Zielinski no vio los videos de Nacional en los clásicos 2022 y Peñarol fue una bomba de humo

Con este partido los tricolores cerraron su preparación y el domingo próximo salen a escena en la temporada oficial, en la Supercopa Uruguaya 2023. Peñarol aún tiene una semana más de puesta a punto, por su estreno será el primer fin de semana de febrero en el Torneo Apertura. 

Después de otro partido de preparación, con las connotaciones lógicas que vienen adosadas a un clásico, por nombres, la temporada 2023 promete ser una de las mejores competencias de Nacional y Peñarol en el torneo local (siempre y cuando enfoquen sus esfuerzos en el fútbol y no lo contaminen con la gimnasia de culpar a los demás por errores propios), y para ello comenzaron a subir la pendiente del equilibrio futbolístico, la estabilidad en el funcionamiento hasta conseguir llegar al punto que Alfredo Arias con un plantel completamente renovado y Ricardo Zielinski con una mixtura del campeón vigente y de refuerzos que potencian a los tricolores.

Los dos tienen todo para conseguir que los hinchas disfruten en la tribuna. Ahora bien, este clásico dejó algunos apuntes.

Zielinski no vio los videos de 2022

Lo mejor que le pasó a Zielinski fue que este clásico su cruzara en esta etapa de preparación y no en un partido por los puntos: este lunes pudo descubrir en carne propia lo que no vio en todos los clásicos que jugó Laquintana el año pasado, cuando le dieron espacios para correr.

Alcanza con volver a los partidos de 2022 y recordar la forma en que el veloz puntero se aprovechó, hasta dejar en ridículo a Almeida y generar un desequilibrio defensivo en Nacional que llevó a los hinchas al borde de un ataque de nervios.

Este 2023 arrancó igual. Le dejaron la cancha a Laquintana, y el delantero hizo lo mejor que sabe, mientras Cándido lo corrió de atrás, y Sergio Rochet quedó expuesto a errores que no solía cometer. Así llegaron los dos primero goles en 11 minutos de terror para la defensa de Nacional.

Obviamente no fue solo Laquintana. El delantero tuvo en Sebastián Rodríguez (el mejor de Peñarol) en el primer gol y en un gran centro de Valentín Rodríguez en el segundo, dos asistentes que le hicieron su tarea bien fácil.

Los partidos de pretemporada están para aprender, pero aprender sobre nuevas experiencias no sobre lo conocido: darle campo a Laquintana para correr es exponerse demasiado.

También este clásico dejó en la superficie otra preocupación para los albos: que Nacional tiene muchos problemas defensivo para resolver y que si el entrenador quiere poner un equipo ofensivo en el campo, como el que ensayó este lunes, tendrá que reconsiderar sus planteamientos y buscar alguna forma de blindarse, o conseguir un ataque demoledor para absorber los goles que pueda recibir. Por lo que expresó hasta ahora está lejos de las dos posibilidades. Entonces deberá decidirse por una, y la más segura es empezar a edificar el equipo desde el fondo. Como ya lo hizo Pablo Repetto en 2022, cuando construyó al campeón desde el fondo.

El estreno de Gastón Pereiro, quien se vuelve a adaptar al fútbol uruguayo, fue pobre. Se puede entender porque recién lleva una semana en Montevideo. Lo que queda claro es que sin Francisco Ginella, afuera de la cancha por lesión dos o tres meses más, Nacional depende demasiado de sus intervenciones.

La mejor señal que dio Nacional fue Franco Fagúndez, quien otra vez fue la figura. Nada nuevo en el radar de los tricolores, pero que brinda tranquilidad a la hora en que los hinchas empiezan a soñar con otro gran año.

Con el regreso de Federico Martínez, estará mejor rodeado.

Peñarol se agotó en 11 minutos

La expresión futbolística demoledora con la que Peñarol saltó al campo impresionó por todo, velocidad, manejo de los tiempos y de juego, que Sebastián Rodríguez puso desde el mediocampo. Pero tan rápido como construyó ese escenario perfecto se apagó, y se apagó de tal forma que Alfredo Arias no pudo volver a encender a un equipo que tiene suficientes figuras como para realizar un gran campeonato.

En la mitad de la cancha los aurinegros tienen para construir su mejor zona de confort con la pelota, y con Valentín Rodríguez por un lado (más como carrilero que como lateral) y con Laquintana del otro, puede presumir que tiene dos motores fuera de borda, que lo harán transitar con buenos réditos todos los campos del fútbol uruguayo.

Esos elementos le permiten dibujar una buena figura futbolística. Ahora bien: el asunto para el entrenador es cómo consigue sostenerlo en el tiempo. Ese es el gran desafío para Arias.

También el entrenador tiene otro asunto pendiente (y el tema es delicado), las pelotas quietas. Este clásico dejó al desnudo una falencia que puede costar un campeonato. Así llegaron los dos goles de Nacional.

A favor de los aurinegros, terminó con ocho juveniles, un elemento más que suma en este proceso de formación del nuevo Peñarol.

El clásico dejó buenas señales para los dos, pero muchos aspectos en los que deben poner atención para que todo lo que prometen tantos y tan buenos nombres de jugadores se reflejen en el funcionamiento colectivo. Tienen todo para protagonizar un gran campeonato.