Luego de meses de tregua para las mujeres iraníes, las autoridades de Teherán anunciaron el redespliegue de la “policía de la moral” en las calles del país. Lo hacen en el marco de una nueva campaña para controlar la vestimenta femenina, incluido el uso del hiyab, el velo con que deben cubrirse el rostro.
La reinstalación del cuerpo llega 10 meses después de la muerte de la joven kurda iraní Mahsa Amini, ocurrida el 16 de septiembre de 2022, acusada de violar el código de vestimenta y fallecida tras estar algunos días en prisión.
La familia de Amini denunció que fue torturada por las fuerzas policiales, pero estas siempre negaron que la joven haya sufrido cualquier tipo de maltrato.
Su muerte desencadenó una ola de protestas en el país y actos de rebelión por parte de las mujeres, en la que murieron cientos de personas. También siete personas fueron ejecutadas por su participación en el movimiento.
“A partir de hoy, se realizarán patrullas en coche y a pie para advertir y castigar a quienes, desgraciadamente, desobedecen las órdenes y siguen haciendo caso omiso del código de vestimenta”, advirtió el pasado fin de semana el portavoz de la Policía, Saïd Montazeralmahdi, citado por la agencia Tasnim.
El funcionario aseguró que la policía de la moral se reinstalaba tras recibir “demandas de la población e instituciones” para “expandir la seguridad pública y fortalecer los pilares de la familia”.
“En caso de que no cumplan con las órdenes de la policía, se adoptarán medidas legales y serán presentadas ante el sistema judicial”, explicó Montazeralmahdi.
“Se espera que todo el mundo, especialmente las mujeres inteligentes del país, de las que depende nuestro futuro, ayuden a la seguridad general de la sociedad manteniendo la santidad del velo y respetando las normas aceptadas”, añadió
Luego de tres meses de protestas, en diciembre pasado Irán había anunciado la abolición de la policía de la moral.
“La policía de la moral no tiene nada que ver con el poder judicial” y fue suprimida por los que la crearon, afirmó entonces el fiscal general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri a la agencia de noticias ISNA.
El anuncio fue considerado como un gesto hacia los manifestantes mientras surgían versiones de que las autoridades estaban revisando la ley de 1983 sobre el velo obligatorio.
El hiyab debe ser llevado por todas las mujeres en Irán desde la Revolución de 1979 que llevó a la instauración de la República Islámica de Irán, una teocracia dirigida en ese momento por el ayatolá Alí Jamenei.
En los últimos días, circularon videos en las redes sociales en los cuales se ven mujeres sin hiyab detenidas en camionetas por mujeres policía.
El diario reformista Shargh también informó el domingo pasado que cuatro mujeres detenidas habían sido condenadas a “asistir a cursos de psicología”, “limpiar hospitales” y se les había “prohibido conducir durante dos años”, tras ser declaradas culpables.
Desde la muerte de la joven kurda y la desaparición de las patrullas de la policía de la moral, un mayor número de mujeres comenzaron a salir a la calle sin velo, en desafío a las restricciones.
La policía de la moral comenzó a patrullar en 2006 para “difundir la cultura de la decencia y el hiyab”.
Fue creada por el Consejo Supremo de la Revolución Cultural bajo el mandato del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad (2005-2013).
Estas patrullas sirven para vigilar a la sociedad, buscando que cumplan las normas del pudor entre hombres y mujeres, además del estricto código de vestimenta.
Las mujeres tampoco pueden usar pantalones ajustados, jeans rotos o ropa que deje al descubierto las rodillas.
Se estima que unos 7.000 efectivos encubiertos se encuentran en los lugares públicos. Pueden imponer multas o detener a personas. Al ser reconocidos culpables, los implicados pueden enfrentarse a penas de prisión o flagelaciones.
Aunque las protestas disminuyeron en Irán, la frustración por parte de la sociedad y de las mujeres continúa y muchas de ellas protestan con varios actos de rebelión.
En contraposición, el municipio de Teherán colocó recientemente cientos de pancartas en las calles para promover el uso del hiyab.
“El hiyab es el legado de las madres”, dice una de esas pancartas que muestra a una madre poniéndose un velo negro junto a una niña muy pequeña, mientras que otra equipara la oposición al hiyab obligatorio con “la destrucción de los cimientos de las familias”.
(Con información de AFP)
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