Mientras la gente entra y sale de la sede ella los saluda con su nombre de pila y los hace pasar, les dice que se arrimen una silla, que se pongan cómodos. En este momento su tarea es la organización de los viajes de los votantes a los centros de votación, evacuar las dudas de las personas que atraviesan la puerta y colaborar desde esa trinchera con los delegados en la calle. “En este momento mi función es esa”, comenta. Pero son varias.
La mesa está cubierta por un delicado mantel de puntilla aunque no se vea. Sobre la tela labrada hay un montón de papeles con nombres, circuitos y números. Y otro montón de hojas de votación amarillas con el rostro de Álvaro Delgado y Javier García. Al costado una silla de ruedas entre otro montón de sillas, una estufa a gas y un mapa de Montevideo. María dirige desde esa sala toda la coordinación de la mañana. Teléfono en mano, las llamadas se suceden.
“Cuántas no sé exactamente, pero deben de andar rondando las ochenta personas más o menos las que vamos a trasladar hoy. Los organizamos por locales, por zonas. Por ejemplo: ahora van a salir para la Madre Paulina y el complejo Millán y Lecocq, que es para un lado. Hace un ratito salió un taxímetro que lleva gente para Colón. Tenemos después unos viajes que van a salir para el Centro”.
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Entra Artigas. Se sienta frente a María con dificultad. "A ver dónde te toca –dice María mientras mueve hojas y alarga la última vocal–. En el Instituto Pallotti, tomá asiento". Repasa las anotaciones del cuaderno para encontrar cuándo agendaron al hombre y quién lo llevará a votar. "¡Vamo' a ganar!", asegura el señor con las mejillas todavía rosadas del frío exterior cortando el silencio.
“Te traje tu camioneta preferida”, dice al pasar la puerta el senador Sebastián Da Silva después de estacionar la camioneta blanca con banderitas amarillas frente a la sede política. Ella, destaca, es la representación del Partido Nacional: “Uno a uno, al firme”.
La conversación circula, indefectiblemente, hacia la temperatura. "Hace tres o cuatro días les decía a mis hijos que no me acuerdo de una campaña en la que hiciera tanto frío. Me dijeron que lo que pasa es que tengo cinco años más”, comenta ella entre risas. “En campaña decimos una helada pa endulzar naranjas. Con este frío, las naranjas son más dulces”, dice Da Silva antes de irse, como una expresión de deseo.
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Marlene e Ivonne no se conocían, pero ahora viajan en la parte de atrás de una camioneta tipo SUV que se mueve con tranquilidad por las calles del barrio.
Pablo Mautone pone el GPS en el celular antes de comenzar el viaje. Dice que comenzó en las elecciones internas de 2019, pensando en ir a dar una mano en una mesa de votación, pero le dijeron que lo que hacía falta era gente que ponga el auto para llevar gente a votar. "Y arranqué". Desde entonces trasladó votantes en las elecciones nacionales, balotaje y referéndum por la Ley de Urgente Consideración.
“Es una zona en la que viven muchas personas mayores, hay que acompañarlos muchas veces porque no es fácil desde acá ir a los lugares de votación. Es un día que me gusta dedicarlo a esto. Esto es lo que hago, es mi acto de militancia”, afirma Mautone y explica que a veces incluso se trata de una actividad familiar.
La Escuela 251 "Gral Fructuoso Rivera", ubicada dentro del complejo habitacional Millán-Lecocq, es la primera parada. Marlene baja del auto junto a Mautone que la acompaña para buscar su circuito y se pierden entre los edificios de concreto. En poco tiempo regresan con el voto emitido.
La camioneta blanca avanza entonces hacia el segundo cuarto oscuro. Ivonne dice que votó "en todos lados" en "toda una vida en Sayago", pero es la primera vez que lo hace en la Escuela Madre Paulina. El sol apenas calienta la piel mientras camina lentamente hasta la mesa de votación y aún así es la primera en llegar en un centro prácticamente vacío.
Ivonne entrega la credencial, que despliegan con delicadeza para evitar despegar las hojas que muestran sellos de varios periodos eleccionarios. “Acá tenía 22 años, mirá”, dice mientras muestra la foto en blanco y negro. También recuerda la credencial de su madre, que votó en las primeras elecciones en las que se habilitó el sufragio femenino. Las elecciones generales de 1938. La tradición democrática, entonces, es lección familiar y a pesar de no ser una elección de carácter obligatoria no pensó en no emitir su voto.
“Acá me queda lejos de mi casa, yo siempre voté acá en Sayago y creo que no quedó lugar que no votara. Esta vez me acerqué al club para pedir que la llevaran", cuenta la votante.
Mautone deja a la mujer en la puerta de su hogar, la ayuda a bajar del auto con delicadeza y le abre el portón de su casa. Cuando el auto vuelve a avanzar la ve saludar por arriba del alambrado.
“Aprendes historias de gente que no tenés ni idea”, comenta el asesor financiero que será chofer por el día. Historias de personas que de otra forma no conocería y algunas que se repiten votación a votación. “Ahora hay una señora que llevo que ya llevé la vez pasada, tiene un 94 años y siempre me dice ‘si llego a la próxima, me volvés a llevar’”.
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El calendario dibujado en el pizarrón del comité del Frente Amplio en la esquina de la Terminal del Cerro dice “día D” en el recuadro de marcador negro que corresponde al domingo 30 de junio. Al lado, debajo de un par de dibujos infantiles se lee en letras mayúsculas HOY ES EL DÍA.
En la sede partidaria, embanderada con los colores de la coalición de izquierdas, la imagen del expresidente José Mujica se repite por los rincones y sus palabras están pintadas en las paredes: “Vivir es tener una causa para luchar”. Adentro se congregan los militantes que organizan la primera jornada de votación de la temporada. La primera etapa del día ya está cumplida: delegados en sus lugares y listas acreditadas en las mesas de los circuitos.
La diputada Cecilia Cairo destapa una gran olla de aluminio y las burbujas empiezan a aparecer sobre la superficie enrojecida del guiso. La buseca, explica, será el almuerzo de los militantes y delegados desparramados por la zona. Sobre una mesa de plástico blanca Marco González revisa la agenda. “Los vecinos se vienen a anotar los días anteriores, hoy lo que hacemos es llamarlos y van los compañeros a buscarlos con el lugar donde votan, los levantan y los llevan”, explica.
Es media mañana y todavía hay más de 30 personas para trasladar. "Más los que van llegando acá", puntualiza González. "Y unos 10 o 12 vehículos que son propiedad de los compañeros que colaboran con eso para llevar a la gente”, agrega.
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“La gente que se anota es porque tiene un problema de salud importante, o bien tiene una discapacidad motriz o está muy veterana y entonces ir a votar les complica. También confían en los compañeros y, sobre todo los más veteranos, y confían en que el que lo lleva le va a dar la lista que es y que él va a poder ejercer su voto correctamente”, explica Cairo.
La diputada comenta que sobre las 10 de la mañana ya han salido varios autos a llevar a la gente que ya estaba programada para trasladarse. “Después lo que pasa siempre es que viene gente y te dice '¿no te animas a llevarme?' Si vemos que hay gente que puede pero lo que no tiene es para el boleto, le damos los boletos y van y vienen en ómnibus. Si hay alguna otra causa, la que sea, intentamos que se quede y se suma alguno de los que ya teníamos programados para llevar a votar”.
Además, explica que hay tres camionetas que van hacia algunos puntos de la ciudad donde llevan a más gente a las urnas de una sola vez. “En el asentamiento Nuevo Comienzo y en distintos lugares donde vive mucha concentración de gente que está con dificultades económicas importantes, ahí van a buscar a la gente y la llevan a votar y la traen. Trabajamos con mucha gente de merenderos y ollas, a esa gente hay que ayudarla y eso es lo que hacemos”, dice.
La dinámica es casi rítmica. El movimiento de personas se nota en la sede del sector donde también se monitorea el avance de la votación. Desde ahí entonces, salen los vehículos hacia distintos puntos de la zona. "Sale lo mejor que podemos, a veces estamos atorados y tenemos que resolver rápido".
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"¿Tenés lugar para una más que va a votar a Maracaná?", le pega el grito la diputada a Carina Khoulmanian, delegada general en esta jornada electoral, cuando está a punto de arrancar el auto. Entre el parabrisas y la consola del Renault Kwid hay un montón de listas con el número 609 impreso en el frente junto al rostro de Yamandú Orsi, y una cinta roja cuelga del espejo retrovisor. Hace tres años que ella es militante del partido, aunque siempre fue votante. “Hace poquito, hay compañeros que militan hace más tiempo que yo”, comenta.
“Creo que a la mayoría de los uruguayos les motiva ir a votar, sobre todo a la gente más grande. Hay muchos locales de votación y a veces les queda lejos. Por ahí es gente mayor, que el boleto y todo eso se les dificulta”, dice a El Observador y explica que por lo general traslada a personas mayores o con dificultades para caminar. “Lo que vaya saliendo, tenemos hasta las 19:30”.
En el asiento del acompañante sube Maria Isabel Larrarte, una mujer de 65 años que minutos después se encontrará con la dificultad de subir unos cuantos escalones antes de llegar a la depositar su voto en la escuela 226 "Melchora Cuenca" de Cerro Norte, mientras se apoya en el bastón que lleva en el costado derecho.
“Generalmente voy por mis propios medios pero me tocó lejos de mi casa. Por eso me trajeron hasta acá”, cuenta. Espera, en la próxima elección, votar en un circuito más accesible.
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En la parte de atrás del auto viaja hasta la escuela 150 Luana Segovia, de 23 años, que aprovecha el viaje para preguntar cómo se hace para ser militante.
“Me interesa la militancia. Me gusta el movimiento, las elecciones”, comenta y explica que en su caso la trasladan a votar porque en la tarde va a trabajar para el sector y es una de las trabajadoras que trasladan en la jornada.
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Sobre el mediodía la temperatura acaricia los ocho grados y las calles se vuelven más concurridas. En apenas algunas horas el mapa que traza el recorrido que hicieron los militantes se vuelve un entramado de líneas azules. Trayectorias electorales que terminaron en las urnas y se verán reflejadas en los resultados que se conocerán sobre esta noche.