El martes 5 de noviembre serán las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El resultado, dice el especialista en política internacional Carlos Luján, será “clave” para el desenlace de las guerras activas en el mundo, los precios de granos y hasta el petróleo. Pero, ¿cómo se posicionan los uruguayos frente a esos comicios a más 9.000 kilómetros de distancia?
Cuatro de cada diez encuestados (entre más de 5.400 casos) no se inclina por ninguno de los candidatos con chances de alcanzar la presidencia (a saber: Kamala Harris y Donald Trump). De hecho, más de la quinta parte les “da lo mismo” quién gane esa elección.
Luján —quien es profesor de teoría de las relaciones internacionales— reconoce que “no es casualidad”. Sucede que, en los últimos años y con la “instalación de un mundo multipolar”, Estados Unidos “perdió relevancia en el impacto que genera en América Latina, sobre todo en los países del Cono Sur (no tanto en su vecino México, Centroamérica y Venezuela)”.
Cuando se terminó de desplomar el muro de Berlín, a comienzos de los 90, Estados Unidos era el ejemplo emblemático de hard power. Así le llaman los analistas a la capacidad de usar palos y zanahorias de “poder económico y militar para que otros acaten tu voluntad”.
Eso cambió. Y aunque Estados Unidos aún mantiene un soft power (vinculado a la influencia cultural), ha perdido peso en ese poderío económico hegemónico. “Pero eso no quiere decir que sus elecciones hayan perdido relevancia, porque quién gane la Presidencia define las marchas de las guerras que tenemos, del apoyo o no a Ucrania o Israel”, explica Luján.
La otra polarización
En Uruguay, a diferencia de lo que acontece en las elecciones de Estados Unidos, no está habiendo una gran polarización afectiva (como le dicen los politólogos al incremento de sentimientos negativos hacia los votantes del partido opositor). Pero las preferencias partidarias siguen siendo un clivaje.
Entre los encuestados que se sienten cercanos al Frente Amplio, crece la preferencia por Harris (demócratas) y es marginal el apoyo a Trump (republicanos). En cambio, entre los votantes de la coalición multicolor existe una mayor paridad (con leve favoritismo de Harris).
El tamaño de la muestra de votantes de Cabildo Abierto (y en menor medida de los colorados) no permite sacar grandes conclusiones sobre cómo se dan esas preferencias a la interna de los partidos que integran la coalición multicolor. Pero en buena medida traza, según Luján, la histórica división de la socialdemocracia y el batllismo, más presente hoy en el Frente Amplio, versus algunas ideas “más conservadoras” en parte de la coalición de gobierno.
El Observador consultó las preferencias de los candidatos a la presidencia con más chances de pasar al balotaje en Uruguay, bajo el supuesto que, en caso de llegar al gobierno, serán quienes lidien con el futuro mandatario de Estados Unidos. Y como sucede en las típicas respuestas de políticos uruguayos, el mensaje con leves alteraciones fue: “no me corresponde opinar sobre la elección de otro país, yo busco lo mejor para los uruguayos”.
Una mujer en carrera a la Casa Blanca
El Observador Estados Unidos había contado hace un mes que Kamala Harris supera a Trump en las encuestas estadounidenses y amplía la brecha entre las mujeres. Tras la convención Demócrata realizada en Chicago (en agosto), la preferencia por Harris entre las mujeres se amplió 13 puntos porcentuales en dos semanas.
Y la medición en Uruguay —esta de El Observador, la Unidad de Métodos y Acceso a Datos, y el docente de Estadística Juan Pablo Ferreira— comprueba que el sexo en un parteaguas sobre las preferencias electorales en Estados Unidos.
Más allá de que Harris es mujer (y podría ser la primera de ellas en llegar al puesto máximo de la Casa Blanca), en el mundo está habiendo un giro de las mujeres hacia posiciones más liberales y, a la vez, cierta movida de los varones jóvenes hacia ideas más conservadoras.
Desde que a las mujeres se les autorizó votar, los estudios de opinión pública han intentado descifrar cómo es su comportamiento electoral. En las democracias liberales más ricas, que son las que han impulsado más análisis, se notaba un patrón: ellas votaban menos que ellos (en países donde el voto no es obligatorio) y tendían a preferencias electorales más conservadoras.
“Era un tema estructural: las mujeres ocupaban roles que estaban más relegado a la vida privada, al hogar”, narró Verónica Pérez Bentancur. De pronto empezó una “revolución silenciosa”. Las mujeres iniciaron una salida masiva al mercado laboral y, poco a poco, cambiaron sus comportamientos. Comenzaron a decidir cuántos hijos quieren tener y cuándo. Se priorizó la continuidad educativa. Quedó evidenciada la desigualdad distribución de las tareas de cuidados. Y “muy posiblemente van corriéndose más hacia la izquierda en su intención de voto”.
Sobre la medición
Por primera vez se aplica a nivel masivo en Uruguay un monitoreo de la opinión pública con encuestas no probabilísticas que permiten inferencias a través de modelos alternativos.
Este proyecto de encuestas —anónimas y cuyos datos no son usados con otros fines que académicos y periodísticos— es una apuesta a la innovación en la aplicación de nuevos modelos de investigación social, la confección de trabajos comunicacionales de calidad e independientes (no reciben apoyo de empresas ni de políticos), y la elaboración de documentos académicos que permiten generar conocimiento.
Para este segundo sondeo fueron encuestados 5.450 voluntarios, entre el 21 de agosto y el 4 de setiembre de 2024.
Ficha metodológica - segunda encuesta observador.pdf
El equipo:
La coordinación de la Unidad de Métodos y Análisis de Datos de la Universidad de la Repúblicas está a cargo de Fabricio Carneiro y Nicolás Schmidt.
El doctorando en Ciencias de Datos, máster y licenciado en Estadística Juan Pablo Ferreira, profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Económicas de Udelar y responsable de la división Normalización, Investigación y Proyectos del Instituto Nacional de Estadística es quien se encarga de definir las metodologías para que las muestras obtenidas permitan realizar inferencias válidas.
Por El Observador trabajan Diego Cayota y Tomer Urwicz (coordinadores), el analista en Programación Juan Pablo Gagliardi (tecnología), Rocío Montanari y Tania Rodríguez (fase de campo en redes sociales), Marcelo Morillas y Alexis Bics (diseño), el equipo de marketing, soporte y difusión.