Un derrame en la boya de José Ignacio y la aparición de petróleo en la arena de varias playas de Maldonado mantiene en alerta y preocupadas a las autoridades de Ancap, Ambiente, Prefectura y la Intendencia, cuyos técnicos trabajan a contrarreloj buscando definir si los eventos están vinculados o se trata de cuestiones independientes que coincidieron en el tiempo.
Tras una semana de recorridas y evaluaciones en la costa, la Armada no encuentra “elementos objetivos” que permitan identificar el origen del petróleo en las playas.
Los primeros restos fueron encontrados el domingo 9 y lo que se ha visto en los últimos días son “vestigios de lo que ya había llegado”, dijo una fuente oficial a El Observador. Otro informante observó que eso era una “buena noticia” ya que significaba que la filtración había sido limitada. Los hidrocarburos siguen un proceso natural de degradación en el que el oleaje, el sol y las bacterias ayudan.
Por haber sido acotado a algunas playas de un departamento, la Prefectura clasificó el evento como “local” (las otras opciones son regional o nacional). La ley 16.688, que establece el régimen de prevención y vigilancia ante posible contaminación de las aguas de jurisdicción nacional, asigna a la Armada –Prefectura en este caso– las tareas de evaluar y controlar la situación.
¿De dónde pudo haber salido? Es la pregunta que se hacen las autoridades, vecinos e integrantes de la sociedad civil.
La hipótesis inicial, por razones temporales, fue que provenía de la fuga que tuvo Ancap en la boya de José Ignacio y que fue reportada el domingo 3 –seis días antes–. “El personal técnico de Ancap en las maniobras rutinarias de la descarga de crudo en la boya de José Ignacio detectó una pequeña pérdida de producto. Como consecuencia, se detuvo la operación en forma inmediata”, informó el ente en la noche de ese domingo.
Los buques petroleros llegan a la boya y descargan el hidrocarburo sin refinar, el cual se transporta hasta la planta de La Teja mediante un oleoducto de casi 170 kilómetros que existe desde 1978. Desde 1997, Ancap tiene un plan de contingencia ante derrames de hidrocarburos.
Buzos especializados detectaron una fisura –a unos 20 metros de profundidad– en una de las soldaduras que conecta la boya con el oleoducto.
Sin embargo, la posibilidad de que la fuga fuera el origen fue rechazada por Ancap, que en otro comunicado –esta vez el lunes 11– informó que la traza no guardaba “relación con infraestructura de la empresa”.
“La boya petrolera de José Ignacio no tiene hidrocarburo en su interior sino que desde el pasado 3 de agosto está sin operar y cargada con agua”, señaló Ancap. Agregó que habían verificado las “zonas críticas” de Maldonado y sobrevolado toda la costa del departamento hasta Rocha “sin registrarse ningún incidente o actividad en boya u oleoducto que haya podido generar la traza en la ubicación observada”.
A su vez, la presidenta de Ancap, Cecilia San Román, dijo a FM Gente que el origen de las manchas podría estar vinculado a un buque que navegaba en aguas abiertas. Las hipótesis que se manejan apuntan a “una limpieza de bodegas, o algún derrame en algún traspaso de combustible a otro”, lejos de la zona costera.
En la Armada tomaron nota de todas las comunicaciones públicas y privadas pero mantienen todas las hipótesis arriba de la mesa. El Ministerio de Ambiente, en tanto, colabora con las actuaciones y de encontrarse el origen tiene potestad sancionatoria.
Como recientemente Argentina flexibilizó su normativa respecto a los trasbordos de petróleo en altamar –que por acuerdo se realizan en zonas específicas del Río de la Plata y una está cerca de Maldonado– Uruguay pidió información en la CARP.
Sin funcionar
Ancap no ha podido retomar el bombeo ya que las tareas de reparación continúan. Actualmente, la boya no está operativa y dos buques petroleros están varados en altamar: el Eagle San Francisco y el Marathon TS, los cuales esperan poder descargar.
La empresa no ha manejado una fecha para reanudar las tareas y privados al tanto de la situación alertan por los altos costos que tendrá el incidente debido a que cada día que pasa debe ser pago a los petroleros porque la rotura les impide continuar su ruta. Al mismo tiempo, advierten que deben tomarse decisiones para resolver el abastecimiento.
Intendencia preocupada
La detección de petróleo en la playa generó preocupación en las autoridades de la Intendencia de Maldonado, cuyo titular reclamó al gobierno por la ausencia de información oficial.
Los restos fueron encontrados en playas de Sauce de Portezuelo, Ocean Park, El Chorro, La Susana y las paradas 30 y 31 de la Brava, entre otras.
En rueda de prensa, Miguel Abella valoró que se haya dado antes del verano para poder instaurar un protocolo de actuación y acotó que “hoy en día la tecnología nos da la posibilidad de monitorear de distinta manera”.
Tras sus palabras, el intendente dialogó con la ministra de Industria, Fernanda Cardona y la presidenta de Ancap, Cecilia San Román.
Para esta semana está prevista una reunión entre el secretario general de la Intendencia, Álvaro Villegas, y el gerente general Nicolás Spinelli, con el objetivo de avanzar en el protocolo.