La Justicia de Artigas condenó a dos enfermeras, una uruguaya y otra brasileña, por delitos de apropiación de niños, en el caso en que intentaron comprar un bebé que todavía no había nacido y estaba en el vientre de su madre.
La enfermera brasileña fue condenada en calidad de autora a 23 meses de libertad a prueba por tres delitos de apropiación de niños, niñas o adolescentes para la adopción; mientras la uruguaya fue sancionada como cómplice a cuatro meses de libertad a prueba, confirmaron desde la Fiscalía a El Observador.
La brasileña también tendrá arresto domiciliario nocturno por tres meses y realizar tareas comunitarias por seis meses; y ambas enfermeras deberán usar tobillera electrónica, informó Subrayado de Canal 10 en primera instancia.
En paralelo, la fiscal Beatriz González seguirá investigando a la abogada que defendía a una de las recientes condenadas.
Las enfermeras compartían trabajo en el Centro de Salud de Artigas, además de que una de ellas trabajaba en una mutualista privada. El caso se dio a conocer a nivel judicial luego de que desde el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) radicaran la denuncia.
Una de las enfermeras, tal y como informó El Observador, perdió un embarazo a los cinco meses y decidió que quería adoptar un bebé. Posteriormente, se lo comentó a su colega y esta le dijo que había una persona en Quaraí (Brasil) que está embarazada y estaría dispuesta a dar en adopción.
Ambas se pusieron en contacto con ella y, en un principio, le ofrecieron "comodidades" con el fin de tener la tenencia del bebé. Sin embargo, la mujer embarazada se negó y eligió contactarse con personal del INAU con el fin de realizar el proceso por las vías legales, algo que finalmente pasó luego de que la mujer que quería adoptar aceptara.
En determinado momento del proceso, la mujer se sintió “presionada” por las dos enfermeras dado que le propusieron un plan con lujo de detalles sin que la embarazada pudiera pasar por las respectivas etapas a nivel psicológico y psiquiátrico que dispone la legislación.
Ante la duda de que la mujer declinara, la enfermera que buscaba adoptar consultó a otras madres que estaban embarazadas para saber si estarían dispuestas a dar a su bebé.
Las mujeres, por su profesión, tenían acceso a determinada información que les permitía hacer las averiguaciones y tener los contactos. Fuentes de la causa dijeron a El Observador que todas las mujeres consultadas por las condenadas son de contexto crítico, y muchas ellas viven del lado brasileño de la frontera.
De hecho, en cuanto a los roles, la enfermera –quien vive en Brasil– que quería adoptar era la que se contactaba directamente con las madres, mientras que la otra le pasaba datos de embarazadas a las que se le podrían apropiar de su bebé sin los debidos controles del INAU.