós en idioma chino y español, siendo ambos textos igualmente auténticos", dice.
Los estudios de factibilidad tradicionales suelen analizar qué pasará con los factores estáticos como las importaciones y exportaciones a partir de un modelo de rebaja de aranceles, mientras que los más sofisticados incorporan factores dinámicos, más difíciles de cuantificar, como qué puede ocurrir en materia de inversiones y cooperación.
China es el principal socio comercial de Uruguay y representa el 30% de las exportaciones. El año pasado, el país asiático compró productos por más de US$ 3.200 millones. La carne representa el 45% de las exportaciones y también se destacan la venta de madera, lácteos, celulosa y soja. Las importaciones, en tanto, alcanzaron US$ 1.996 millones en 2021. Los productos principales son químicos, electrodomésticos y vehículos.
En este sentido, las alertas están en los perjuicios que pueden ocurrir con los industriales uruguayos, una preocupación que incluso se ha extendido a todo el Mercosur.
“Hay que ver los sectores que se benefician, los que quedan con mayor competencia y medidas que complementen esos dos polos. Vamos a negociar en pro de Uruguay y en diálogo con todos”, expresó Lacalle Pou cuando hizo el anuncio.
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