“Si uno mira la historia de la educación en Uruguay, siempre atrás hay un colorado: desde José Pedro Varela y Elbio Fernández, los dos colorados, pasando por José Batlle y Ordóñez y los liceos departamentales, Pedro Figari y la UTU, Enriqueta Compte y Riqué y los jardines de infantes, Antonio Grompone en formación docente, la gestión de Julio María (Sanguinetti), la reforma de (Germán) Rama, y ahora la transformación educativa de Robert (Silva)”. Así lo había expresado en una actividad partidaria, hace un año, el diputado, también colorado, Felipe Schipani. Sus palabras cayeron como un baldazo de agua fría en más de dos decenas de referentes blancos de la ANEP.
Un año después, y en medio de una campaña electoral que promete un tire y afloje entre los dos principales socios de la coalición multicolor, más de 20 referentes blancos de la ANEP y otros exintegrantes del organismo rector de la enseñanza obligatoria se juntaron para hacer caer esa hegemonía colorada. O, mejor dicho, para demostrar que la llamada transformación educativa no fue obra exclusiva de Robert Silva y sus correligionarios.
“Cuando uno mira quiénes hicieron los nuevos planes y programas, o cuando se observa quiénes estuvieron en las principales decisiones, queda demostrado que la transformación no es obra de un único partido”, dijo Óscar Yáñez, exsubdirector general de Secundaria y uno de los blancos que integra este nuevo núcleo.
Algunos de los referentes nacionalistas ya intercambiaron mensajes con el candidato a la Presidencia por su partido, Álvaro Delgado, a quien le pidieron defender la labor de los suyos al frente de la educación.
Sienten que el estilo centralista de Robert Silva, la visibilidad que los colorados le dieron a la transformación en la campaña electoral hacia las internas, y el hecho de que exista una desproporción de cargos de esa fuerza política en puestos de confianza desdibujaron “el rol central que los blancos” cumplieron en el proceso de reforma.
Cuando la coalición multicolor ganó el gobierno, el entonces líder colorado Ernesto Talvi propuso a Robert Silva para presidir el Codicen: "es una persona comprometidísima con la educación, quien más conoce de ella y quien tiene un espíritu reformista que es lo que el país precisa".
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, aceptó la propuesta que fue bien recibida en la mayoría de la coalición.
El pasado octubre, cuando Silva renunció a su cargo para competir en la interna colorada, dejó como sucesora a su correligionaria Virginia Cáceres.
Los colorados también “habían ganado” la dirección de Primaria luego de que habían invitado a renunciar a la nacionalista Graciela Fabeyro y puesto en su lugar a la colorada Olga de las Heras (el subdirector sí pasó a ser blanco y es uno de los integrantes del nuevo nucleamiento: Eduardo García Teske).
UTU y Formación Docente también están conducidos por colorados.