La relación entre la salud mental y la piel es más estrecha de lo que muchos piensan. ¿Te has preguntado alguna vez por qué tu piel se irrita cuando estás bajo mucho estrés? La respuesta podría estar en la conexión entre tu mente y tu cuerpo.
Según el dermatólogo Ricardo Ruiz, quien trabajó en la Universidad de California, muchos pacientes con enfermedades cutáneas también sufren alteraciones psicológicas. Este experto señala que las células de la piel y del cerebro tienen un origen común en el desarrollo del embrión humano, lo que podría explicar esta interconexión.
Cómo la salud mental afecta a la piel: estrés, ansiedad y sus consecuencias
De acuerdo con la Asociación Española de Psiquiatría, el 40% de la población española padecerá ansiedad en algún momento de su vida. Cuando este nivel de preocupación extrema es elevado y persistente, tiene efectos sobre la piel, lo que explica la estrecha vinculación con la salud mental.
“Disminuye nuestra función barrera, provoca deshidratación, inflamación, irritación, fragilidad y sensibilidad. También aumenta la producción de adrenalina y cortisol, haciendo que se desequilibre el funcionamiento de nuestro sistema hormonal, y a raíz de esto se pueden producir brotes de acné por una mayor producción de las glándulas sebáceas”, explica Elisabeth Álvarez, máster en Dermofarmacia y Formulación Cosmética.
Piel
Los dermatólogos utilizan tratamientos como láser y productos cosméticos para mejorar la piel.
Unsplash
Esta especialista, directora del centro INOUT, señala, además, que la liberación de cortisol afecta directamente al colágeno de la piel, lo que puede favorecer los signos de envejecimiento prematuro, como arrugas.
- Efectos hormonales: la producción de adrenalina y cortisol desequilibra el sistema hormonal, provocando brotes de acné y acelerando el envejecimiento de la piel.
- Afecciones cutáneas: el nerviosismo crónico libera histamina, relacionada con alergias y brotes de dermatitis atópica, rosácea, herpes y psoriasis.
Y sin llegar a tanto, estar de bajón o no tener una salud mental fortalecida también tiene consecuencias menos importantes pero visibles, porque según los expertos se altera la circulación sanguínea y eso repercute en una piel más apagada y reactiva.
Cuál es la conexión entre salud mental y problemas de piel
La dermatóloga Natalia Jiménez, en su libro Ponte en tu piel (Aguilar), subraya la importancia de no trivializar los problemas cutáneos, que tienen un componente estético y emocional significativo.
piel
El estrés afecta negativamente el cuidado de la piel.
Unsplash
- Impacto emocional del acné: condiciones como el acné pueden causar un estado de ánimo depresivo, baja autoestima y afectar las relaciones interpersonales.
- Perspectiva del entorno: a menudo, el entorno del paciente minimiza la importancia de estos problemas, diciendo cosas como "solo son dos granos, ya se quitarán".
- Mejora de la autoestima: la mejora de la piel frecuentemente se asocia con cambios positivos en la autoestima y la calidad de vida, lo que a su vez impacta la salud mental.
- Tratamientos dermatológicos: los dermatólogos utilizan productos cosméticos, opciones médicas o medios físicos como el láser para mejorar la piel.
- Desafíos con el vitíligo: problemas como el vitíligo pueden ser difíciles de tratar completamente, y aquí es donde el maquillaje corrector juega un papel crucial.
Estrategias dermatológicas para mejorar la salud mental
El dermatólogo Ricardo Ruiz destaca la conexión íntima entre la salud mental y la piel.
- Estrés y cuidado de la piel: los pacientes con estrés generalmente carecen de la energía y motivación necesarias para llevar a cabo rutinas adecuadas de cuidado de la piel.
- Conductas dañinas: estos pacientes a menudo muestran conductas dañinas como rascarse compulsivamente, frotarse o explotarse granos, lo que puede empeorar sus problemas cutáneos.
- Mejora estética y autoestima: verse bien puede mejorar significativamente la autoestima y la salud mental.
- Técnicas mínimamente invasivas: a veces, técnicas de estética mínimamente invasivas pueden corregir o mejorar algo que acompleja a una persona, como una nariz con caballete o una cicatriz, aportando felicidad y mejorando la autoestima.
- Evitar la perfección: es crucial evitar la búsqueda de la perfección, ya que esta solo causa frustración y puede llevar a trastornos como la dismorfia.