Varones movilizados: el debate de género en Uruguay tiene a los "masculinistas"

La movilización en torno a las cuestiones de género irrumpió en la sociedad uruguaya en consonancia con lo que sucede en otras partes del mundo. Las reivindicaciones feministas del 8 de marzo en los últimos dos años son una muestra de la penetración que este tema logró en Uruguay; un asunto que sacude la fibra social en tiempos de hartazgo con todo tipo de violencia pero sobre todo con un tipo específico: la acuñada como "violencia de género".

El auge del movimiento feminista, y su reivindicación de justicia e igualdad, provocó el surgimiento de nuevos grupos integrados por mujeres. Sin embargo, en la última década aparecieron algunas organizaciones conformadas por hombres con una ideología de género definida. En algunos casos esos grupos siguen el camino y las ideas de las feministas pero en otros ellos persiguen objetivos diferentes.

Para la socióloga especialista en género, Sol Scavino, existen dos líneas de manifestaciones sobre estos grupos de hombre: una que intenta acompañar al movimiento feminista, y otra que está en contra y que sigue sosteniendo que "las feministas son una locas". La investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República dijo a El Observador que estos colectivos surgieron como una reacción a una oleada de feminismo y que, en definitiva, "se trata de relaciones de poder".

Machistas en reforma

A comienzos de 2017 y tras una seguidilla de feminicidios surgió Varones por la Igualdad, una organización de hombres interesados en apoyar la lucha de las mujeres. Algunos de sus integrantes ya estaban vinculados a diferentes organizaciones feministas, por intereses sociales o políticos y pensaron que la situación social no podía seguir de la misma forma, relató Mario Bentancor integrante activo del grupo.

Comenzaron organizando reuniones en la Biblioteca Nacional con el objetivo de conversar y reflexionar sobre la violencia contra las mujeres "cuyo problema principal es la subordinación o la cosificación de las mujeres", dijo Bentancor. No se definen como feministas, aunque admiten que tienen muchas coincidencias con esos movimientos. En cambio, se definen como varones que tratan de construir una masculinidad distinta y que ayudar a que ese cambio de concepciones y comportamientos se haga efectivo. "Somos machistas en reforma", dijo Bentancor. Para ellos el tema de la igualdad debe ser una preocupación de toda la sociedad y no solo de las mujeres. Tanto es así que este grupo fue quien denunció a una whiskería que ofrecía una "chica gratis".

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Scavino dijo que este tipo de grupos lo integran "varones que están tratando de hacer un poco de carne en la misma lucha de las mujeres", solo que lo hacen desde "su perspectiva". La especialista explicó que los grupos de hombres que apoyan al feminismo existen hace muchos años, pero que ahora tiene más visibilidad por la manifestación popular y masiva del feminismo.

"Hay varones más sensibles que se sienten interpelados por las demandas del feminismo, que se organizan en grupos que intentan de alguna forma acompañar ese cambio, demandar y mostrar y poner el tela de juicio como el género también afecta las masculinidades", dijo Scavino.

El grupo lo integran 15 miembros activos que acuden regularmente a todas las reuniones. Sin embargo, Bentancor afirmó que hay mucha gente vinculada con la agrupación a través de las redes sociales. A pesar de que en los comienzos del movimiento había políticos asociados como el ex intendente de Montevideo, Mariano Arana o el presidente del Banco Central, Mario Bergara, hoy en día admiten que no hay un vínculo con ningún partido y que no tienen una definición política como colectivo.

Como hombres admiten que "se comieron la pastilla" de que son poderosos y "es muy triste sentirse bien porque alguien tiene menos poder que uno", dijo Bentancor.

Perspectiva masculina

Pero no todos los hombres apoyan a los grupos feministas. Varones Unidos es un grupo que surgió por la necesidad de hablar de género desde una perspectiva masculina.

"Es un tema que involucra a los hombres pero que no teníamos donde hablarlo", dijo Pablo Laurta, fundador del colectivo y creador del blog en donde nació el movimiento.

Varones Unidos es un grupo de amigos y conocidos que empezaron a trabajar por los derechos de los hombres, definió su creador. El núcleo duro está conformado por 40 socios efectivos que aportan una cuota para los gastos de la organización. Por otra parte hay 250 hombres que participan en los grupos de discusión. En su página de Facebook tienen más de 30 mil seguidores.

Se definen como "masculinistas" que, según Laurta, "es lo que debería ser el feminismo pero organizado desde los hombres; la búsqueda del trato justo entre hombres y mujeres desde la perspectiva masculina".

Esta idea es originaria del autor estadounidense Warren Farrel, exlíder feminista que observó que se estaba corrompiendo el principal objetivo del movimiento. Para Varones Unidos este autor es un referente junto con la autora argentina Esther Vilar.

Laurta no cree que sean una alternativa al feminismo y no están en contra de su existencia, pero quieren que "las problemáticas que afectan a los hombres no queden de lado". Laurta entiende que los problemas de los hombres "se barren para abajo de la alfombra".

Otros de los grupos en el que la gran mayoría son hombres divorciados o separados es Todo por Nuestros Hijos, cuyo objetivo principal es "la defensa de los derechos del niño a tener una madre y un padre, y a no perder la vinculación entre ellos", dijo a El Observador Stella Torres, integrante de la organización.

El grupo lucha por la reforma de una ley de tenencia compartida que contemple a los padres en mayor medida. Pero Torres dijo que por presiones sociales de grupos feministas "los legisladores no se atreven a reformarla". Este grupo argumenta que hay padres separados que sufren las decisiones de la Justicia para ver a sus hijos.

Torres señaló que son una asociación independiente de cualquier grupo político y religioso. Se reúne los jueves en la Parroquia del Cerrito de la Victoria. "Hay días que solo somos 10 y otros en los que el salón parroquial está lleno", dijo la integrante.

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