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Vivía en un hogar de Beraca, planeaba casarse a fin de año y murió en medio de una balacera
Sonó el teléfono y atendió Lilián. Eran cerca de las 16:30 horas y caminaba con Graciela por el barrio Capra. Estaba por terminar la recorrida para volver al hogar Beraca en La Paz, de donde habían salido a media mañana.
"Nos vamos para casa en un ratito", dijo la mujer entre risas compartidas con Graciela luego de una jornada en la que se dedicaron a vender pasteles para llevar dinero al hogar.
A los diez minutos Lilián le devolvió la llamada a Andrea, pero esta vez el tono era otro. "Le dieron un tiro en la cabeza a Graciela", le dijo a la mujer.
Graciela Milano tenía 36 años y el 28 de agosto murió a causa del disparo recibido el día anterior al quedar en medio de una balacera. La fiscal Adriana Edelman imputó esta semana a dos hombres de 21 y 26 años que estaban en el auto desde donde salieron los tiros.
Graciela atravesaba una de las mejores etapas de su vida. A fin de año planeaba casarse con un hombre que vive en otro hogar de Beraca, una ONG evangélica que se dedica a atender a personas en situación de calle o con problemas de adicciones.
La idea de formar una familia le había cambiado el semblante, según relató Andrea a El Observador, la encargada del hogar donde vivía Graciela y quien recibió la noticia diez minutos después de escuchar su risa.
La mujer vivía en el hogar desde hacía cuatro años. Había llegado en busca de nailon para cubrir de la lluvia la pieza en la que vivía con sus dos hijos. Estaba embarazada, pero Andrea la recuerda delgada y con una panza casi imperceptible. Le dieron comida y empezó a ir más seguido al hogar.
En ese entonces era trabajadora sexual pero como además del embarazo estaba enferma, ya no tenía ingresos para alimentar a sus hijos ni a ella. Así es que aceptó quedarse en el hogar, donde nació su bebé, que ahora tiene tres años.
"Ahí empezó un cambio favorable. Estaba muy agradecida por encontrar una familia", recordó Andrea.
El diputado nacionalista por Canelones Álvaro Dastugue conocía a Graciela por su vínculo con la iglesia Misión Vida -de la que es pastor- y con las actividades que realizan en Beraca. La recuerda como una mujer "alegre y simpática" siempre dispuesta a ayudar a los demás.
En este punto también coincide Andrea, que contó que la mujer se había convertido en una especie de líder para otras que llegaban en situaciones con abuso de drogas y que ya no tenían esperanzas de tener una familia. "Ella les decía que sí se podía salir adelante", señaló.
Dastugue dijo que sus hijos están en el hogar a la espera de que la Justicia decida qué pasará con ellos, ya que Graciela no tenía vínculos con su familia.
Conflictos barriales
La principal hipótesis de la policía es que los disparos se dieron producto de un enfrentamiento entre jóvenes de la zona. Una vecina que fue testigo del homicidio dijo a Subrayado que Graciela vendía pasteles y en un momento escuchó un ruido de metralleta y la vio caer en el medio de la calle. Otro hombre resultó herido.
A partir de una cámara de seguridad privada se identificó el auto desde el cual salieron los tiros y se realizó el seguimiento a través de cámaras de videovigilancia del Ministerio del Interior.
Tras identificar a los ocupantes del vehículo, Edelman ordenó allanamientos en donde fueron detenidos los dos hombres y el cuñado de uno de ellos.
La Fiscalía solicitó para los imputados 180 días de prisión preventiva mientras continúa la investigación.
