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1 de diciembre 2024 - 5:00hs

Los intercambios internacionales de electricidad entre los países de América del Sur, alcanzaron los 39.755 gigavatio-hora (GWh) en 2023, lo que significó un aumento del 28% frente a los 31.045GWh que se habían intercambiado en 2022.

Según los datos procesados por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), el 95,3% de la energía intercambiada en América del Sur, fue hecha por países del Cono Sur, mientras que tan solo el 4,7% fue entre países de la Región Andina.

Si bien a nivel general en América del Sur, los intercambios de electricidad en 2023 representaron apenas el 3,7% de la demanda, al analizar la situación a nivel individual por país, hay casos que destacan como Uruguay, Argentina y Ecuador.

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En el caso uruguayo, se abasteció el 11,1% de la demanda con importaciones principalmente desde Brasil y en menor medida, desde Argentina. Lo mismo ocurrió en 2023 con Argentina, país que abasteció el 10% de su demanda con importaciones desde Uruguay, Brasil y Paraguay y, en menor medida, desde Bolivia y Chile; y también Ecuador, que cubrió el 4,4% de su demanda interna con importaciones, en su mayoría, desde Colombia.

Los datos se desprenden del informe Situación de la Integración Eléctrica en América del Sur, elaborado por Olade, en el que se constató que el factor de utilización de los enlaces internacionales se incrementó en 2023 con relación a 2022. En concreto, los países del Cono Sur tuvieron un promedio de utilización de los enlaces internacionales del 35,5% frente al 28,4% del año anterior, mientras que en la Región Andina ese promedio fue de 39,4%, también superior al 13,9% utilizado en 2022.

De acuerdo con la Olade, la utilización de las interconexiones aumentaron "de la mano de la ocurrencia de fenómenos climáticos extremos", así como también por la "mayor disponibilidad de recursos primarios: recuperación de embalses en Brasil, incorporación de generación eólica en Uruguay y recuperación de la disponibilidad de gas natural para la generación térmica en Argentina".

El intercambio de energía eléctrica entre Uruguay, Argentina y Brasil

Al analizar lo ocurrido en términos de integración eléctrica entre Uruguay y sus vecinos, los datos divulgados por la Olade reflejan que por ejemplo, con Argentina, hubo dos etapas diferentes. Entre 2005 y 2013, los intercambios de electricidad fueron en uno y otro sentido, con tendencia decreciente, al haber pasado de una utilización del 10% de la infraestructura entre el año 2005 y 2007, a un 6% entre 2008 y 2010 y a un 2% entre 2011 y 2013. Mientras que la situación cambió entre 2014 y 2023, cuando Uruguay se convirtió en exportador neto durante todo el período y registró un incremento en el uso medio de la infraestructura de interconexión.

Tanto Argentina como Uruguay cuentan con sistemas que están "muy integrados eléctricamente", indicó la Olade. Si se observan los intercambios de excedentes de la represa hidroeléctrica de Salto Grande, "estos han sido más bien acotados en los últimos años, con una distribución promedio 50/50" entre ambos países.

distribución generación Salto Grande entre Arg y Uruguay.png

De acuerdo con el informe —que procesó datos de las administradoras del mercado mayorista eléctrico de ambos países, Cammesa en Argentina y ADME en Uruguay— , el mayor desvío en la distribución de la generación eléctrica de la represa de Salto Grande se registró sobre finales del año pasado y principios de este año, con un incremento en la participación de Argentina.

En el caso de los intercambios de electricidad entre Uruguay y Brasil, también se identificaron dos etapas: la primera hasta el año 2016, cuando solo existía una interconexión (fundamentalmente usada para las exportaciones desde Brasil hacia Uruguay) por 70 megavatios (MW); y la segunda fase desde 2017 en adelante, cuando culminaron las obras de interconexión con el país vecino que posibilitaron el intercambio por 500MW.

energia electrica intercambios uruguay brasil.png

De acuerdo con la Olade, a partir de ese momento —y como se visualiza en la gráfica superior—, crecieron los volúmenes de intercambio de energía entre ambos países y Uruguay se convirtió en "un exportador neto la mayor parte del tiempo", con la excepción de la situación de 2023 cuando el país enfrentó una fuerte sequía.

En la siguiente gráfica se puede observar que entre 2005 y 2013, durante la primera etapa, los intercambios de energía respondieron a las condiciones hidrológicas del sistema uruguayo. "En los años de mayor disponibilidad hidroeléctrica Uruguay es exportador y en los de menor disponibilidad, es importador", señaló el informe.

intercambio neto uruguay argentina y brasil.png

A partir de la gráfica —que refleja los intercambios netos de las diferentes fuentes de generación de energía de Uruguay con Argentina y Brasil—, se visualiza que desde 2010 en adelante, las exportaciones argentinas se reducen, en línea con las restricciones que enfrentó el país vecino en el sector del gas, lo que llevó a que Uruguay le exportara energía, en algunos casos con excedentes de renovables y en otros a través de la generación térmica.

De hecho, a setiembre de este año, las ventas totales de energía de Uruguay hacia la región, principalmente a Argentina, totalizaron los US$ 104 millones y en su amplia mayoría fueron excedentes de generación. Además, las perspectivas son positivas de cara al verano, dado que ya se prevé que Argentina precise importar desde sus países vecinos para cubrir el aumento de la demanda en los meses más calurosos.

"A partir del 2014, en consonancia con el progresivo incremento en su generación renovable principalmente de origen eólico, Uruguay es un exportador neto. Las fluctuaciones en la disponibilidad hidroeléctrica repercuten en el volumen de excedentes que a partir del 2016, como resultado de la habilitación de la conversora (de frecuencias en Melo) de 500 MW de capacidad, pueden ser exportados al mercado argentino o bien al brasileño", detalló el informe.

Los intercambios de energía en función de los costos

La Olade también analizó el comportamiento de los intercambios en función de los Costos Marginales Operados (CMO) y constató que existe una correlación, aunque no lineal, entre los costos diferenciales y los flujos de energía. "Cuando el CMO es más alto en Argentina, Uruguay exporta y cuando es más alto en Uruguay, sucede lo contrario", señaló.

En tanto, en los intercambios entre Uruguay y Brasil se constató "una correlación entre el diferencial de costos marginales y los flujos de energía". Cuando los costos fueron más elevados en Brasil, Uruguay exportó y cuando la ecuación de costos se revirtió, Uruguay fue importador. De acuerdo con la Olade, este comportamiento "no necesariamente constituye una regla, por la incidencia de las condiciones hidrológicas de los dos países", muestra de ello es que durante el período seco entre 2020 y 2021, "Brasil importó energía para preservar sus embalses, aunque los diferenciales de costos marginales eran negativos".

energia costos.png

El informe de Olade recordó la situación de sequía que Uruguay atravesó en 2023 y que llevó a UTE a poner en funcionamiento sus centrales térmicas, además de recurrir a importaciones de energía desde Brasil para garantizar el abastecimiento y cubrir su demanda. En determinados días del 2023, las importaciones desde Brasil llegaron a cubrir el 30% de la demanda pero esto no fue una mala noticia, sino todo lo contrario, dado que el país vecino contaba con excedentes de energía que vendió a Uruguay a precios que resultaron más baratos en comparación con los costos de producción de energía térmica.

En ese sentido, desde Olade remarcaron que "los beneficios de la importación de Brasil, no solo se dieron por el lado energético, sino también en los precios. La exportación por parte de Brasil de excedentes turbinables, permitió que Uruguay pudiera obtener a través de las importaciones, precios inferiores a los que representaba poner en operación sus ciclos combinados".

En concreto, el informe de la organización detalló que la energía proveniente de Brasil se llegó a pagar en unos US$ 60 por MWh, mientras que la operación del ciclo combinado que tiene UTE en Punta del Tigre implicaba aproximadamente un costo de US$ 193,5 por MWh.

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