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17 de diciembre 2025 - 16:34hs

Con base en encuentros técnicos organizados por BASF y Barraca Erro en el este de Uruguay, en Río Branco y Treinta y Tres, se puede visualizar que existe una tendencia clara: proteger un cultivo ya no es solo controlar enfermedades, es construir sistemas más resilientes, eficientes y sustentables.

En el este del Uruguay esta revolución verde ya comenzó y el desafío ahora es consolidarla y hacerla crecer, se destacó desde BASF a El Observador.

El sistema soja - arroz

La región este de Uruguay atraviesa una transformación productiva profunda.

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En pocos años, el sistema soja – arroz duplicó su productividad como resultado de una revolución tecnológica silenciosa, basada en innovación, manejo más preciso y una creciente profesionalización del productor.

Según técnicos de la región, en apenas tres campañas los productores de soja que partían de potenciales de rendimiento cercanos a los 1.500 kilos por hectárea hoy alcanzan o superan los 3.000 kilos, impulsados por un manejo sanitario más riguroso y la adopción de tecnologías diseñadas para responder a escenarios productivos cada vez más complejos.

En paralelo, el crecimiento del área sojera en el este refleja un cambio estructural de escala que promueve una mayor eficiencia y estabilidad del sistema productivo.

El nuevo escenario productivo requiere decisiones más precisas, innovación y herramientas adecuadas para afrontar el desafío.

Encuentros técnicos organizados por BASF y Barraca Erro

Así lo indicaron los resultados de los encuentros técnicos organizados por BASF y Barraca Erro en Río Branco y Treinta y Tres.

Este proceso replica, con adaptación local, lo ocurrido en Río Grande do Sul (Brasil), donde el sistema productivo soja–arroz, el manejo sanitario eficiente y la innovación continua —documentados por Embrapa e IRGA— permitieron construir sistemas agrícolas más estables y productivos.

En la cuenca de la Laguna Merín, ese aprendizaje comienza a traducirse en resultados concretos.

“Cuando un cultivo tiene el potencial de rendir como un Fórmula 1, el agricultor necesita herramientas que lo acompañen. La innovación aplicada es la forma de cuidar su esfuerzo”, señaló Manuel Pérez Ois, técnico de Desarrollo de Mercado de BASF.

Herramientas que acompañan al productor

  • Melyra integra Revysol con F500, logrando una protección integral de la hoja gracias a su acción sistémica translaminar, con fuerte efecto curativo y estabilidad de control frente a enfermedades de fin de ciclo como mancha marrón y Cercospora.
  • Belyan, en tanto, suma Xemium conformando una triple mezcla que aporta acción preventiva y curativa, alta persistencia y un amplio espectro de control, alineado con las exigencias regulatorias y de sustentabilidad de los mercados más exigentes.

La llegada de Melyra y Belyan responde a la necesidad de producir más y mejor. Son herramientas que protegen la sanidad del cultivo y la protección del potencial rendimiento que contribuyen a la sustentabilidad y estabilidad del trabajo del agricultor, protagonista central de esta transformación”, concluyó Pérez Ois.

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Temas:

Uruguay Productores BASF Soja Arroz

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