Más vale prevenir que curar; no lanzar las campanas al vuelo; hombre prevenido, vale por dos. Si hay algo que no escasea en el lenguaje hispano son los refranes que, ante lo nuevo, primero exigen cautela. Y eso parece estar ocurriendo con la adopción de la inteligencia artificial (IA) que están haciendo los uruguayos.
Casi ocho de cada diez adultos del país (77% para ser más exactos) están de acuerdo con que la IA “puede ser peligrosa si no se regula”. Y según la interpretación que realiza la consultora Factum, responsable de la encuesta, los uruguayos no están teniendo, a priori, una imagen apocalíptica sobre este tipo de tecnologías. Lo que se observa es un “consenso social” respecto a posibles riesgos: desde límites de las herramientas, errores en resultados o la incertidumbre ante un avance cuya velocidad es un “abrir y cerrar de ojos” en términos históricos.
No en vano, la “curiosidad” y la “desconfianza” son las dos reacciones emocionales más manifestadas por los cerca de 900 encuestados. Cuanto más joven y más uso, mayor es el interés. La desconfianza, eso sí, no implica necesariamente “miedo”.
Parte de la explicación detrás del fenómeno radica en la respuesta —o falta de ella— a una simple pregunta: ¿qué es la inteligencia artificial? Más de la cuarta parte no sabe qué responder. Y entre quienes arriesgan una opción, sobresale la palabra “herramienta”.
Esa idea difusa sobre la IA habla sobre una “falta de familiaridad con el concepto, antes que una imagen negativa”, dice el informe de Factum al que accedió El Observador. El capital educativo y tecnológico (muy mediado por la edad y el nivel socioeconómico) es lo que más hace la diferencia.
Sabiendo o no qué es la IA, el 46% de los uruguayos mayores de 18 años dicen usarla. Es posible que muchos estén pensando en la inteligencia artificial generativa, esa que se popularizó con plataformas como ChatGPT o Gemini. Pero cuando el formulario de la encuesta les daba una referencia, en la que explicaba un sentido más amplio de la tecnología teniendo en cuenta los asistentes como Siri o Alexa, los filtros de spam en el correo electrónico, las recomendaciones de películas o los chatbots de atención al cliente, ahí la cifra de quienes admiten usarla asciende al 75% (es un salto estadísticamente significativo, de 29 puntos porcentuales).
Dicho de otra manera: en un país en que el acceso a internet es casi universal, muchos usan IA sin saber que la usan.
Con esa definición de “amplio espectro” más clara, ahí sí casi la mitad explica que la usa a diario y otro 24% con frecuencia semanal. El uso más intensivo se da en los más jóvenes: entre los encuestados de 18 a 34 años, el acceso diario rasca los dos tercios. Mientras que en los mayores de 60 años solo comprende a un tercio.
La búsqueda de información o resúmenes es el uso que más dicen darle los uruguayos a la IA. Lo sigue, de lejos, la escritura de textos o generación de ideas, así como recomendaciones, ediciones y traducciones automáticas, en públicos más alfabetizados.
¿Por qué la “necesaria” regulación?
La pregunta no está formulada como tal, pero otra batería de consultan dan una idea. La cautela se nota en casi siete de cada diez admiten tener un conocimiento “medio” o “bajo” de la IA. Solo el 1% declara una muy alta comprensión.
Otras preguntas se acercan a posibles efectos concretos. Para el 58% la inteligencia artificial va a reemplazar muchos trabajos humanos en los próximos años. Y ahí los más familiarizados con la tecnología son los que mejor visualizan la posible automatización de tareas.
El 51%, a su vez, está en desacuerdo con la siguiente afirmación: “La IA siempre toma decisiones acertadas”. Eso habla de la desconfianza, de los errores, los sesgos. Y es una postura que se ve en todos los segmentos sociales, dice el estudio. Y esa postura la comenta un mayoría de quienes más familiarizados están con las herramientas y observan cuando “delira” o las limitaciones.
Tal vez es esa mezcla de desconfianza y cautela que redundan en que los uruguayos están más dispuestos a usar la IA para el trabajo o estudio que para su vida persona o cotidiana. Recuérdese que según las estadísticas de ChatGPT, el último año el principal uso a nivel internacional fue para consejos "terapéuticos" (y valgan las comillas en esa desconfianza).
Ficha técnica
Encuesta online autoadministrada durante agosto dirigida a población en Uruguay mayor de 18 años. Fueron encuestados 900 casos, a través de redes sociales, y la base de datos fue ponderada por sexo, edad, región y nivel socioeconómico.