De los bares lujosos de San Pablo a las playas de Río de Janeiro, los brasileños están bajo alerta por una ola de intoxicaciones por bebidas alcohólicas adulteradas que pueden ser mortales.
El Ministerio de Salud brasileño confirmó el viernes un muerto por ingesta de metanol, un alcohol tóxico que no debe usarse en destilados, mientras que otras 11 muertes están en análisis.
Las autoridades ya contabilizan 11 intoxicaciones confirmadas y otras 102 en investigación.
Nueve de cada diez se detectaron en San Pablo, aunque también hubo registros en otros cuatro estados y en la capital, Brasilia.
La prensa de Brasil reportó víctimas hospitalizadas en coma y el caso de una mujer que perdió la visión luego de beber tres tragos con vodka en un bar de San Pablo.
El temor crece entre clientes, que evitan destilados como vodka, gin, whisky o cachaza, base de la popular caipirinha brasileña.
El viernes entrada la noche en un vecindario de San Pablo, el ambiente era sombrío y los locales permanecían casi vacíos.
En busca de antídotos
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Los bares son sinónimos de alcohol, aunque algunos están cambiando esa tendencia.
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El origen del alcohol adulterado es desconocido y la Policía Federal dijo esta semana que estaba investigando un posible vínculo con el crimen organizado.
El ministro de Salud de ese país, Alexandre Padilha, recomendó no consumir este tipo de bebidas.
El gobierno de Lula da Silva creó una "sala de situación" para enfrentar la crisis y procura abastecerse de un antídoto, el etanol farmacéutico.
Las autoridades también buscan donantes y proveedores internacionales de fomepizol, otro antídoto que no se consigue en Brasil.
Aunque en Río de Janeiro aún no se registró ningún caso, varios restaurantes publicaron comunicados en redes sociales donde aseguran que sus productos alcohólicos son seguros.
Con información de AFP.