La existencia de deudas millonarias en dólares, pagos menores a los mandatados por la ley e incumplimientos incluso en el otorgamiento de montos muy por debajo de lo que corresponde han sucedido, en mayor o en menor medida, durante ya cuatro administraciones de gobierno.
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Desarrollos tecnológicos del INIA con foco en la agricultura.
INIA: disminuye el potencial de desarrollo científico
Rafael Normey, presidente de la Federación Rural (FR), destacó a El Observador que esa situación preocupa no solo porque la falta de recursos afecta directamente y mucho al funcionamiento del INIA, disminuyendo su potencial de desarrollo científico, también por la incertidumbre que genera la falta de certezas: el instituto no puede planificar con tranquilidad y seguridad sobre investigación y desarrollo, factores indispensables para todos los rubros de la actividad productiva en el país.
A los productores, dijo Normey, les importa mucho el monto que se vuelque al INIA, pero también les importa mucho la certeza de que ese dinero no va a ser cuestionado, es decir que haya acuerdos estables de funcionamiento en el tiempo para que INIA pueda ir despejando incertidumbres, porque la incertidumbre hace que las decisiones que se deben tomar no se tomen en los tiempos que corresponden.
Recientemente hubo gestiones, considerado la gravedad de esa adversidad, con el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, así como las habrá a nivel parlamentario, anunció.
Remarcó que, aunque haya leves matices con base en la mirada de cada gremial, se trata de un problema muy grave y totalmente compartido por las gremiales agropecuarias nucleadas en el movimiento Campo Unido.
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INIA: difusión del valor de la investigación, durante la Expo Rural del Prado.
Foto: Leonardo Carreño
Lo que hizo el gobierno desde 2012
Las irregularidades en el aporte desde el gobierno al INIA no es algo nuevo, según detalló el presidente de la entidad ruralista.
Los ingresos que obtiene el instituto provienen en un 80% de dos fuentes: el adicional al Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuarios (Imeba) –es un aporte que hacen los productores– y una contraparte del Estado, a la vez que el 20% restante procede de otras fuentes (regalías, licencias, convenios, etcétera).
El aporte que le corresponde hacer al Estado, indicado por la ley de creación del INIA, originalmente tenía como monto indicado ser “al menos igual” al aporte de los productores, lo que instauró en la práctica una suerte de “50% y 50%” para conformar ese 80% mencionado, por lo cual era habitual que el Estado iguale el aporte de adicional al Imeba.
El primer gran problema ocurrió desde 2012, en la administración de gobierno presidida por José Mujica, cuando se comenzó a incumplir esa contratarte estatal y se originó hasta 2015 una deuda equivalente a cerca de US$ 40 millones.
Eso nunca se llegó a cobrar y es lo que en el ámbito de los productores se define como “la deuda vieja”.
Desde 2016, en la administración presidida por Tabaré Vázquez, el gobierno reanudó los aportes, pero sin cumplir lo mandato por la ley constitutiva del INIA, solo realizó un pago fijo de $ 600 millones por año, un incumplimiento arbitrario de la ley.
Esos $ 600 millones, además, son mucho menos que lo que aportan los productores por el adicional al Imeba.
Esos $ 600 millones al año son, aproximadamente porque es variable, un 35% y el adicional al Imeba es el 65% restante del ya mencionado 80% del ingreso que debe llegarle al INIA.
En 2020, cuando asume una nueva administración de gobierno, con Luis Lacalle Pou como presidente, hay un cambio significativo asentado en la Ley de Presupuesto y para regir así exclusivamente en el quinquenio, que modificaba lo señalado en la ley, pasando de ser el aporte del Estado “cuando menos igual” que el adicional al Imeba a ser “cuando menos hasta el equivalente”, por lo cual en vez ser aquella suerte de “50% y 50%” pasaba a ser lo que se pudiera hasta como máximo igualar al adicional al Imeba.
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Tambo robotizado del INIA en La Estanzuela (Colonia).
Durante 2024 el pago fue cero
No obstante, en la práctica, durante el gobierno pasado, cada año se siguió haciendo un aporte anual constante de $ 600 millones, como ocurría desde 2015, salvo en 2024, cuando el aporte fue cero, no existió.
Un detalle relevante es que ese aporte de $ 600 millones que por última vez ingresó en 2023 era igual al de 2015, señaló Normey, con el consecuente deterioro de la calidad del monto con base en los ajustes en los egresos del instituto que se fueron dando inexorablemente año tras año.
Al inicio de este año se instauró como solución que el Estado iba a ceder al INIA un pago mensual de $ 100 millones, constante durante todo 2025, con lo cual al cabo del año se iban a haber trasladado los $ 600 millones correspondientes al año pasado y el mismo monto por el año en curso.
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INIA Treintay Tres: un destacado equipo de veterinarios de todo el país participó en el Taller de Gestación Vacuna.
Lo prometido para 2025 y lo que dijo Fratti
Eso se ha cumplido solo en las seis cuotas iniciales y han llegado a los productores señales que indican que desde el gobierno no está clara la intención de seguir realizando esos pagos mes a mes, lo que se irá comprobando desde julio, aún en curso.
Normey, tras consultas de El Observador, mencionó por un lado que salvo algún episodio muy puntual nunca hubo dificultades para que lleguen al instituto los dineros correspondientes al adicional al Imeba y, por otro, que Alfredo Fratti, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, quien es parte del gobierno, cuando asumió su cargo (y luego en varias oportunidades) admitió la necesidad e importancia de regularizar los aportes al INIA.
Todo lo mencionado es una de las preocupaciones que existen con relación a este manejo inestable del gobierno a la hora de efectuar los aportes al instituto.
La otra preocupación tiene relación con la Ley de Presupuesto que se discutirá en 2025, porque lo resuelto en 2020 ya no tiene vigencia y, por lo tanto, los productores entienden que está totalmente vigente que el gobierno debe aportar “cuando menos lo mismo” que el monto del adicional al Imeba.
Se consideró el tema con el ministro Oddone
Eso fue lo que los representantes de Campo Unido –las seis principales gremiales del Agro en Uruguay– trasladaron al ministro Oddone la semana pasada, en una reunión en la que se habló de competitividad, exportación de ganado en pie, el tema del INIA y otros.
Según informó Normey, Oddone dispuso que el nexo entre el INIA y la Secretaría de Estado que conduce, para considerar este tema, sea Bruno Gili, profesional designado por el gobierno que preside Yamandú Orsi como responsable de implementar un Programa de Impulso a la Innovación y la Internacionalización en Uruguay.
Para los productores, remarcó el presidente de la FR, teniendo en cuenta el valor que tiene el INIA y no solo directamente para el sector agro, es fundamental que el gobierno normalice los aportes, cumpliendo con lo que la ley ha dispuesto.
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INIA: degustaciones de nuevas variedades de frutas.