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Vinos envenenados: se trazó interna militar de aquella época y ahora declarará uno de los indagados
Este viernes se realizó una nueva audiencia por el caso de los vinos envenenados, en la que la jueza Silvia Urioste y el fiscal Ricardo Perciballe interrogaron, como testigos, a un grupo de militares que actuaron en los servicios de Inteligencia en la época del crimen de Cecilia Fontana, madre del ministro del Interior Luis Alberto Heber.
Los militares que comparecieron son Jorge "Pajarito" Silveira, Ricardo "Conejo" Medina, Rodolfo Álvarez (sobrino de Gregorio Álvarez), y Mario Frachelle, todos imputados en causas de violaciones a los derechos humanos en la dictadura. También estaba citado este viernes como testigo el exdirector de Cárceles, Enrique Navas, pero no declaró porque no está en el país.
Según dijeron a El Observador fuentes del caso, si bien no surgieron de los testimonios de este viernes revelaciones detonantes, la audiencia sirvió "para trazar las internas militares de aquel momento, que son un elemento puede tener importancia en el caso".
Una pista que nunca había sido indagada permitió reabrir la causa. Como informó El Observador, en 1978 se habían encontrado huellas del comisario Juan Ricardo Zabala en una de las botellas. Se ha analizado el recorrido hecho por las botellas desde que se denunció el caso para determinar si Zabala tuvo oportunidad de tocar las botellas después de la muerte de Fontana, o las manipuló antes. Zabala está citado a declarar el lunes 30 de octubre.
Una nueva revelación que aportó elementos a la causa, es que el oficial principal Silcar Lara, hijo de Silcar Lara Borges, quien fuera jefe de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) en la época del crimen, ingresó al sistema de escuchas El Guardián y escuchó las grabaciones realizadas en este caso.
Si bien ese hecho irregular es indagado por la fiscal Silvia Porteiro quién intenta determinar si Lara sólo escuchó las grabaciones o manipuló el sistema, por las personas involucradas los investigadores consideran que se han aportado elementos a la causa de los vinos.
El caso y los citados
Fontana murió envenenada el 5 de setiembre de 1978, tras beber un sorbo de vino que había llegado de regalo para su marido, Mario Heber, por entonces uno de los principales dirigentes del Partido Nacional. Tres botellas idénticas de vino Riesling habían sido dejadas unos días antes en la casa de Luis Alberto Lacalle Herrera. Según las tarjetas que las acompañaban, una era para el propio Lacalle, otra para Heber y la tercera para Carlos Julio Pereira. Fue Lacalle quien las repartió, pero sólo Fontana bebió de esos vinos y murió enseguida de probarlo.
El pasado viernes 13 de octubre declaró el expresidente Lacalle Herrera como testigo. "Yo pude haber sido víctima de esto; estuve a punto de tomar la botella con veneno adelante de mis hijos y esas cosas que manda Dios, mi mujer me dijo: 'no tomes', y no tomé", afirmó en una rueda de prensa luego de la audiencia.
También declaró, en calidad de testigo, Eduardo Ferro, otro de los militares recluidos en la cárcel de Domingo Arena. En su caso, aparece mencionado en documentos sobre el envenenamiento de los vinos, que estaban en poder del represor José Nino Gavazzo, fallecido en 2021.
También se está a la espera del resultado de un nuevo análisis caligráfico sobre las cartas que llegaron junto con los vinos. "El jueves 31 al mediodía brindaremos por la patria en su nueva etapa. MDN". Una de las pericias que se realizó en su momento apuntaba a María Lemos, una funcionaria policial que en la dictadura había trabajado en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII), como la responsable de escribir esas cartas que llegaron junto a las botellas pero otra pericia lo descartó.
