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Uruguay ya decidió: tiene las películas con las que apuesta a ir por el Oscar y el Goya
La carrera por los premios en el cine, los que no se entregan en los festivales, comienza mucho antes de lo que parece. En los Oscar, por ejemplo, arranca varios meses antes de que se conozcan las nominadas de cada categoría. De hecho, comienza mucho antes de que los ecos de la última ceremonia se apaguen o se diluyan con el pasar de los meses. Buscar la estatuilla dorada es una empresa que requiere muchísimo dinero y lobby, claro está, pero también paciencia y tiempo. Y para las producciones que buscan competir por un lugar en el “bolillero” de las seleccionadas a Mejor película internacional, esa carrera a veces tiene todavía más pasos. Observe, lector, sino: estamos en agosto y Uruguay, a través del Instituto Nacional de Cine y Audiovisual Uruguayo (INCAU) acaba de anunciar cuáles serán los títulos nacionales que buscarán ir quemando etapas hasta, en una de esas, llegar a mezclarse entre las cinco elegidas para esa ceremonia, y también para los premios Goya. Se trata de El empleado y el patrón, de Manuel Nieto Zas, y Bosco, de Alicia Cano.
Ficción y documental, respectivamente, ambas son dos de las películas uruguayas más aclamadas del año, y ambas son también de las mejores propuestas que se vieron en cartel este 2022, lisa y llanamente.
Según anunció el INCAU a través de un comunicado de prensa, la selección de ambas producciones fue realizada en una convocatoria pública a todas las obras nacionales que cumplieran con los requisitos especificados en las bases que los premios de la Academia de Hollywood estipula. Luego de cerrada la convocatoria, las películas inscriptas fueron evaluadas por el jurado integrado por representantes de la Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (ASOPROD); la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA); el Sindicato de trabajadores, técnicos y profesionales del cine y audiovisual (GremioCine); la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay (ACCU) y la asociación de directoras, directores y guionistas del Uruguay (DGU), presidido por el Instituto del Cine y el Audiovisual (INCAU), que resolvió las postulaciones por mayoría.
En el caso de los Oscar, que se celebrarán el 12 de marzo de 2023, esta selección sea realiza cada año en todos los países del mundo con cinematografías activas, que luego deberán sortear la primera gran eliminación para ingresar a la short list de seleccionadas —que usualmente integran unas veinte películas—, para luego pasar a las que finalmente serán nominadas. Hasta ahora, Uruguay no ha tenido demasiada suerte en este aspecto y no ha logrado llegar a esta instancia, a excepción del recordado caso de Un lugar en el mundo, una película argentina de Adolfo Aristarain de 1993 que se quiso hacer pasar por uruguaya, logró ser nominada y fue descalificada cuando se evidenció que estaba allí en contra de las reglas. Los últimos tres “envíos” del país al premio fueron Así habló el cambista (2020), Alelí (2021) y La teoría de los vidrios rotos (2022).
Ahora le tocará a la película de Nieto, un relato que se inserta en la frontera uruguaya con Brasil, y que aborda el vínculo entre los hombres del título: un patrón casi latifundista que lidia con sus propios demonios, y un peón rural que carga a cuestas con una tragedia que removerá los cimientos de la relación humana y profesional de los dos. En Uruguay, El empleado y el patrón se estrenó en el Festival de Cinemateca en el mes de abril, con un paso previo exitoso por los festivales de Cannes y San Sebastián.
Los premios Goya, en tanto, ponen el foco en el cine español, pero le guardan un lugar especial a las realizaciones de toda Iberoamérica. Fue allí, por ejemplo, que en 2003 Diego Arsuaga se quedó con el premio a la Mejor película iberoamericana con El último tren, y lo mismo pasó con Whisky, de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, en 2005.
Bosco será la producción que en la edición número 37 de esos premios buscará primero quedar seleccionada, y luego pelear el galardón iberoamericano. Este documental de la salteña Alicia Cano vincula sus viajes al pequeño pueblo italiano del título, lugar de donde proviene parte de su familia, con su abuelo Orlando Menoni, un hombre de más de cien años que toda su vida soñó con los paisajes piamonteses que jamás conoció.
Bosco es el último gran éxito del cine uruguayo: a partir de un boca a boca que rompió nuevamente con el mito de que las películas uruguayas no convocan, la obra de Cano acumula 13 semanas en cartel y casi 11 mil espectadores. Toda una proeza que la película buscará ahora (volver) a validar fuera de fronteras.
